TÍTULO: Vengadores: Endgame. TÍTULO ORIGINAL: Avengers: Endgame. AÑO: 2019. NACIONALIDAD: Estados
Unidos. DIRECCIÓN: Anthony y Joe Russo. GUION: Christopher Markus y Stephen
McFeely, adaptando los cómics de Stan Lee, Jack Kirby y Jim Starlin. MONTAJE: Jeffrey Ford y Matthew Schmidt. DIRECCIÓN
DE FOTOGRAFÍA: Trent Opaloch. MÚSICA ORIGINAL: Alan Silvestri. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Robert Downey Jr., Chris Evans, Mark Ruffalo,
Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Jeremy Renner, Don Cheadle, Paul Rudd, Josh
Brolin, Benedict Cumberbatch, Chadwick Boseman, Brie Larson, Tom Holland, Karen
Gillan, Zoe Saldana, Evangeline Lilly, Tessa Thompson, Rene Russo, Elizabeth
Olsen, Anthony Mackie, Sebastian Stan, Tom Hiddleston, Danai Gurira, Benedict
Wong, Pom Klementieff, Dave Bautista, Letitia Wright, John Slattery, Tilda
Swinton, Jon Favreau, Hayley Atwell, Natalie Portman, Marisa Tomei, Angela
Bassett, Michael Douglas, Michelle Pfeiffer, William Hurt, Cobie Smulders, Sean
Gunn, Winston Duke, Linda Cardellini, Maximiliano Hernández, Frank Grillo,
Hiroyuki Sanada, Tom Vaughan-Lawlor, James D’Arcy, Jacob Batalon, Gwyneth
Paltrow, Robert Redford, Chris Pratt, Samuel L. Jackson, Lexi Rabe, Ross
Marquand, Joe Russo, Emma Fuhrmann, Michael James Shaw, Terry Notary, Ben
Sakamoto. DURACIÓN: 181 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL:
https://disney.es/peliculas/vengadores-endgame y https://www.marvel.com/movies/avengers-endgame. ENLACE EN GOOGLE PLAY: https://play.google.com/store/movies/details/Marvel_Studios_Vengadores_Endgame?id=3NQg4Iqvp8Y&hl=es.
Han pasado 11 años desde que se
estrenara Iron Man (2008) de Jon
Favreau, la película con la que la Marvel inició una saga de películas que ha
llegado a su culminación con Vengadores:
Endgame. A lo largo de este decenio largo, ha habido películas mejores y
películas peores. En esta revista, nos gustaron mucho Capitán América: El primer vengador (2011),
Thor: El mundo oscuro (2013) de Alan
Taylor ,
Capitán América: El soldado de invierno (2014)
y Vengadores: Infinity War (2018) de
Anthony y Joe Russo y Capitana Marvel (2019) de Anna
Boden y Ryan Fleck. Nos gustaron menos Thor
(2011) de Kenneth Branagh y Los vengadores (2012) de Joss Whedon.
A medio camino entre uno y otro extremo, estuvieron el resto de títulos. Ahora
que llegamos a un primer desenlace de la saga (desenlace solo aparente), toca
analizar cómo ha quedado la estación final de tan largo viaje y realizar el
balance de tan colosal empeño.
Siendo una película que supone un
final de ciclo, estaba claro que tenía que haber un despliegue de medios sin
precedentes en relación al resto de títulos y, efectivamente, lo hay. En Vengadores: Endgame, convergen las
tramas de todas las películas anteriores, acaban apareciendo todos los
integrantes principales de todos los repartos que se han ido formando para los
diferentes films y personajes de la franquicia y se ha levantado una historia
que lleva a una película de tres horas de duración, récord de metraje para cualquier
adaptación de cómic y para cualquier blockbuster
actual, que difícilmente se atrevería a arriesgar en taquilla con una
duración tan prolongada para una producción. Pero lo que creo que hay en Vengadores; Endgame es, ante todo y
sobre todo, un despliegue de imaginación y audacia. Porque haciendo uso el
guion de la estrategia moderna de diseñar tres actos prácticamente autónomos,
cada uno con su tono y ritmo narrativos propios, realiza algo sumamente
arriesgado. Y es que el tono anticlimático del desenlace de Vengadores: Infinity War se prolonga en todo
el primer acto, que prescinde de cualquier secuencia de acción y de cualquier tipo
de aceleración dramática y se convierte en una insólita crónica de la
desolación que dejará perplejo a cualquier seguidor habitual de las
adaptaciones de cómics al cine (probablemente, solo Logan – 2017– de James Mangold se atrevió a hacer algo similar).
