CALIFICACIÓN: 
Tras haber comentado Knight of Cups, ahora toca hablar del otro estreno de Malick en el complicado 2020, Song to Song. Y lo primero que hay que decir es que, posiblemente, sea esta la película del director que apunte más directamente a un destinatario tan concreto y definido. En el documental Aute Retrato (2019) de Gaizka Urresti, el recientemente fallecido cantautor Luis Eduardo Aute comentaba que en Estados Unidos ya no se utilizaba la palabra “cultura” sino el término entertainment y hablaba de ello como una señal inequívoca de la degradación que habían sufrido, desde el punto de vista de la consideración social y del tratamiento de los medios de comunicación, las creaciones artísticas. Song to Song viene a ser la ilustración de dicha afirmación y, por ello, esta película podría hacer una perfecta sesión doble con Ha nacido una estrella (2018) de Bradley Cooper, ya que ambas, desde diferentes perspectivas, y teniendo el mundo de la música como centro y referencia, abordan la muerte de la autenticidad creativa y el efecto devastador de las multinacionales y sus directivos sobre el verdadero arte, el cual acaba cayendo en las garras exclusivas de los criterios comerciales y económicos. Ambos títulos, además, trascienden su reflexión sobre la música para, en el caso de la película de Cooper, hablar sobre el choque de dos visiones distintas sobre la identidad estadounidense y, en el caso de la de Malick, reflexionar sobre el trasfondo moral y vital que es el correlato necesario a esa actitud sobre la creación y el libre desenvolvimiento del talento.
El argumento de Song to Song gira en torno a los vínculos entre dos parejas. Por un lado, está Michael Fassbender, que es un manager de la industria musical, que se acaba casando con Natalie Portman, a quien conocerá cuando esta esté trabajando como camarera de un restaurante. Por otro lado, están dos músicos, Ryan Gosling y Rooney Mara, que tienen una relación que viene y va (el personaje de Rooney Mara, además, también vivirá una relación con el interpretado por Michael Fassbender) al ritmo no solo de sus sentimientos y emociones sino también de sus respectivas carreras artísticas. La actitud respecto a la música de todas estas personas no solo es su actitud hacia la música sino que está indisociablemente asociada a su actitud respecto a la vida y al resto de seres humanos. Siendo una película muy de Malick, tanto por su apariencia visual como por la estructura de su montaje, no es menos verdad que la misma ofrece imagenes insólitas en su cine, como pueden ser esas escenas grabadas en plenos conciertos y en los backstages, con instantes delirantes (como aquel en que interviene Val Kilmer) y otros en los que músicos reales (como Iggy Pop y Patti Smith) ofrecen momentos insólitos de espontaneidad y sinceridad. Song to Song es una película que habla de los seres humanos, de los sentimientos y del arte, y en su hábil manejo de estos temas hasta conseguir un todo armónico y coherente es donde reside su colosal poder expresivo y emocional.
TRÁILER DE LA PELÍCULA:
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