CRIMINAL: CUATRO PUNTOS DE VISTA DE UN MISMO ENFOQUE



Netflix ha estrenado Criminal, una serie, o no sé decir si cuatro, creada por George Kay y Jim Smith, que viene a ser algo así como el Black Mirror del género policíaco. En un momento, comprenderán por qué lo digo. Cada episodio de Criminal se basa en una estructura muy sencilla: una sala de interrogatorios, la sala de observación que hay tras el falso espejo de la misma, los pasillos que rodean a esas dependencias policiales y un sospechoso al que, contra reloj, hay que sonsacarle la verdad sobre un caso sin resolver, la cual, cuando se revele, se apartará de nuestra impresión previa y constituirá una gran sorpresa y una revelación insospechada. A lo largo de los interrogatorios, iremos conociendo las circunstancias personales de los policías encargados de la investigación, las cuales se convierten en la leve trama que conecta a los diferentes episodios, que no superan los cincuenta minutos de duración.



Una imagen de Criminal: España


La gran particularidad de Criminal es que este enfoque minimalista ha sido utilizado por los equipos técnicos, artísticos y guion de cuatro países diferentes, adaptándolo a sus particulares mentalidad e idiosincrasia, de modo que tenemos Criminal: España, Criminal: Reino Unido, Criminal: Alemania y Criminal: Francia (por esto, lo de las cuatro series), teniendo cada una de estas versiones tres capítulos (como el espíritu genuino de cada temporada de Black Mirror). En el caso de España, los episodios han estado dirigidos por Mariano Barroso (director, entre otras películas, de Éxtasis – 1996–, de Los lobos de Washington – 1999–, Hormigas en la boca – 2005–, Lo mejor de Eva – 2011– y Todas las mujeres – 2013–) y los guiones han sido escritos el del segundo episodio por el cineasta Manuel Martín Cuenca (director de La flaqueza del bolchevique – 2003–, Malas temporadas – 2005–, La mitad de Óscar – 2010–, Caníbal – 2013– y El autor – 2017–) y el del primer y tercer episodio por el guionista Alejandro Hernández (que ha colaborado previamente tanto con Barroso – en Hormigas en la boca, Lo mejor de Eva y Todas las mujeres– como con Martín Cuenca – Malas temporadas, La mitad de Óscar, Caníbal y El autor–, y que, además, ha participado, entre otros, en los guiones de Habana Blues – 2005– de Benito Zambrano, 1898. Los últimos de Filipinas – 2016– de Salvador Calvo, Brava – 2017– de Roser Aguilar, Los buenos demonios – 2018– de Gerardo Chijona  y la reciente Mientras dure la guerra – 2019– de Alejandro Amenábar). Entre los actores fijos están Emma Suárez, Álvaro Cervantes, José Ángel Egido, Jorge Bosch y María Morales y, entre los ocasionales, hay que destacar la participación de Carmen Machi, Inma Cuesta, Eduard Fernández (cada uno de ellos como los respectivos interrogados de cada episodio) y Nuria Mencía (como la abogada defensora del personaje de Eduard Fernández).



Emma Suárez y Carmen Machi, dos de las actrices que intervienen en Criminal: España


Los tres episodios de Criminal: Alemania están dirigidos por Oliver Hirschbiegel (director de El hundimiento – 2004–, Invasión – 2007–, Cinco minutos de gloria – 2009–, Diana – 2013– y 13 minutos para matar a Hitler – 2015–) y en ellos destaca la presencia de Nina Hoss (a quien en España hemos visto en las meritorias Barbara – 2012– y Phoenix – 2014– de Christian Petzold) y Christian Berkel (muy popular por su participación en  El hundimiento, Plan de vuelo: Desaparecida – 2005– de Robert Schwentke, El libro negro – 2006– y Elle – 2016– de Paul Verhoeven de Paul Verhoeven, Valkiria – 2008– de Bryan Singer, Malditos bastardos – 2009– de Quentin Tarantino o Trumbo. La lista negra de Hollywood – 2015– de Jay Roach), como asistente legal de uno de los detenidos. También podemos ver rostros populares en Criminal: Francia, cuyos episodios han sido dirigidos por el realizador televisivo Frédéric Mermoud, apareciendo en su reparto Jérémie Renier (El pacto de los lobos – 2001– de Christophe Gans, El niño – 2005– y La chica desconocida – 2016– de los hermanos Dardenne, Propiedad privada – 2006– de Joachim Lafosse, El amante doble – 2017– de François Ozon) y Nathalie Baye (con un larguísimo historial a sus espaldas en el que destacamos La noche americana – 1973–, El amante del amor – 1977– y La habitación verde – 1978– de François Truffaut, La provinciale – 1980– de Claude Goretta, Orilla izquierda, orilla derecha – 1984– de Philippe Labro, Detective – 1985– de Jean-Luc Godard, Una relación privada – 1999– de Frédéric Fonteyne, La flor del mal – 2003– de Claude Chabrol y Laurence Anyways – 2012– y Solo el fin del mundo – 2016– de Xavier Dolan). Y lo mismo cabe decir de Criminal: Reino Unido, cuyos tres episodios han sido dirigidos por Jim Field Smith, uno de los creadores de la serie, y en la que aparecen David Tennant (Harry Potter y el cáliz de fuego – 2005– de Mike Newell, Nuestro último verano en Escocia – 2014–, María, reina de Escocia – 2018– de Josie Rourke y las series Doctor Who y Broadchurch) y Hayley Atwell (Cassandra’s dream – 2007– de Woody Allen, Capitán América: El primer vengador – 2011– de Joe Johnston, Capitán América: El Soldado de Invierno – 2014– y y Vengadores: Endgame – 2019–  de Anthony y Joe Russo).




