Hoy, publicamos la reseña de Hogar, película estrenada recientemente en Netflix.
TÍTULO: Hogar. TÍTULO ORIGINAL:
Hogar. AÑO: 2020. NACIONALIDAD:
España. DIRECCIÓN y GUION: Álex Pastor y David Pastor. MONTAJE: Martí Roca. DIRECCIÓN
DE FOTOGRAFÍA: Pau Castejón. MÚSICA ORIGINAL: Lucas Vidal. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Javier Gutiérrez, Mario
Casas, Bruna Cusí, Ruth Díaz, Iris Vallés Torres, Cristian Muñoz, David
Ramírez, David Selvas, Dvid Verdaguer, Vicky Luengo. DURACIÓN: 103 minutos. PÁGINA
WEB OFICIAL: https://www.netflix.com/title/81004797.
CALIFICACIÓN: 
Dos aspectos convergen en Hogar, la película protagonizada por
Javier Gutiérrez y Mario Casas y dirigida por los hermanos Álex y David Pastor.
El primero, una cuestión recurrente en el cine y la literatura desde el año
2008: los efectos de la crisis económica de aquel año y la devastación que
produjo en muchas vidas y familias. Hogar
no aborda directamente este tema pero en la situación que vive el
protagonista, Javier Gutiérrez, un profesional de la publicidad que ha perdido
su empleo y que parece haberse quedado descolgado de las nuevas tendencias de
su sector se intuye que los cambios sociales, económicos y culturales de los
últimos años han pasado sobre él como una apisonadora que ha destrozado todas
sus expectativas y todos sus esquemas mentales. El segundo aspecto a destacar
es el cine de los hermanos Pastor que, por debajo de sus tramas de
ciencia-ficción o suspense, late un retrato implícito de muchas realidades
actuales que consigue, con su enfoque metafórico, una hondura y acidez mucho
mayores que la que conseguiría una descripción simple realista de los hechos.
Ya sucedía esto en Los últimos días,
su película de 2013, en la que una epidemia de agorafobia venía a ser una
representación de la incapacidad social para salir de las ideas
preestablecidas, de la impotencia frente al colapso al que conducían dichas ideas
y de la esperanza en las nuevas generaciones para transformar y cambiar un mundo
desolado. Hasta cierto punto, Hogar también
viene a ser una reflexión sobre la rigidez de las estructuras sociales y sus
consecuencias. El personaje interpretado por Javier Gutiérrez, de ocupar una
posición profesional brillante, pasa al ostracismo y su reacción es la que
entra dentro de la lógica del sistema imperante y que se basa en dos principios
esenciales: “la ley del más fuerte” y “sobrevive tú aunque sea a costa de los
demás”. A partir de ahí, todo es un mecanismo frío, implacable y despiadado.
Como suele suceder en la mayoría
de las películas de Netflix, en Hogar no
se quiere correr demasiados riesgos en su estructura o enfoque narrativos y
viene a utilizar, aproximadamente, los que ya se emplearon en El autor (2017) de Manuel Martín Cuenca.
Si en esta, Javier Gutiérrez, en su afán por triunfar como escritor, intentaba
generar una historia interactuando con los vecinos de su bloque pero acababa
siendo víctima de la conspiración de uno de ellos, aquí es el propio Javier
Gutiérrez el que, intentando recuperar la posición social perdida, también va
trazando una maquiavélica estrategia, de modo que concentra los roles que, en
el film indicado, estaban claramente separados. Sin embargo, hay que decir que,
a pesar de este aire de familia que Netflix siempre utiliza para que el
espectador jamás se sienta fuera de su zona de confort, Hogar es capaz de distanciarse de su posible modelo y sabe
encontrar su propia voz y su propio estilo, siendo una película que se deja ver
con agrado y que sabe atraparnos con su misterio y que, con el regusto amargo
que acaba dejándonos en la boca, nos lleva a la incómoda reflexión sobre qué
tipo de sociedad es en la que vivimos y sobre qué tipo de valores son los que sobre
los que se asientan nuestras actitudes y nuestros comportamientos. Con un ritmo
perfectamente medido y un reparto que brilla, sin excepción en ninguno de sus
integrantes, a excelente nivel, Hogar cumple
su propósito con plena eficacia y deja en nuestra memoria el poso de ser un
título realizado con plena corrección e indiscutible solvencia.
TRÁILER DE LA PELÍCULA:
IMÁGENES DE LA PELÍCULA:
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