JAULAS DE NICOLÁS PACHECO. CELDAS SIN BARROTES

Aprovechando que ya esté disponible en Filmin, comentamos la película española Jaulas dirigida por Nicolás Pacheco.



TÍTULO: Jaulas. TÍTULO ORIGINAL: Jaulas. AÑO: 2018. NACIONALIDAD: España. DIRECCIÓN Y GUION: Nicolás Pacheco. MONTAJE: Ana Álvarez Ossorio. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Alejandro Espadero. MÚSICA ORIGINAL: Pablo Cervantes. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Estefanía de los Santos, Marta Gavilán, Manuel Cañadas, Carlos Tirado, Belén Ponce de León, Manolo Caro, Manuel Tallafé, Antonio Dechent, Stefan Mihai, Mila Fernández, Antonio Estrada. DURACIÓN: 95 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.acontracorrientefilms.com/pelicula/901/jaulas/. ENLACE EN FILMIN: https://www.filmin.es/pelicula/jaulas

CALIFICACIÓN: 

Cuando el cine se acerca al mundo de la pobreza, de la marginalidad, de los territorios sin sueños ni esperanzas, de los rincones anónimos donde se quiebran el futuro y el porvenir, su mirada se vuelve encarnizada e implacable. Porque la cámara es un notario feroz y sin escrúpulos que no deja lugar para los matices, los engaños o los enmascaramientos. Ahí están para demostrarlo, por ejemplo, Las Hurdes, tierra sin pan (1933) o Los olvidados (1950) de Luis Buñuel, dos films a los que hay que recurrir para descubrir una línea estética (y casi podríamos decir ética) que se acaba conectando con el neorrealismo italiano – con Roma, ciudad abierta (1945) y Alemania, año cero (1948) de Roberto Rossellini, con Ladrón de bicicletas (1948) de Vittorio de Sica, Rocco y sus hermanos (1960) de Luchino Visconti, con Accattone (1961) y Mamma Roma (1962) de Pier Paolo Pasolini–, con sus ecos en Europa – por ejemplo, Surcos (1951) de José Antonio Nieves Conde– y América – La sal de la tierra (1954) de Herbert Biberman– y con películas que casi llegan hasta el día de hoy – Biutiful (2010) de Alejandro González Iñárritu, María y el araña (2013) de María Victoria Menis, Besos de azúcar (2013) de Carlos Cuarón, Pelo malo (2013) de Mariana Rondón, Cafarnaúm (2018) de Nadine Labaki – y que son testimonio vivo y crudo de las injusticias y las desigualdades.

Jaulas se sitúa en la órbita de estas películas pero aportando destellos inesperados de un tono a veces lírico a veces de una luminosidad pura que nos acaba recordando a Milagro en Milán (1951) de Vittorio de Sica. Porque en Jaulas, tan importante como retratar el lado crudo y despiadado de la vida (y la película no se corta lo más mínimo en exponerlo sin paliativos), es mostrar la ilusión y la esperanza de quienes sueñan con romper con su condición, de quienes se aferran al último clavo ardiendo (aunque con él se les achicharren las manos) para huir de todo aquello que los mantiene atados a un ambiente sórdido y sin horizonte. Por ello, la película va alternando texturas ásperas con texturas coloristas para acabar adquiriendo una factura visual y narrativa absolutamente original e insólita que convierte al film en una especie de moneda de dos caras que acaba siendo una metáfora de la propia vida, con sus luces y sus sombras, con sus momentos de fe en una redención posible y sus momentos de desaliento en los que el mundo entero se te echa encima para avisarte de que bien poco se puede hacer frente a la adversidad.





Jaulas es el primer largometraje de Nicolás Pacheco de quien, con anterioridad, solo conocíamos el corto Detrás del maíz, realizado en el año 2004 y en el que ya intervenía Belén Ponce de León, una de las integrantes del reparto de esta cinta. A pesar de ser su opera prima, Nicolás Pacheco demuestra una gran solidez y firmeza en la realización del film sabiendo mantener el pulso de una historia que podría desbocarse fácilmente pero que el director mantiene encarrilada en el marco dramático y estético dibujado desde sus primeras secuencias, en las que se crea esa atmósfera tan peculiar que acaba impregnando toda la película y le otorga su personalidad e idiosincrasia, atmósfera ambivalente y contradictoria en la que se alojan dos almas y que, de modo lógico y coherente, llevará a que el film acabe teniendo dos desenlaces, uno que se cierra con una línea de guion contundente y lapidaria que versa sobre la imposibilidad de los pájaros de escapar de sus jaulas y otro en el que una puerta se entreabre en mitad del túnel para dejar asomar una tímida rendija de luz en medio de las tinieblas.

En una película como Jaulas era esencial que el reparto supiera manejar con acierto los matices y sutilezas que requerían las interpretaciones para ajustarse al tono de la historia y es de justicia reconocer que el cien por cien del elenco cumple con creces su cometido, dando vida a unos personajes que se mueven continuamente en el filo de sus obsesiones, de sus inquietudes, de su desánimo y de sus ilusiones, logrando proporcionar plena verosimilitud y credibilidad a unos caracteres complejos y de perfiles nada sencillos. Tanto Estefanía de los Santos, en su papel de madre coraje que lucha por un mejor futuro para su hija (interpretada por una magnífica Marta Gavilán), como Manuel Cañadas que sabe llenar de humanidad y poesía a un discapacitado intelectual que tiene la rara habilidad de saber imitar perfectamente los cantos de los pájaros, Belén Ponce de León, envuelta en una problemática y ambigua relación con sus hermanos, Antonio Dechent, absolutamente convincente en su empeño de que el personaje de Stefan Mihai se convierta en el marido de su hija, Mila Fernández, y Antonio Estrada, Manolo Caro y Manuel Tallafé, que han de lidiar con los personajes más turbios e ingratos, lucen a un nivel soberbio y se convierten, junto a la realización, en otro de los activos más importantes de Jaulas.

Hay películas que nacen para divertirnos y otras que surgen para darnos un pellizco, fuerte y sin miramientos, en el estómago y en el cerebro. Jaulas forma parte de este segundo grupo y, sabiendo mantener perfectamente el equilibrio, nos habla con lucidez y verdad de los desequilibrios en los que se mueve el mundo que nos rodea, un mundo en el que, no obstante, siempre habrá una visita inesperada que, quizás, sea capaz de devolvernos la fe en el futuro.



TRÁILER DE LA PELÍCULA:




IMÁGENES DE LA PELÍCULA:
























Comentarios

  1. Gracias por esta crítica, por tu tiempo y tu mirada.

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  2. José, si puedes sustituye el nombre de Carlos Tirado por el Manuel Cañadas que es quien realmente interpreta a Antoñito. Gracias

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    1. Ya está corregido el error. Muchísimas gracias por advertirlo. Un saludo.

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