España
es un país donde se hacen grandes documentales. Hay que empezar diciendo esto para
reivindicar los amplios, variados y excelentes títulos que el audiovisual de
nuestro país ha aportado al formato. Aparte de nombres ya clásicos como los de
Jacinto Esteva, Basilio Martín Patino, Jaime Chávarri, Ricardo Franco, Ventura
Pons Joaquin Jordá, Antoni P. Canet o Mercedes Álvarez, en los últimos años, he
tenido la oportunidad bien de hacer reseñas y comentarios bien de hablar con
sus directores de excelentes documentales realizados por José Luis Guerin, Fernando León de Aranoa, Antonio Méndez Esparza, Juan Pinzás, Álvaro Longoria, Antonio Peláez Barceló, Pepe Andreu y Rafa Molés, Álvaro Torrelli y Beatriz Osorno, David Arratibel, Pau Ortiz, Miguel Eek, Gustavo Salmerón, Fernando Arroyo, Alex Fisherman, Gabriel Azorín, Manuel Lógar, Carolina Astudillo, Diana Toucedo, Ricardo Yebra, Jorge Laplace, Ana Ramón Rubio o Jorge Rivera (y me quedo bastantes
nombres en el tintero).
Elías León Siminiani, director de El caso Alcàsser (Fotografía: Nacho López González de Aguilar)
La
larga lista de nombres es ya un indicador de la calidad y cantidad de los
documentales que se hacen en nuestro país, que, además, abarcan una amplia gama
de enfoques y estilos. Uno de los directores a los que hemos seguido desde el
año 2013 es Elías León Siminiani, de quien ya comentamos Mapa (2012) y, muy recientemente, Apuntes para una película de atracos (2018), título que figuró en
nuestro ranking de mejores
documentales del año pasado. También ha dirigido la serie documental El caso Asunta (Operación Nenúfar). Ahora,
Elías León dirige El caso Alcàsser, nueva
serie documental que está igualmente disponible en Netflix y que cuenta en la
producción con Ramón Campos, quien tiene un amplio currículum con su
productora, Bambú Producciones (de quien es socio junto a Teresa Fernández-Valdés),
siendo responsable de series tan conocidas como Gran Reserva, Gran Hotel,
Velvet, Bajo sospecha, Tiempos de
guerra, Fariña, Las chicas del cable y la anterior serie
dirigida por Elías León, El caso Asunta
(Operación Nenúfar).
Ramón Campos, productor de El caso Alcàsser (Fotografía: Nacho López González de Aguilar)
El caso Alcàsser es una exhaustiva
exploración de todas las ramas y vertientes del caso criminal que mantuvo en
vilo a la sociedad española a lo largo de los años 90, primero con la
desaparición de las tres chicas asesinadas y, después, con la persecución
fallida del presuntamente principal responsable del crimen, Antonio Anglés, y
el juicio de su principal cómplice, Miguel Ricart, quien fue, a la postre, el
único condenado por el caso. El caso
Alcàsser realiza un titánico esfuerzo por mantener la objetividad y
distancia respecto a todos los datos derivados del hecho criminal y las teorías
surgidas de los mismos, sabiendo, a la vez, trazar un relato tenso, vibrante y
hasta emocionante en el que el espectador logra permanecer enganchado a los
flecos sin resolver, a los giros imprevistos y a las incógnitas que van
aflorando conforme la investigación avanza y nuevas dudas y preguntas van
surgiendo sin que las mismas puedan ser definitivamente esclarecidas a partir
de la información disponible.
Imagen de la serie documental El caso Alcàsser
El caso Alcàsser acaba siendo una joya
de nuestro audiovisual por tres razones complementarias y no excluyentes entre
sí:
- es
un ejemplo, desde el punto de vista cinematográfico, de lección narrativa;
- es,
al mismo tiempo, una auténtica clase en vivo de rigor y precisión
periodísticas;
- y
es, finalmente, un análisis implacable, desde el punto de vista de la
criminología, de un caso real que presenta multitud de aristas y complejidades.
Para poder
completar el trabajo, el material manejado ha sido inmenso y colosal: 228 horas
de entrevistas grabadas, 392 horas de los vídeos del juicio, 220 horas de
contenidos relacionados directamente con el juicio, 600 informativos, 4.000
folios de sumario, 500 folios de la pieza separada que contempla la búsqueda de
Anglés y otros presuntos culpables, 600 páginas de Informes de Inspección Ocular,
Actas de Diligencias de la Investigación, testimonios previos y líneas de
investigación descartadas, más de 1500 páginas de periódicos locales y
nacionales y revistas… Para que nos puedan explicar algunos de los detalles que
han tenido que superar para realizar la serie y para que nos comenten algunas
de las conclusiones que han podido extraer de su exhaustiva investigación del
caso, hemos hablado con Elías León y Ramón Campos, quienes han contestado muy
amablemente a las preguntas de Cine Arte Magazine.
