EL FESTIVAL DE MÁLAGA 2020 EN 14 MIRADAS (14.2): LÚA VERMELLA DE LOIS PATIÑO. ENTREVISTA A SU DIRECTOR


 

Lúa vermella de Lois Patiño fue la película que ganó la Biznaga de Plata a la Mejor Película Española en la Sección Zonazine del Festival de Málaga 2020. Lúa vermella se desarrolla en la costa gallega, un lugar en el que la bruma, los naufragios, las desapariciones y los espíritus se entremezclan para llevarnos a un estado de percepciones en el que no sabemos distinguir qué es la realidad y cuáles son las dimensiones paralelas o, a lo mejor, fantasmagóricas. Lúa vermella puede ser contemplada como una película de ficción cuya trama gira en torno a “El Rubio”, un buzo desaparecido, como un documental sobre las creencias ancestrales que están arraigadas en la costa gallega o como un film híbrido en el que no sabemos dónde termina la realidad y dónde empieza la fantasía y el delirio.

TRÁILER DE LÚA VERMELLA


Hemos tenido la oportunidad de hablar con Lois Patiño que, en la entrevista que prosigue, explica y revela muchas de las claves de su film.



Lois Patiño, director de Lúa vermella, película que ha ganado la Biznaga de Plata a Mejor Película Española en el Festival de Málaga 2020


CINE ARTE MAGAZINE: Hola, Lois. En enero, entrevistamos a Andrés Duque y nos dijo que uno de los grandes temas del cine actual era ese terreno que existe entre la realidad y la ficción, en el que lo ilusorio y lo fantástico tiene un peso específico, y ponía como ejemplo el cine de Lynch u Origen de Christopher Nolan. Si vemos tu película, encaja perfectamente en esa idea. Puede ser ficción, un documental sobre las creencias existentes en Galicia o como un experimento visual. ¿Es correcto entenderlo así?

LOIS PATIÑO: Efectivamente, la voluntad de la película era trabajar el híbrido total, entre cine experimental, casi muy próximo al vídeo-arte incluso, con una voluntad de retrato documental al trabajar con las propias personas del pueblo, hay algo como un álbum de fotos o de documental fotográfico, pero envuelto todo como por una ficción mitológica con toques de relato de terror… Esta voluntad de mezclar muchos géneros está muy presente en la película. Una película que el universo que retrata es un universo de limbo, entre los vivos y los muertos, entre la vigilia y el sueño, entre la realidad y el mito. La película intenta jugar mezclando mucho porque de la mezcla surgen cosas muy innovadoras y muy sorprendentes.

CINE ARTE MAGAZINE: Y, además, una de las imágenes que vemos en la película es la de la isla de San Borondón, esa isla que no sabemos si existe o no, lo cual refuerza esa atmósfera de limbo que mencionas…

LOIS PATIÑO: Es uno de los cuadros que aparece. Es que la película también busca profundizar en la identidad gallega. Si en mi anterior película, Costa da norte, reflexionaba o profundizaba en la historia, en el paisaje y en el carácter antropológico, aquí lo hago en los mitos más singulares del universo fantástico gallego: las meigas, la Santa Compaña… Y hay también una tradición artística y de escritores que han trabajado también ese universo imaginario del mar. Y los cuadros que aparecen en la película con las meigas y los monstruos marinos son cuadros de Urbano Lugrís, un pintor muy importante de Galicia cuyo universo era el universo marino y submarino: pinturas de naufragios subacuáticos, de construcciones bajo el mar, y también tiene de esa isla fantástica o esa isla soñada. Y también el escritor Álvaro Cunqueiro también ha trabajado mucho esos mitos del universo gallego. Es un poco lo que hacemos en la película, trabajar los mitos marinos y los mitos gallegos. Hay una frase de Álvaro Cunqueiro que es muy importante para la película: “Ese gigantesco animal, que llaman el océano, respira dos veces al día”. Entonces, ahí las mareas, la Luna, el mar como un monstruo, el mar como un cementerio, tratamos de sacar no solo la mitología del territorio terrestre gallego sino de todas las evocaciones y las resonancias del mar.



CINE ARTE MAGAZINE: No sé qué tiene Galicia pero es un lugar del que surgen muchas películas potentes y sorprendentes. Trabajan con elementos similares pero demuestran una enorme versatilidad para obtener todo tipo de variaciones…

LOIS PATIÑO: Yo creo que ahí hay como dos cosas. Por un lado, está Galicia, con su identidad, su paisaje, su cultura, sus raíces… Y los cineastas que trabajamos ahí intentamos sacar valor de todo ello. Y, por otro, la propia mirada de los cineastas. Con Galicia, por suerte, estamos en un momento muy bonito a nivel generacional, el Novo Cine Galego, con directores como Oliver Laxe, Eloy Enciso, Diana Toucedo, Eloy Domínguez Serén, Anxos Fázans, que ya sería casi de una generación posterior… Y es una lista que sigue creciendo. Y es algo muy bonito y muy fértil porque cada cineasta tiene su exploración artística y su propio lenguaje. El mío más próximo al cine experimental, el de Oliver Laxe intentando aunar un cine comercial con la exploración más contemporánea… Cada uno lleva su propio camino.



