TÍTULO: Los hermanos Sisters. TÍTULO ORIGINAL: Les frères Sisters. AÑO: 2018. NACIONALIDAD: Francia-Estados
Unidos-España-Bélgica-Rumanía. DIRECCIÓN: Jacques Audiard. GUION: Jacques
Audiard y Thomas Bidegain, adaptando la novela de Patrick DeWitt. MONTAJE: Juliette
Delfling. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Benoît Debie. MÚSICA ORIGINAL: Alexandre Desplat. INTÉRPRETES
PRINCIPALES: John C. Reilly, Joaquin Phoenix, Jake Gyllenhaal, Riz Ahmed, Rebecca
Root. DURACIÓN: 122 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.avalon.me/distribucion/catalogo/los-hermanos-sisters. ENLACE A FILMIN: https://www.filmin.es/pelicula/los-hermanos-sisters.
El western es un género que se resiste a extinguirse. Probablemente,
porque sus claves esconden muchos de los problemas y dilemas eternos del ser
humano, de modo que su mitología e iconografía (lejos de ser los exponentes de
un acusado realismo, ya que podríamos encontrar multitud de inexactitudes
representativas en los que son elementos visuales y narrativos indisociables al
género) se han convertido en pilares estructurales de una narrativa épica en la
que las figuras del héroe y del antihéroe y los conceptos de civilización y
barbarie (con toda posibilidad de matices en sus luces y sombras) han sido
objeto de desarrollo, reflexión, apología, crítica y hasta de deconstrucción,
trascendiendo las verdaderas circunstancias históricas hasta crear un marco
intemporal en el que la imaginación corre caprichosa y desbordante. Si en los
últimos años, Quentin Tarantino, con Django desencadenado (2012) y Los odiosos
ocho (2015), los hermanos Coen, con Valor de ley (2010) y La balada de Buster Scruggs
(2018), y Andrew Dominik, con El
asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007) – película que suscitó
enconadas críticas por parte de determinados críticos y espectadores,
precisamente por su carácter antiépico y desmitificador–, han logrado
revitalizar el western, ahora es el sorprendente
turno del director francés Jacques Audiard, que, con Los hermanos Sisters, ha realizado una película insólita e
inclasificable.
Si toda la apariencia visual,
narrativa y dramática de Los hermanos
Sisters es, sin dejar lugar a la duda, la del western tradicional, su historia, su tono y sus interpretaciones
esconden las suficientes asperezas y fricciones como para poder llegar a
concluir que estamos ante algo diferente, que se ha hecho posiblemente no con
la intención de refutar el género (como, quizás, quería pretender el film de
Dominik) o de refundarlo (lo que sería, más bien, las intenciones de Tarantino
o los Coen) sino con la de utilizar sus códigos para hablarnos del presente y,
en un sentido más amplio, del aire de familia que emparenta nuestros problemas
actuales con los de otras épocas y contextos históricos.
Jacques Audiard vuelca en el film
muchas de sus obsesiones autorales ya mostradas en otros films – como De latir mi corazón se ha parado (2005),
Un profeta (2009), De óxido y hueso (2012) y Dheepan (2015)–, como, por ejemplo, la
supervivencia en un contexto hostil y cómo dicho contexto configura
mentalidades y formas de comportamiento, la reformulación del concepto de familia,
la exploración de los mecanismos que actúan en situaciones de violencia y la
formación de microcosmos aislados dentro de universos amplios y pretendidamente
totalizadores. Para desbrozar todos esos temas, Audiard se sirve de un juego
narrativo formado por dos duplas de personajes. Por un lado, los hermanos que
dan título al film (interpretados por John C. Reilly y Joaquin Phoenix) y, por
otro, los encarnados por Jake Gyllenhaal y Riz Ahmed, es decir, el nexo de
sangre vs. el nexo emocional/intelectual. Dos duplas que, además, representan
dos maneras de entender su entorno: la de aquellos que no ponen nada en cuestión
y siguen su camino rigiéndose por los cauces convencionalmente aceptados y la
de quienes sueñan con otros horizontes y otras perspectivas.
Con cuatro magníficas interpretaciones
del cuarteto que encabeza el reparto, Los
hermanos Sisters introduce elementos inauditos dentro del género como las
inquietudes sociales del personaje interpretado por Riz Ahmed (hay un
antecedente literario de un hecho similar en la novela El bandido adolescente – 1965– de Ramón J. Sender) o la exploración
psicoanalítica que se realiza de los hermanos protagonistas (solo podemos encontrar
algo parecido en El zurdo (1958) de
Arthur Penn, en El rostro impenetrable (1961)
de Marlon Brando y en el film citado de Andrew Dominik) para acabar trazando
una posible metáfora de la encrucijada de los tiempos actuales: en un entorno
violento y peligroso, y muertos los sueños de cambio social, solo queda el
refugio en las instancias tradicionales (por ejemplo, la familia) para recuperar
la brújula y un mínimo de certidumbre. Es decir, Los hermanos Sisters acaba siendo un diagnóstico de cómo nuestras
sociedades van deslizándose peligrosamente hacia el rechazo o indiferencia por
la modernidad.
TRÁILER DE LA PELÍCULA:
IMÁGENES DE LA PELÍCULA:
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