Ramón Campos y Elías León (Fotografía: Nacho López González de Aguilar)
CINE ARTE MAGAZINE: Elías, previamente has
realizado dos películas documentales, Mapa
y Apuntes para una película de atracos,
que ya comentamos en nuestra revista, y de una serie documental, El caso Asunta. ¿Qué dificultades como
realizador has encontrado en El caso
Alcàsser que no hubieras tenido que afrontar en tus anteriores
documentales?
ELÍAS LEÓN: Lo ingente del material. Nunca me
había enfrentado a una historia que recorre casi 30 años y de la que hay una
cantidad ingente de archivo (400 horas de juicio y 600 horas de televisión más
las grabaciones propias). Hay un pulso continuo por su presencia en el montaje
entre dispositivos de puesta en situación propios del documental y puro
material de archivo que pide a gritos salir. En el balance entre esas dos
tendencias se define cinematográficamente esta serie. Este reto era nuevo para
mí.
CINE ARTE MAGAZINE: Lo primero que llama la
atención de El caso Alcásser es el
titánico esfuerzo que se hace para ofrecer una visión completamente objetiva de
todos los hechos y evitar tomar partido entre los distintos puntos de vista.
¿Ha sido el elemento más difícil a la hora de elaborar la narración de la
serie?
ELÍAS LEÓN Y RAMÓN CAMPOS: Como en El caso Asunta, nos propusimos hacer tabula rasa. Enfrentarnos al
caso y su crónica tratando de ponernos en el minuto cero y avanzando en la
historia tal y como avanzaron sus protagonistas. Sin saber qué vendría. Ese
ejercicio de recordarnos continuamente el contexto de los primeros años noventa,
cuando la sociedad era completamente distinta, cuando la medicina legal tal y
como hoy la conocemos estaba arrancando en España, cuando acababa de crearse la
UCO, cuando no había gabinetes de prensa en la Fuerzas de Seguridad del Estado
ni en la Institución Judicial, cuando hacia tan solo dos años que habían
llegado las televisiones privadas, cuando no había móviles... todo ese
ejercicio ha sido una dificultad y, al mismo tiempo, una exigencia continua. Es
obvio que el paso del tiempo es uno de los estilos más repetidos en la serie.
Hemos querido materializar ese paso del tiempo en los espacios y en los rostros
de las personas. Es la herramienta cinematográfica de la que nos servimos para
intentar volver continuamente a aquella época. Y para invitar al espectador a
que hiciera ese ejercicio. Creemos que es un error de base mirar los hechos de
entonces con los ojos de hoy.
El catedrático de Medicina Legal, Luis Frontela, entre Elías León y Ramón Campos, en un momento de la serie El caso Alcàsser
CINE ARTE MAGAZINE: Otro equilibrio que se
detecta a lo largo de la serie es el de mantener el rigor en la exposición de
los hechos con un ritmo ágil, ameno y, por momentos, hasta emocionante. ¿Habéis
tenido que esforzaros en no dejaros arrastrar por el carácter apasionante de la
historia para mantener en primer plano la rigurosidad y la sobriedad
expositivas?
ELÍAS LEÓN Y RAMÓN CAMPOS: No creemos que sean cuestiones incompatibles.
La historia del cine está llena de relatos de ficción o documentales que tienen
un rigor extremo y cuyo visionado resulta vibrante. Desde La batalla de Argel de Gillo Pontecorvo a The Thin Blue Line de Errol Morris pasando por Queridísimos verdugos de Martin Patino. La lista sería
interminable. Hay dos o tres decisiones de antemano (potenciar la sensación de
“cita de un documento” en la utilización del archivo, dar mucho peso narrativo
a los espacios o implementar una narración “meta” en la que el cineasta es
parte activa de la investigación) que confiamos en que fueran un aporte
favorable a ese fluir narrativo que mencionas.
En ese sentido, para nosotros el podcast
Serial de Sarah Koenig, en su papel
de investigadora-narradora, ha sido un referente de mucho peso.
