EL FESTIVAL MÁRGENES 2020 EN 39 PELÍCULAS (2)

 



Hoy, seguimos comentando títulos que han formado parte de la Sección Oficial y de la Sección Escáner del Festival MÁRGENES 2020.

- SECCIÓN OFICIAL

Shangái brillaba entre líneas de Didac Alcaraz, Albert Badía, Patricia Tamayo y Jeffrey Frigula


CALIFICACIÓN: 

Es difícil no recordar el papel protagonista del inclasificable artista Didac Alcaraz en Mi loco Erasmus (2012) de Carlo Padial. Y algo de la locura y el delirio que allí se reflejaban aparece en Shangai brillaba entre líneas, solo que hondamente tamizado por, tal vez, la experiencia acumulada, el paso de los años y la lucha cada vez más extenuante por satisfacer los afanes de tu vocación. En una conversación que Didac mantiene en el último tramo del film, un colega de su gremio le dice: "Es que en España todo está montado para que no hagas nada". Didac combate contra ese contexto desde una insobornable radicalidad y con nulo interés por contemporizar o intentar encajar renunciando a alguno de sus principios: él hace lo que cree que debe hacer y sigue su línea sin importarle demasiado las mayores o menores ventas que pueda obtener (lo deja bien claro en una de las escenas de la película). Tampoco cabe hablar de provocación porque para que tal exista se debe pretender buscar un amplio número de espectadores que contemplen tu obra y tampoco ese es el caso. El título del film nos da pistas: Shangai brilla entre líneas. Posiblemente, se trata de buscar los recovecos, los intersticios, los espacios invisibles en los que puedas desarrollar libremente tu creación e intentar irlos ensanchando. Este interesantísimo documental vendría a ser el acta notarial de ese proyecto, que a muchos les parecerá insensato y a otros nos parece imprescindible.


Bicentenario de Pablo Álvarez Mesa


CALIFICACIÓN: 

El 6 de noviembre de 1985 un comando del movimiento guerrillero colombiano M-19 asaltó el Palacio de Justicia de Bogotá. Sobre los motivos de la operación hay argumentos enfrentados: unos afirman que se debió a que el Gobierno no estaba cumpliendo las condiciones del acuerdo con la guerrilla firmado el 24 de agosto de 1984; otros, que el ataque tenía como fin destruir los expedientes judiciales contra los acusados de diversos delitos (entre ellos, muchos narcotraficantes). Sea como fuere, este documental convierte el hecho en símbolo de los problemas y contradicciones de un país siempre atravesado por la violencia y que es conjunción de culturas e identidades diversas. Bicentenario s una sutil y certera reflexión sobre los mecanismos que se utilizan para construir los relatos históricos y la precariedad de los mismos y, en particular, sobre cómo la memoria histórica y la realidad de los hechos pueden desaparecer fácilmente en virtud de la propia marcha de los acontecimientos. Los papeles quemados con la jurisprudencia del Tribunal Supremo de Colombia no son, en este sentido, ni símbolo ni metáfora, sino la evidencia palpable de dicha aseveración.


Cuando cierro los ojos de Sergio Blanco y Michelle Ibaven


CALIFICACIÓN: 

El año pasado, en la retrospectiva que el Festival MÁRGENES 2019 dedicó al proyecto mexicano Gira de Documentales Ambulante, pudimos ver el documental Presunto culpable (2008) de Roberto Hernández y Geoffrey Smith, el cual nos permitía ver, prácticamente en vivo, las fallas y arbitrariedades del sistema judicial de México. Cuando cierro los ojos aborda el mismo tema pero desde una perspectiva diferente, la de la situación de aquellos indígenas condenados por los tribunales y que, por lo tanto, han sido sentenciados sin llegar a comprender con claridad ni los motivos de su detención ni los fundamentos de su acusación. Al mismo tiempo que conocemos los detalles del proceso, se va construyendo una radiografía de aquellas personas que pertenecen a los pueblos excluidos y marginados de México y de la situación familiar y social que llegan a padecer, logrando que el film pase de la "anécdota" a categorías de orden superior, las que explican todo un sistema de discriminación y diferencias y brechas colectivas.


El espacio interior de Agustina Grillo y Pío Filgueira


CALIFICACIÓN: 

Hasta en el rincón más modesto del mundo puede estar gestándose una labor extraordinariamente valiosa. Y esto es lo que muestra este documental argentino: en un lugar aislado, hay un observatorio astronómico donde un pequeño grupo de personas siguen un riguroso programa de observaciones del cosmos marcado por la NASA. Solo el televisor es una ventana a la realidad exterior, por la cual se cuelan las noticias y los intensos derbies entre Boca Juniors y River Plate. Nada parece ocurrir pero, como dice uno de los astrónomos, él se siente profundamente orgulloso de su trabajo. Porque, muchas veces, el avance de la ciencia y el progreso del ser humano depende del trabajo callado, férreo, rutinario e ignorado de muchas personas anónimas que dan pequeños pasos que, sumados todos ellos, nos hacen ir hacia delante. Esta sencilla moraleja es la que retrata este precioso y delicado documental.