CINE ARTE MAGAZINE: Aunque hemos hablado de los elementos imaginarios de la película, esta parte de hechos reales: el naufragio, un elemento muy importante en la cultura marinera, la construcción de una presa, cuya visita crea imágenes más propias de un film de ciencia-ficción… Es decir, aunque lo imaginario está presente, elementos reales de gran potencia también lo están…

LOIS PATIÑO: La película tiene muchos puntos de contacto con la realidad. Uno de ellos, que es el que da forma al relato es la historia de “El Rubio de Camelle”, un buzo de Costa da Morte que ha recuperado más de cuarenta cadáveres de náufragos que estaban perdidos por el mar.  Escogimos esta historia por todo lo que significa de cara a cerrar el proceso de duelo. Esta película también puede ser leída como el proceso de duelo de un pueblo por la pérdida de un vecino en el mar. Pero lo que hacemos a partir de esta historia de “El Rubio” es envolverla, hacerla crecer en un universo fantástico y mitológico. Es decir, construimos un mito a partir de la historia real de “El Rubio de Camelle”. Pero después está todo lo que comentas, la presa, los pueblos, los rostros, es la propia gente del pueblo, solo que nosotros los teñimos con los mitos, con todo este relato fantástico. Es un poco lo que sucede: determinados paisajes evocan determinados mitos. No son los mismos mitos los que puedan aparecer frente al Océano Atlántico, que tiene resonancia del fin del mundo, un lugar donde ha habido muchos naufragios, un mar que es un cementerio, que los que pueden aparecer en el desierto del Sahara. Jugamos también con eso: ¿cuál es la relación entre el mito y el paisaje? Y como el mito tiene al paisaje y cómo un paisaje despierta un determinado mito.



LOIS PATIÑO: Para encontrar un correlato literario a tu película, tengo que decir que, en determinados momentos, me ha recordado a Pedro Páramo de Juan Rulfo. En Pedro Páramo, no sabemos si los personajes están vivos, si están muertos, si quienes nos hablan son espíritus o personas reales… Hay elementos reales, por ejemplo la Revolución Mexicana, pero en ella aparecen una serie de elementos que la convierten en mucho más que una crónica de ese acontecimiento…

LOIS PATIÑO: Pedro Páramo es una obra que volví a leer cuando preparaba el guion de la película. Esta película ha tenido un proceso de construcción un tanto singular. Porque el rodaje es un rodaje con una propuesta formal muy clara: figuras inmóviles en el paisaje y hay algunos pequeños elementos que hacen avanzar el relato. Pero los diálogos se escribieron en postproducción, mientras se estaba montando la película. Ahí, entonces, volví a releer Pedro Páramo porque jugamos con la idea de que el espectador no sabe si los personajes están vivos o muertos, los propios personajes no saben si están vivos o muertos, uno llega a decir: “Estamos en el sueño de alguien, estamos en el sueño de un mar muerto”. Releí mucho a Lovecraft, para teñirlo de ese terror metafísico, ese terror cósmico… Y, luego, otra película de referencia era El año pasado en Marienbad de Alain Resnais por ese carácter onírico, espectral de la película. Pero Pedro Páramo está muy presente. Es una idea clave de la película.



LOIS PATIÑO: Con todos estos elementos de los que estamos hablando, hay una cierta idea de “choque” entre la identidad de un territorio y la irrupción de lo foráneo y de las nuevas tecnologías. Sobre todo, cuando, casi al final, aparece esa imagen de cuando se abre la presa y aparece ese colosal chorro de agua. ¿Hay una reflexión en ese sentido?

CINE ARTE MAGAZINE: La presencia de la presa está vinculada, por un lado, al relato y a esa cuestión que se plantea permanentemente de qué ha sucedido en el pueblo. El relato se construye por voces corales, un conjunto de voces que van desperdigando rumores. Son voces que, a veces, se presentan como pensamientos, como dudas. A veces son como conversaciones que están suspendidas en el tiempo. Incluso, alguna se repite, como sugiriendo esa idea de psicofonía que está atrapada en el lugar. Y estas voces a veces son contradictorias. Una dice que el monstruo es el mar, otra dice que el monstruo es la Luna, otra que el monstruo es “El Rubio”, otra le echa la culpa a la presa y dice que lo está envenenando todo… La presa tiene esa justificación del relato como la de ser un presunto culpable de ese conjuro o maldición que está afectando al pueblo y, también, como la presencia de un elemento extraño en el paisaje. Por un lado, la fascinación por el hecho de que es la presa más grande de Galicia, es la presa de Belesar la que grabamos. Tuvimos la suerte también de que nos permitieran grabar en el interior, donde hay unos espacios alucinantes. El chorro es un elemento catártico, que lo grabé también porque visualmente recordaba mucho a algo fantasmagórico, espectral… Al final, el relato que adopta la película es una de las versiones de la Santa Compaña. Porque la Santa Compaña es, en una de sus versiones, almas de muertos que han quedado en el limbo y que tienen que ser guiadas al más allá. Entonces, nuestro “Rubio de Camelle” tiene que convertirse en el guía de estos cuerpos que han quedado atrapados. Entonces, la película tiene mucho de proceso de duelo y convertimos el acto de cubrir con la sábana en un acto de despedida para que puedan irse en paz. Porque los fantasmas aparecen por un proceso de duelo no bien cerrado o por esa necesidad de mantener próxima a la persona fallecida. El chorro de agua de la presa representaría la idea de los fantasmas liberados: los fantasmas estaban atrapados y “El Rubio” por fin los guía y ya pueden marchar hacia el más allá, al descanso final.

 

Pues con todo lo que nos ha explicado Lois Patiño cualquier lector que haya leído esta entrevista posee las claves para ver Lúa vermella y comprender todos los elementos tanto reales como fantásticos que la integran. Su premio en la Sección Zonazine es el aval de lo novedoso e innovador de su sugerente propuesta estética.






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