CINE ARTE MAGAZINE: ¿Ha habido entre
vosotros (director y productor ejecutivo) un reparto de papeles de modo que uno
ha tenido una mirada más distanciada, más de contrapunto, en relación al otro
para mantener la objetividad y el equilibrio en una historia en la que era muy
fácil deslizarse hacia uno de los puntos de vista en pugna?
ELÍAS LEÓN Y RAMÓN CAMPOS: Como hicimos en El caso Asunta, Ramón y yo nos
extremamos en los roles: mantuvimos un pulso continuo entre la versión oficial
y las alternativas. La serie está estructurada sobre el principio de dialéctica
para que sea el espectador quien cierre esa dialéctica en una síntesis propia.
Dicho lo cual también parece claro que ha habido una voluntad de analizar no
solo los hechos sino las consecuencias sociales que esos hechos tuvieron en la
España de aquella época. Y como esas consecuencias explican una parte de
nuestros usos sociales hoy.
Elías León y Ramón Campos (Fotografía: Nacho López González de Aguilar)
CINE ARTE MAGAZINE: Hay momentos muy
inquietantes en la serie. Todo el capítulo segundo, por ejemplo, que habla de
los momentos en los que los cadáveres de las chicas fueron encontrados, es
impactante en su conjunto. Pero tan inquietantes como esos momentos me parecen
las imágenes que recogéis sobre los programas de televisión emitidos a raíz de
dicho hallazgo y los emitidos en años posteriores en torno al tema. En función
de vuestras investigaciones, ¿creéis que todos esos programas crearon un clima
emocional sin el cual es imposible entender las derivaciones posteriores del
caso?
ELÍAS LEÓN Y RAMÓN CAMPOS: Creemos que es muy importante el
concepto de “primera vez”. Es la primera vez que una desaparición es
cubierta por los medios de forma masiva convirtiéndose en un asunto de interés
nacional; la primera vez que esa búsqueda se resuelve en un secuestro,
tortura, violación y asesinato de tres menores mujeres. La primera vez que
una cobertura de un suceso propicia una batalla de audiencias inédita en
España. Tanta primera vez acaba por crear una especie de escalada, de tormenta
perfecta que, efectivamente parece abocada a un clímax, a una catarsis
colectiva televisada en directo. Primera vez también. Y la resaca de
aquellas primeras veces de tantas cosas parece que todavía continúa. Máxime
cuando 5 años después, en 1997, con la celebración del juicio, el caso resucitó
en televisión con más fuerza y duración en el tiempo, conformando, por primera
vez, un juicio mediático en la historia de este país. Son muchas primeras
veces. Demasiadas.
CINE ARTE MAGAZINE: Si partiéramos de la
premisa de que el resultado del proceso judicial del caso Alcàsser representa
esencialmente la verdad de lo ocurrido, incluso así, ¿pensáis que quedan muchos
aspectos por aclarar y que son esos aspectos los que, en el imaginario
colectivo, impiden cerrar definitivamente el mismo?
ELÍAS LEÓN Y RAMÓN CAMPOS: La fuga de Anglés y la imposibilidad
de ubicar su paradero, vivo o muerto, será un alimento sin fin para la
especulación. Asimismo, los errores que se cometieron en su momento en la
instrucción en un clima de bestial presión mediática y carencia de medios
tampoco pueden revertirse. A partir de aquí, la especulación está servida
incluso aunque haya personas que reconozcan esos errores. En realidad, esto
pasa en muchísimos casos. Lo primero que entiendes cuando te acercas a la
realidad judicial es que no hay caso sin incógnitas ni fisuras. Lo que es
excepcional es la atención mediática que recibió este.
Imagen del juicio contra Miguel Ricart, momento que se recoge en la serie documental El caso Alcàsser
Como ven, El caso Alcàsser es un documental complejo que es un reflejo de la
complejidad de unos hechos que no admiten respuestas fáciles ni teorías
simplificadoras. Si ven la serie documental, comprobarán de primera mano esta
afirmación y, sobre todo, captarán esa inequívoca sensación de que “el caso
Alcàsser” es todavía una asignatura pendiente de nuestro país del cual se
derivan muchas materias aún pendientes de superar: la resolución de los enigmas
pendientes de respuestas, la localización de Antonio Anglés, el descarte de las
teorías sin fundamento y, sobre todo, lo más importante: que la violencia
contra las mujeres deje de ser noticia porque ha pasado a ser una lacra
extinguida del pasado… Este es el gran homenaje que deberían recibir Miriam, Toñi
y Desirée y que, por desgracia, está pendiente de ser realizado.
Elías León y Ramón Campos (Fotografía: Nacho López González de Aguilar)
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