EL SILENCIO DE LA CIUDAD BLANCA DE DANIEL CALPARSORO. COMPLEJIDAD CONSPIRATIVA.


TÍTULO: El silencio de la ciudad blanca. TÍTULO ORIGINAL: El silencio de la ciudad blanca. AÑO: 2019. NACIONALIDAD: España. DIRECCIÓN: Daniel Calparsoro. GUION: Roger Danès y Alfred Pérez Fargas, adaptando la novela de Eva García Sáenz de Urturi. MONTAJE: Antonio Frutos. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Josu Inchaustegui. MÚSICA ORIGINAL: Fernando Velázquez. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Javier Rey, Belén Rueda, Aura Garrido, Manolo Solo, Álex Brendemühl, Ramón Barea, Rubén Ochandiano, Pedro Casablanc, Joseba Apaolaza, Itziar Ituño. DURACIÓN: 110 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: https://deaplaneta.com/es/el_silencio_de_la_ciudad_blanca. ENLACE EN GOOGLE PLAY: https://play.google.com/store/movies/details/El_silencio_de_la_ciudad_blanca?id=KeVRmf91OPs.P&hl=es.

CALIFICACIÓN: 

Con motivo del reciente estreno de El asesino de los caprichos (2019) de Gerardo Herrero, ya hablamos  de ese subgénero cinematográfico centrado en “los asesinos en serie ritualistas” que tanto juego ha dado desde Seven (1995) de David Fincher. Solo dos semanas después del estreno de la película española mencionada, se vuelve a producir el estreno en salas comerciales de un título similar de nuestro país, lo cual es un signo de la confianza existente en este tipo de films de cara a llevar espectadores a la taquilla. En esta ocasión, se trata de El asesino de la ciudad blanca, película que tiene una base literaria, la de la novela homónima de Eva García Sáenz de Urturi, autora que se dio a conocer en el año 2012 con La saga de los longevos, obra publicada online, antes de que, a partir de 2016, empezara a publicar en el grupo Planeta la trilogía formada por, precisamente, El silencio de la ciudad blanca, Los ritos del agua y Los señores del tiempo, novelas criminales que se desarrollan en la ciudad de Vitoria y que se basan en complejas y un punto esotéricas tramas criminales. Para la realización de la adaptación cinematográfica de la primera entrega de la saga, se ha confiado en el director Daniel Calparsoro, todo un especialista del thriller y de las películas de acción, quien, habiendo iniciado su carrera con films tan personales como Salto al vacío (1995), Pasajes (1996), A ciegas (1997), Asfalto (2000), Guerreros (2002) y Ausentes (2005), se ha ido decantando por un cine de género caracterizado por un estilo ágil, tenso y vibrante. Ahí están para demostrarlo las series El castigo (2008), La ira (2009) e Inocentes (2010) y las películas Invasor (2012), Combustión (2013), Cien años de perdón (2016) y El aviso (2018). Y hay que decir que la aportación de Calparsoro es fundamental para que la película logre salvarse y mantener en todo momento la atención del espectador.




No solo la intervención del realizador, sino también la de su reparto (en especial, un esforzado Javier Rey y unos sobrios Belén Rueda, Aura Garrido, Manolo Solo, Álex Brendemühl y Ramón Barea) y la de un equipo técnico y artístico que consiguen acabar haciendo creíble una historia que bordea lo imposible y en la que se le obliga al espectador que su suspensión de la incredulidad llegue a extremos verdaderamente heroicos y exigentes. Posiblemente, porque, en los últimos tiempos, se ha desvirtuado la esencia de lo que es la novela negra genuina, introduciéndole elementos ajenos a su condición que no tienen nada que ver con el realismo que caracterizaba a la misma. La introducción de elementos fantásticos y esotéricos (que provocan que quepa hablar de “novela neogótica” más que de novela negra propiamente dicha) debe tener un límite y hay que reconocer que la historia en la que se fundamenta El silencio de la ciudad blanca bordea ese límite con excesiva ligereza. Sin embargo, sí que hay que reconocer que, gracias a un elemento del guion, que irrumpe a la media hora de película, aproximadamente, tiene lugar una revelación que convierte lo que era, hasta ese momento, una historia de misterio en una historia de suspense y salva uno de los principales peligros de este subgénero, peligro que, como ya dijimos, El asesino de los caprichos no lograba salvar.

Gracias a este elemento salvador y a los ya aludidos trabajos de director, reparto y equipos técnico y artístico, El silencio de la ciudad blanca es una película ágil, que, a pesar de sus casi dos horas de duración, logra mantener constantemente la atención del espectador y que encierra una nada sutil mirada crítica a un grupo social que, parapetado tras unos modos y maneras elegantes, educados y pretenciosos, alberga una dosis de inesperada violencia y capacidad de destrucción en su interior.


TRÁILER DE LA PELÍCULA:


IMÁGENES DE LA PELÍCULA:














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