NUESTRO TIEMPO DE CARLOS REYGADAS. NUEVAS FORMAS PARA NUEVOS TIEMPOS.


TÍTULO: Nuestro tiempo. TÍTULO ORIGINAL: Nuestro tiempo. AÑO: 2018. NACIONALIDAD: México. DIRECCIÓN, GUION Y MONTAJE: Carlos Reygadas. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Diego García. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Natalia López, Carlos Reygadas, Phil Burgers, María Hagerman, Yago Martínez, Eleazar Reygadas, Rut Reygadas. DURACIÓN: 177 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: https://www.noucinemart.com/es/pelicula/nuestro-tiempo/ENLACE EN FILMIN: https://www.filmin.es/pelicula/nuestro-tiempo.

CALIFICACIÓN: 

En los últimos tiempos, el cine mexicano ha experimentado una gran explosión creativa que, por debajo de los nombres mundialmente conocidos, como Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro, está dando lugar a una larga lista de creadores capaces de aportar películas con personalidad propia y de interés indudable dentro del panorama cinematográfico actual. En Cine Arte Magazine, ya hemos hablado de Matías Meyer (Los últimos cristeros – 2011–), Hari Sama (El sueño de Lu – 2011–, Esto no es Berlín – 2019–), Carlos Bolado (Colosio. El asesinto – 2013–), Carlos Cuarón (Besos de azúcar – 2013–), David Pablos (La vida después – 2013–), Natalia Beristáin (Los adioses – 2017–) y Marta Hernáiz Pidal (La caótica vida de Nada Kadic – 2018–). Pero a estos nombres habría que añadir los de Julio Hernández Cordón (Cómprame un revólver – 2018–), Amat Escalante (Heli – 2013–, La región salvaje – 2016–) y, sobre todo, Carlos Reygadas, de quien ahora vamos a hablar, aprovechando que su última película, Nuestro tiempo, ya está disponible en Filmin.

Tanto por los temas tratados como el estilo con que los trata, el cine de Carlos Reygadas es muy peculiar, muy personal y puede llegar a ser desconcertante. Lo místico y lo carnal pueden estar presentes sin solución de continuidad en una misma historia. Lo ridículo y lo glorioso del ser humano se dan la mano en paradójica y chocante convivencia. En ocasiones, sus películas parecen apologías sin matices de la transformación y el cambio y, en otras, late una especie de nostalgia por un tiempo de armonía y calma en el que la tecnología actual esté completamente ausente. Cada una de sus películas (Japón – 2002–, Batalla en el cielo – 2005–, Luz silenciosa – 2007–, Serenghetti – 2009–, Post Tenebras Lux – 2012–) son ejercicios de reinvención permanente en los que nuevos enfoques, nuevos puntos de vista, nuevos ritmos y nuevas texturas visuales están haciendo constantemente aparición descubriéndonos nuevas facetas del autor y deshaciendo cualquier imagen previa que pudiéramos tener de su obra.  Con Nuestro tiempo ha realizado la que parece ser su película más confesional y en ella coexisten dos elementos que pudieran parecer, en principio, antagónicos pero que acaban interactuando como contextos enriquecedores mutuos: la rutina de una ganadería de toros de lidia y las nuevas formas y maneras en las que se está llegando a entender el amor y las relaciones de pareja.




El hecho que más sorprende de Nuestro tiempo es que la historia gire en torno a un matrimonio, padres de tres hijos, que vive la tensión que se deriva de aceptar ser una pareja abierta, de modo que ambos pueden tener relaciones con otras personas, y que dichos personajes estén interpretados por el propio Carlos Reygadas y su esposa en la vida real (siendo los hijos, además, sus propios hijos), lo cual tiñe, inevitablemente, el relato de un inevitable (y aparente) tono autobiográfico que proporciona al relato tanto una poderosa energía narrativa como una sensación de incomodidad que es habitual en la filmografía del realizador. A partir del momento en que la esposa inicia una relación con Phil, un adiestrador de caballos que viene de Estados Unidos, el marido afronta sus propias contradicciones internas, ya que, bajo una superficie de tolerancia y aceptación de las normas acordadas con su mujer, acaban aflorando todos sus miedos, todas sus dudas y todos sus prejuicios, lo cual termina envenenando la convivencia y la relación de pareja. Sin embargo, no hay que engañarse ya que Reygadas juega muchas veces con la dupla realidad/ficción como un elemento más de su estrategia narrativa. Ya en Batalla en el cielo, se recogía una hipotética entrevista al portero argentino del club de fútbol “Pumas”, Diego Martínez Vignatti, cuando este no era ningún futbolista sino el responsable de fotografía de la película (que, eso sí, era de Argentina, era el único elemento cierto). En Nuestro tiempo ocurre lo mismo, ya que el propio Reygadas ha afirmado que la película no es autobiográfica  pero no se puede negar que el artificio le permite dar al film una potencia narrativa similar a la que tenía Función de noche (1981) de Josefina Molina donde, ahí sí, Lola Herrera y Daniel Dicenta se interpretaban a ellos mismos.

Aparte de su dimensión temática, el segundo aspecto a destacar de Nuestro tiempo es su poderosa imaginería visual que le permite trazar planos y secuencias tan majestuosos como el que empieza en el teatro durante el concierto y, desde allí, la cámara sale del edificio y empezamos a contemplar todo el paisaje urbano de la ciudad, la que muestra el vuelo y aterrizaje de un avión hasta llegar al aeropuerto o la metafórica secuencia final que nos cuenta el mensaje que encierra el desenlace de la película. Pero, además, gracias a la gran habilidad que tiene Reygadas en el montaje, logra trazar en las primeras escenas un sutil viaje en el tiempo en el que empezamos viendo a los niños, después a unos adolescentes y, finalmente, a los dos protagonistas como si estuviéramos recorriendo las distintas fases por las que transcurren los sentimientos y las emociones. Tampoco falta la presencia de elementos de la cultura popular mexicana, en esta ocasión la figura del artista El Muertho de Tijuana, quien canta su canción “Halloween”, y que, con su imponente y rompedora imagen, marca un fortísimo contraste con la situación que está desarrollando en el momento de su aparición.

Por todo lo dicho, Nuestro tiempo es una película que nos deslumbra, que nos desconcierta y que, como toda gran película, deja al espectador con más preguntas que con respuestas definitivas, lo cual es una invitación para reflexionar sobre lo que en ella vemos y contemplamos.


TRÁILER DE LA PELÍCULA:



IMÁGENES DE LA PELÍCULA:








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