Fordlandia Malaise de Susana de Sousa Dias


CALIFICACIÓN: 

Este documental brasileño nos invita a realizar un viaje alucinante a una ciudad fantasma. Esa ciudad hoy fantasma fue construida por Henry Ford en plena selva del Amazonas para la producción de caucho. Y se trata de un viaje alucinante por las impactantes imágenes de abandono y soledad que reina en las construcciones deterioradas y en mal estado por las que la cámara se pasea y por la historia que la voz en off va desplegando, una historia que nos habla de una naturaleza que se acaba tomando revancha contra un ser humano implacable y depredador. El punto fuerte de este documental, aparte del argumento que las palabras despliegan, es su precisa y medida planificación visual que proporciona unas imágenes en blanco y negro de extraordinario poderío visual capaces de evocar ese pasado interrumpido en el que había seres humanos habitando el lugar que terminaron dejando paso al más absoluto e inquietante abandono.


Las cuatro esquinas y Madrid de Kikol Grau


CALIFICACIÓN: 

Este título, que ya vimos en el reciente Festival de Sevilla, nos lleva a reencontrarnos con Kikol Grau, insólito realizador de documentales que conocimos gracias a una retrospectiva del Atlántida Film Fest 2018. Ya entonces, pudimos ver Las más macabras de las vidas (film sobre la banda Eskorbuto), Inadaptados (dedicado a Cicatriz), No somos nada (centrado en La Polla Records) y Los demenciales chicos acelerados (sobre la escena punk de Barcelona). Ahora, con Las cuatro esquinas y Madrid, Kikol Grau redondea su quintento de films sobre el movimiento punk en nuestro país, llevándonos por los grupos que surgieron en las Canarias, Baleares, Galicia, Asturias, Cantabria, Aragón, las dos Castillas, Extremadura, Andalucía y Madrid. A la vez que se realiza este recorrido, el documental nos relata cómo fue el avance del bando nacional durante la Guerra Civil, estableciendo un paralelismo revelador que explica de dónde surge la rabia de todos los grupos de un movimiento musical que siempre fue verdaderamente radical y verdaderamente alternativo.


Panquiaco de Ana Elena Tejera


CALIFICACIÓN: 

Un emigrante vive fuera de su tierra, en Portugal. Allí, es un extraño y siente nostalgia por el lugar donde nació. De repente, casi como si fuera una visión que se hubiera hecho real, lo vemos en su país de origen y contemplamos un mundo en el que la cotidianidad más prosaica y los elementos oníricos y casi delirantes aparecen combinados y entremezclados dando lugar a una historia que parece cabalgar en una vigilia extraña a medio paso entre la realidad y el sueño. Panquiaco nos sirve para entrar en contacto con el aquí desconocido cine panameño y nos muestra cómo hasta en los países ajenos a la tradición cinematográfica más consolidada ofrecen obras de interés que no tienen miedo a ser propuestas arriesgadas e innovadoras que desafían los convencionalismos e invitan al espectador a adaptar su mirada hacia otros enfoques y perspectivas.


Las razones del lobo de Marta Hincapié Uribe


CALIFICACIÓN: 

Como Bicentenario (y como Los fantasmas del Caribe de Felipe Monroy, de la que hablamos con motivo de su proyección en el Festival de Málaga 2019), Las razones del lobo profundizan en el contexto de violencia que desde hace décadas sacude la sociedad colombiana. En este caso, la directora nos relata su propia experiencia personal durante su infancia y juventud, tiempo en el que vivió en una urbanización de lujo aislada (veremos que solo en parte) de la guerra civil no declarada que vive el país. Su familia tiene un pie dentro del grupo que conforman las élites dirigentes del país y otro dentro de los movimientos críticos que ponen en cuestión el statu quo existente. Marta Hincapié Uribe nos va relatando su biografía, revelando los hechos decisivos de la misma y haciendo descubrir al espectador que su vida viene a ser algo así como una representación de la escisión que sufre su país entre dos bandos y del estupor que provoca un inacabable conflicto que ha marcado de forma indeleble las vidas de millones de compatriotas. 


Sirena de Carlos Piñeiro


CALIFICACIÓN: 

En esta película boliviana rodada en blanco y negro (con cierto aire que me ha hecho recordar a Érase una vez en Anatolia de Nuri Bilge Ceylan) un hecho fortuito pone patas arriba unas vidas, unas formas de pensar y unas fachadas que parecían sólidas e inamovibles. Un hombre ha muerto en una lejana y aislada aldea y un grupo de amigos inician una incierta expedición hasta el lugar para recuperar su cadáver. Pero una vez allí, los aldeanos les comunican que el entierro del fallecido tiene que producirse en la propia aldea. Este hecho insólito para las recién llegados pondrá de manifiesto el choque que se produce como consecuencia de la diversidad cultural y étnica de Bolivia y la precariedad e inestabilidad de ciertas formas de modernidad (impostada) que se hallan meramente incrustadas en el país. Film interesante mucho más por lo que sugiere que por lo que explicita y pone abiertamente de manifiesto.