Nathalie Baye, una de las actrices de Criminal: Francia


Como se puede ver por la cuidada selección realizada en el reparto y en el equipo técnico y artístico, se ha buscado que las distintas versiones de Criminal sean precisas piezas de cámara que funcionen como un mecanismo perfecto de relojería, con un lucimiento de todas sus piezas, que transmita más por intensidad que por extensión. Y, en gran medida, hay que reconocer que, en términos generales, la serie cumple con este objetivo. Con unos guiones muy bien elaborados en los que han logrado incluir temas de actualidad y relevancia (las apps para ligar, las nuevas formas de relaciones sentimentales, el yihadismo terrorista, la violencia contra la mujer y los homosexuales, la brecha aún existente entre las viejas Alemania del Este y del Oeste, los viajes en condiciones extremas de los inmigrantes que llegan a Europa…), las magnificas interpretaciones de todo el reparto saben transmitir con fuerza el clima de suspense que las diferentes situaciones narradas generan y logran atrapar al espectador en la hábil red que los relatos generan. Asimismo, hay una dimensión muy inteligente en los distintos episodios que es la de demostrar el lado débil de los policías que integran el equipo investigador, de quienes se muestra, en más de una ocasión, los aspectos que comparten con los sospechosos y quienes, además, para descubrir la verdad, no vacilan en utilizar procedimientos que rozan o entran de lleno en la ilegalidad, lo cual ayuda a crear un clima de sutil turbiedad que enriquece las distintas historias y las reflexiones que las mismas pueden llegar a suscitarnos.



Una escena de Criminal: Alemania. En el centro, el conocido actor Christian Berkel


No obstante, sí que hay que decir que el rígido planteamiento de partida de Criminal (toda la trama se desarrolla casi íntegramente en la sala de interrogatorios) no funciona igual de bien en todas las versiones. La británica sí que sabe aprovechar las posibilidades del mismo y sabe explorar diferentes alternativas existentes para no caer en un tono repetitivo (principal riesgo que había que evitar). Igualmente, la versión española también es capaz de eludir la posible monotonía gracias, sobre todo, a las tres soberbias caracterizaciones que Carmen Machi, Inma Cuesta y Eduard Fernández logran trazar de sus personajes. Creo que las versiones francesa y alemana tienden a ser algo más rígidas y, en algunos casos, el misterio encerrado se adivina mucho antes de que el mismo sea revelado, aunque el primer episodio de la serie gala y el segundo de la germana sí que alcanzan el nivel de las otras dos versiones.



Hayley Atwell interviene en el segundo episodio de Criminal: Reino Unido


En resumen, Criminal es una prueba de las posibilidades que las nuevas plataformas televisivas ofrecen a los creadores audiovisuales quienes, huyendo de formulaciones clásicas, pueden probar con nuevos modelos que, gracias a su novedad formal, atraen la curiosidad de un espectador ansioso por encontrar propuestas originales en un panorama audiovisual hipersaturado. Criminal, aparte de su carácter innovador, proporciona la posibilidad de disfrutar de una experiencia que se ve con facilidad y que no necesita de una gran cantidad de tiempo para ser vista en su integridad, lo cual creo que supone un valor añadido en relación a muchos formatos imperantes. En suma, pienso que Criminal puede dar lugar a nuevos episodios y que los espectadores los recibirán con interés y, posiblemente, con adicción creciente.


IMÁGENES DE LA SERIE:











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