TÍTULO: La inocencia. TÍTULO ORIGINAL: La innocència. AÑO: 2019. NACIONALIDAD: España.
DIRECCIÓN: Lucía Alemany. GUION: Laia Soler y Lucía Alemany. MONTAJE: Juliana
Montañés. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Joan Bordera. MÚSICA ORIGINAL: Óscar Senén. INTÉRPRETES
PRINCIPALES: Carmen Arrufat, Laia Marull, Sergi López, Sonia Almarcha, Joel
Bosqued, Josh Climent, Laura Fernández, Bogdan Florin Guilescu, Lidia Moreno. DURACIÓN: 92 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.filmax.com/peliculas/la-inocencia.122.
No es la primera vez en los
últimos tiempos que el cine español aborda el encuentro de jóvenes y
adolescentes con los aspectos más problemáticos de la vida adulta, afrontando
el tratamiento del tema desde la frescura y la agilidad narrativas. Solo
tenemos que recordar Los niños salvajes (2012)
de Patricia Ferreira,
Hermosa juventud (2014) de Jaime
Rosales, A escondidas (2014) de Mikel
Rueda,
A cambio de nada (2015) de Daniel
Guzmán, Los héroes del mal (2015) de
Zoe Berriatúa, Amar (2017) de Esteban
Crespo,
Las amigas de Ágata (2015) de Laia Alabart, Alba Cros, Laura Rius
y Marta Verheyen o Julia Ist (2017)
de Elena Martín, películas que tratan el tema desde diversos puntos de vista, desde
diversos estados de ánimo, desde distintos estratos sociales y desde distintas
trayectorias vitales. Ahora, La inocencia,
debut en el largometraje de la directora Lucía Alemany, nos propone vivir dicha
situación desde la perspectiva de Lis, una adolescente que vive en un pueblo
valenciano y que ansía vivir una vida y una realidad diferentes (sentimiento
materializado en su sueño de convertirse en artista de circo) pero que se verá
obligada a moverse, al mismo tiempo, entre su curiosidad por conocer los
diferentes aspectos que le ofrece su mundo, las limitaciones a las que quiera
someterla su entorno y su propia inexperiencia para gestionar las dificultades
que van apareciendo en su recorrido.
La inocencia retrata con sencillez pero con absoluta efectividad
expresiva el ambiente del lugar donde vive la joven protagonista, un ambiente
en el que los cotilleos entre los vecinos y la preocupación por el “¿qué dirán?”
todavía ocupan un lugar preeminente y en el que, a pesar de los cambios
sociales que se han producido, el autoritarismo en el seno familiar, con el
padre como figura jerárquica en la cúspide, sigue siendo un hecho indiscutido.
Sin embargo, Lis, en su aparente fragilidad, en su, como dice el título, “inocencia”
(inocencia que, ya hay que decir, es ambigua al ser plenamente efectiva en su
intención de avanzar con una audaz despreocupación por los obstáculos, es decir,
que es una inocencia carente, en última instancia, de candidez) logra ir
cumpliendo sus propósitos e ir construyendo su vida tal como ella desea y tiene
planeado. A la hora de narrar su historia, Lucía Alemany demuestra tener una
excelente habilidad para la dirección de actores con unos Laia Marull, Sergi
López y Sonia Almarcha completamente convincentes y solventes en sus
respectivos personajes y una inconmensurable Carmen Arrufat que, en su debut en
la interpretación, logra transmitir todos los matices y sutilezas que su
difícil papel exigía. Al mismo tiempo, la realizadora también consigue trazar
imágenes de gran potencia como la escogida para el cartel de la película, con
las cuatro chicas subidas al camión que riega las calles, brillante plasmación
visual de la voluntad de los personajes de no arredrarse ante los prejuicios y
su deseo de manifestarlo con contundencia y sin ningún tipo de ambages. En
resumen, La inocencia representa un
brillante debut de Lucía Alemany quien, con una película de enorme fluidez
narrativa que se deja ver con pleno agrado y sin ningún tipo de esfuerzo, consigue
simultáneamente abrir puertas para el análisis y la reflexión.
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