Pero no satisfechos con este arranque inaudito, los creadores de la película
optan por un segundo acto en el que se embarcan en una complejísima trama de
viajes y dislocaciones temporales que suponen todo un desafío para el
espectador. Todo ello es el camino para llegar al tercer acto, donde, después
de dos horas de película, llega la secuencia con la gran batalla del film, la madre de todas las
batallas, la secuencia donde toda la saga se hace presente, donde todo
converge, donde todo comparece, donde todo coexiste y es el clímax final y
definitivo de una larga serie de 22 títulos.
¿Qué balance podemos hacer de
este largo ciclo? Como todo balance, tiene sus luces y sus sombras. En el lado
positivo, cabe mencionar que las adaptaciones de cómics al cine y, en
particular, los de la Marvel, han logrado inyectar calidad al género de acción.
Sin estas películas, este género se hubiera movido en una tónica de puro
espectáculo de ruido y montaje frenético y hubiera acabado decayendo en una
línea cada vez más pobre y decadente. Gracias a estas adaptaciones, esto no ha
sucedido. Por otro lado, no se puede negar que, como ocurre en Vengadores: Endgame, las películas de la
Marvel han arriesgado a la hora de elaborar historias, no conformándose con
diseñar historias simples y lineales (tal vez, por influjo de la trilogía de El caballero oscuro de Christopher
Nolan) sino optando por tramas complejas y en la que los claroscuros de los personajes
cada vez han estado más presentes. Finalmente, como último aspecto positivo,
hay que decir que los argumentos de estas adaptaciones han estado cada vez más
influidos por preocupaciones e inquietudes de nuestro tiempo. Mencionemos, por
ejemplo, la presencia de tramas oscuras dentro del Estado en Capitán América: El soldado de invierno o
el empoderamiento de la mujer y la desconfianza en las verdades oficiales en Capitana Marvel.
Pero también han tenido un lado
negativo. El primero, que no han dejado espacio para otro tipo de
superproducciones. Echamos de menos películas de gran presupuesto que se hacían
en el pasado como Gigante (1956) de
George Stevens, El puente sobre el río
Kwai (1957), Lawrence de Arabia (1962)
y Pasaje a la India (1984) de David
Lean, Espartaco (1960), 2001: Una odisea del espacio (1968) y Barry Lindon (1975) de Stanley Kubrick, Ben-Hur (1959) de William Wyler, Cleopatra (1963) de Joseph L. Mankiewicz,
El padrino (1972) y Apocalypse Now (1979) de Francis Ford
Coppola, El cazador (1978) de Michael
Cimino o Uno de los nuestros (1990) y
Casino (1990) de Martin Scorsese, películas
que, aparte del gran despliegue de medios, tenían una profundidad que se ha ido
perdiendo en las superproducciones recientes. Como segundo punto negativo, la
saga de la Marvel ha ido imponiendo un modelo de industrialización de la
producción cinematográfica, que Netflix ha heredado claramente, en el que la
figura del autor se ha ido difuminando a favor de un sistema de producción en
serie donde la creatividad y aportaciones del realizador van teniendo cada vez
menos peso.
Sea como sea, el futuro no está
escrito. Con Vengadores: Endgame
termina un ciclo y, a partir de ahora, no sabemos lo que pasará. ¿Conseguirá la
Fase 5 de la saga Marvel, que comenzará con Spider-Man:
Lejos de casa – con estreno previsto para el próximo 5 de julio en nuestro
país– tener el mismo éxito que sus predecesoras?¿Se acabarán encontrando
cómodos los directores en el modelo “industrial” que parece irse
imponiendo?¿Será, tanto las adaptaciones de cómics como el modelo Netflix, dos
burbujas que acabarán estallando?¿Se acabarán hastiando los espectadores de
superproducciones de acción y se abrirán camino otros tipos de historias y
relatos?¿Se impondrán, por el contrario, estas adaptaciones como la nueva
narrativa épica que toda civilización, en el fondo, necesita? Hay millones de
futuros posibles y, tal vez, sea el Doctor Extraño el único que conoce cuál de
ellos tendrá lugar...
TRÁILER DE LA PELÍCULA:
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