- SECCIÓN ESCÁNER

Los inocentes de Guillermo Benet


CALIFICACIÓN: 

Ya tuvimos ocasión en 2019 de ver en el Festival de Málaga el corto que ha servido de origen a este largometraje y, si el corto nos pareció uno de los mejores del certamen ese año, ahora el largometraje es, sin duda, una de las grandes sorpresas de este 2020 en el apartado de ficción. La historia, que parte de un hecho real (que fue la narrada por el famoso documental Ciutat morta 2014– de Xavier Artigas y Xapo Ortega), aunque sumamente ficcionado, es narrada desde una multiplicidad de perspectivas, la de un grupo de personas que han huido de un local okupado tras una intervención de las fuerzas del orden y que piensan que ha podido ser una de ellas las responsable del ataque sufrido por un policía que ha resultado gravemente herido. El tono coral de la película permite realizar una sugestiva exploración de formas de pensar, de estados vitales y de modos de reacción que se constituyen en radiografía y diagnóstico no solo de una generación sino de toda una época en la que el individualismo prima sobre cualquier otra consideración o perspectiva. Con su montaje fragmentado y su constante tensión visual, Los inocentes sabe trascender la anécdota para alcanzar la categoría de honda reflexión sobre un momento crítico en el que el más mínimo suceso puede alterar por completo todo el orden de las cosas. Si a todo ello unimos el magnífico nivel de todo su reparto (a destacar los trabajos de Olivia Delcán, Pablo Gómez-Pando y Susana Abaitua), se redondea un cóctel tan explosivo y deslumbrante como demoledor.


Nación de Margarita Ledo


CALIFICACIÓN: 

Nación está muy emparentada por su temática (muchísimo menos por el estilo) con El año del descubrimiento de Luis López Carrasco, documental que reseñamos en nuestra primera entrega sobre el Festival MÁRGENES 2020. Si el citado documental giraba en torno al desmantelamiento del sector industrial de Cartagena a principios de los años 90, Nación tiene como trasfondo el cierre de la fábrica de PONTESA en el año 2001 (curiosamente, una película de 2014, Las altas presiones de Ángel Santos, que se ha proyectado en la sección "Más allá del espejo" de este mismo certamen, también hacía referencia a ese mismo hecho) y la pérdida de todos los puestos de trabajo allí existentes, que estaban ocupados íntegramente por mujeres. La quiebra de la empresa, tras una serie de sucesivas ventas que empezaron con una decisión de privatización por parte del Gobierno, conllevó que los salarios y las indemnizaciones por despido no fueran pagados, dando lugar ello a un proceso judicial que se ha prolongado hasta este mismo año 2020, casi dos décadas después del cierre de la fábrica. Nación es mucho más que la crónica de esta crisis empresarial, ya que es una exploración de la identidad de unas mujeres que lograron acceder al mundo laboral en unos momentos en los que ello no era nada fácil y, en un sentido más amplio, de la identidad de un pueblo, de una región de un territorio, que se ha visto seriamente quebrantada por la destrucción de su tejido económico. En un año en el que en España se han hecho grandes documentales, Nación se suma por méritos propios a una larga lista de títulos que se han convertido en imprescindibles para tomar el pulso a dicho género en nuestro país.


Ons de Alfonso Zarauza


CALIFICACIÓN: 

No sabíamos nada de Alfonso Zarauza desde que su más que apreciable Los fenómenos (2014) se proyectara en la Sección Oficial del Festival de Malaga de 2014. Ahora, en el Festival MÁRGENES, nos ha presentado una película muy distinta a su film anterior y a su opera prima, La noche que dejó de llover (2008). Si La noche que dejó de llover se inscribía en cierta narrativa gallega muy emparentada con, por ejemplo, con La parranda de Eduardo Blanco-Amor (tan representativa como para que haya dado lugar a dos adaptaciones: Parranda 1977– de Gonzalo Suárez y A esmorga –2014– de Ignacio Vilar) y Los fenómenos era una crónica social que retrataba los años del desarrollo y explosión de la burbuja inmobiliaria, en Ons el realizador nos ofrece una historia intimista en la que una pareja (interpretada por Antonio Durán 'Morris' y Melania Cruz) que ha pasado por una tragedia personal se trasladan a pasar unos días a una isla donde vive el hermano de ella. A partir de ahí, todo un conjunto de turbulencias personales pondrán en cuestión la aparente estabilidad que parece dominar en el entorno. Ons se trata de una preciosa miniatura que aborda con exquisita delicadeza el tema de nuestras frustraciones y de la brecha que separa nuestros anhelos de la dura realidad que, la mayoría de las veces, tenemos que aprender a sobrellevar.





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