MENTES BRILLANTES DE THOMAS LILTI. DARWINISMO UNIVERSITARIO




TÍTULO: Mentes brillantes. TÍTULO ORIGINAL: Première année. AÑO: 2018. NACIONALIDAD: Francia. DIRECCIÓN Y GUION: Thomas Lilti. MONTAJE: Lilian Corbeille. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Nicolas Gaurin. MÚSICA ORIGINAL: Alexandre Lier, Sylvain Ohrel y Nicolas Weil. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Vincent Lacoste, William Lebghil, Michel Lerousseau, Darina Al Joundi, Benoît Di Marco, Graziella Delerm, Guillaume Clérice, Alexandre Blazy, Noémie Silvania. DURACIÓN: 92 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: http://adso.tv/mentes-brillantes/.

CALIFICACIÓN: 

Es descomunal la capacidad del cine francés para, a partir de una historia sencilla y con un conjunto de sutilezas perfectamente estructuradas y desarrolladas, construir películas que van mucho más allá de su apariencia argumental para abordar temas de gran alcance y profundidad. Hace unos días, hablábamos de Dobles vidas de Olivier Assayas, película que lograba llevar a cabo lo que hemos descrito al principio de este artículo, y ahora nos toca reseñar Mentes brillantes de Thomas Lilti, la cual comparte con aquella su poder de sugerencia, análisis y reflexión sosegada. Thomas Lilti es un realizador que, siendo él mismo médico de familia, ha realizado tres películas sobre su primera profesión. La primera, Hipócrates (2014), nos ofrecía la visión de un joven interno que empezaba a ejercer su trabajo en un hospital. En la segunda, Un doctor en la campiña (2016), su argumento tenía como protagonista a un veterano médico rural que, por motivos de salud, y a pesar de sus reticencias, debía ceder el relevo a una colega que había sido nombrada como sustituta. Y, finalmente, en Mentes brillantes, Lilti nos muestra los avatares y tribulaciones de unos estudiantes de primer año de Medicina que han de superar un durísimo y exigente filtro para poder llegar a estudiar la carrera que desean.

La primera parte de la película nos puede llegar a recordar a Los primos (1959) de Claude Chabrol, en la medida en que hay un personaje tenaz, laborioso, disciplinado (Vincent Lacoste) que, a pesar de sus esfuerzos y dedicación y de la intensidad de su vocación, no logra alcanzar el segundo curso y es el tercer año que lo intenta mientras que otro (William Lebghil), su mejor amigo, es perezoso, indisciplinado y negligente pero, a pesar de ello, va logrando sacar mejores notas que el primero. Sin embargo, la segunda parte de la película se aparta de lo que podía haber sido su trama previsible y acaba dando un giro radical que eleva la historia a otro nivel, constituyendo todo un aldabonazo para la reflexión del espectador.




Mentes brillantes pone claramente en cuestión el sistema de selección de profesionales que lleva a cabo la universidad francesa de cara a decidir quiénes son los estudiantes que van a poder realizar la carrera de Medicina. ¿Es adecuado un sistema que consiste, en última instancia, en saber hacer una serie de exámenes test y en memorizar toda una serie de respuestas sin ser necesario conocer el fundamento y utilidad de las mismas?¿Es el sistema óptimo aquel en que no se tiene cuenta el interés por su profesión del alumno evaluado ni su esfuerzo para llegar a comprender concienzudamente las materias que estudia?¿Hasta qué punto es un sistema corporativista al beneficiar a aquellos alumnos que han nacido y han crecido en el seno de familias que ya cuentan con profesionales de la medicina en su seno? La película de Lilti apunta a una serie de males que la sociedad francesa (en realidad, habría que decir que toda la sociedad occidental) alberga y respecto a los que no se insiste todo lo que sería necesario: por ejemplo, la burocratización enquistada en el funcionamiento de las instituciones o un clasismo congénito que pervive a pesar de las proclamas que invocan en sentido contrario (habría que reparar, en relación a este aspecto, al vínculo que parece unir al personaje de William Lebghil con su vecina asiática, subtrama que parece no tener relevancia pero que, si la analizamos en relación al conjunto del film, cobra pleno sentido, en la medida en que refleja los condicionantes sociales y culturales que impiden que una relación avance).

Película perfectamente rodada (es deslumbrante cómo el director sabe retratar con realismo absolutamente convincente el ambiente universitario y las duras pruebas de selección que los estudiantes han de afrontar) y con sus dos actores protagonistas en dos interpretaciones soberbias, posiblemente el guion hubiera necesitado perfilar algo mejor las caracterizaciones de los personajes y las dinámicas de sus diferentes relaciones (por ejemplo, familiares) para llegar a conseguir una película completamente redonda, pero, aun así, Mentes brillantes es un más que interesante film que dibuja un fresco ágil y creíble sobre una realidad que, dejando de ser anécdota, se convierte en categoría relevante.


TRÁILER DE LA PELÍCULA:




IMÁGENES DE LA PELÍCULA:




























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