DE LA INDIA A PARÍS EN UN ARMARIO DE IKEA DE KEN SCOTT. ACELERACIÓN BUENROLLISTA




TÍTULO: De la India a París en un armario de Ikea. TÍTULO ORIGINAL: The Extraordinary Journey of the Fakir. AÑO: 2018. NACIONALIDAD: Francia-India-Bélgica-Singapur-Estados Unidos. DIRECCIÓN: Ken Scott. GUION: Romain Puértolas, Luc Bossi, Ken Scott y Jon Goldman, adaptando la novela de Romain Puértolas. MONTAJE: Philippe Bourgueil e Yvann Thibaudeau. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Vincent Mathias. MÚSICA ORIGINAL: Nicolas Errèra. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Dhanush, Bérénice Bejo, Erin Moriarty, Barkhad Abdi, Gérard Jugnot, Ben Miller, Abel Jafri, Sarah-Jeanne Labrosse, Kay Greidanus, Seema Biswas, Stefano Cassetti, Mar Sodupe. DURACIÓN: 92 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.acontracorrientefilms.com/pelicula/984/de-la-india-a-paris-en-un-armario-de-ikea/. ENLACE EN FILMIN: https://www.cineartemagazine.com/2019/05/de-la-india-paris-en-un-armario-de-ikea.html. ENLACE EN GOOGLE PLAY: https://play.google.com/store/movies/details/De_la_India_a_Par%C3%ADs_en_un_armario_de_Ikea?id=CDPheSXpuoI.P&hl=es.

CALIFICACIÓN: 

Si la semana pasada estuvimos hablando del cine que se ha hecho en la India y sobre la India, por avatares del destino (el mismo tipo de avatares que afectan al protagonista de esta película), hoy tenemos que reseñar De la India a París en un armario de Ikea, adaptación de un best-seller del escritor francés Romain Puértolas. Aprovechando el material literario de base, esta producción ha decidido enlazar muchas de las virtudes de la tradicional comedia francesa con rasgos típicos del cine de Bollywood para hacer una obra ágil y chispeante, que se deja ver con agrado y que, de pasada, esboza algunas certeras pinceladas sobre algunos aspectos de la realidad actual que, sin llegar ni a la acidez ni a la excesiva contundencia, sí que tienen la mínima profundidad como para inducir a la reflexión o, al menos, para llamar la atención sobre ciertas presunciones establecidas o sobre ciertos prejuicios arraigados.

Hemos dicho que De la India a París en un armario de Ikea se nutre de influencias del cine francés y del cine hindú. Pero ahí no acaban las referencias ya que, conforme la trama avanza, será inevitable recordar tanto Slumdog Millionaire (2008) como La vida de Pi (2012) de Ang Lee. Y es que De la India a París en un armario de Ikea parte de la decisión de no tomar ningún riesgo y jugar sobre terreno seguro para asegurar las adhesiones buscadas y no provocar deserciones de espectadores disgustados ante determinadas audacias o atrevimientos. Sin embargo, la realización sí que tiene la habilidad para introducir los toques necesarios que alejen el acabado final de la obra de cualquier impresión de grisura o monotonía. Es decir, que todo está tan bien calculado hasta como para evitar cualquier atisbo de acartonamiento. Hasta este riesgo se ha querido evitar…





De la India a París en un armario de Ikea nos cuenta la vida de Ajatashatru Lavash Patel desde sus años de complicada infancia como hijo de una madre soltera por las calles de Bombay hasta llegar al viaje que decide emprender, y que da título al film, para encontrar a quien puede ser su padre, un artista originario de París. A partir de ese momento, por una serie de rocambolescas circunstancias, el viaje será bastante más largo de lo planeado y acabará llevándole por varios países y por circunstancias de todo tipo. El papel del personaje protagonista lo asume el actor indio Dhanush, habitual de muchas producciones de Bollywood, que lo realiza con solvencia y corrección. Como es habitual en ella, está magnífica Bérénice Bejo, divertida, carismática y sabiendo dar vida a un personaje que, en otras manos, no sería más que un ente esquemático. Y tanta es la capacidad de la actriz que hasta es capaz de resolver con brillantez una escena de danza realizada con el tono habitual de las coreografías de las películas indias.

Porque, para ser consecuente con las decisiones estéticas que la película ha tomado, el director se permite introducir dos secuencias musicales que sorprenden y pueden descolocar al espectador pero que ayudan favorablemente a consolidar el tono general del relato. Y Ken Scott, evitando caer en la frivolidad, va deslizando al espectador, a la par que avanza en un argumento que corre a un ritmo endiablado, dos ideas que tienen la suficiente fuerza como para poder concluir diciendo que De la India a París en un armario de Ikea no es meramente un espectáculo vacío. La primera, que nuestro origen social, la familia y el lugar donde nacemos, determinan nuestras posibilidades personales y las mismas solo pueden ser superadas retorciendo las leyes de la probabilidad hasta extremos inverosímiles. La segunda, que, por encima de las grandilocuentes proclamas morales y buenistas, el tema de la inmigración ilegal es una verdadera patata caliente al que la mayoría de los países desarrollados no se atreven (ni tienen la intención) de hacerle frente. Frente a esa realidad, la única alternativa que tenemos es esforzarnos por cambiar el pequeño entorno que nos rodea. Muchas veces, esa es la última posibilidad de heroísmo que nos queda y que tiene valor.





Recientemente, Romain Puértolas, autor de la novela adaptada en este film, estuvo en la Escuela Oficial de Idiomas de Málaga, y estuvo hablando con los alumnos y profesores y firmando ejemplares de sus libros


TRÀILER DE LA PELÍCULA:




IMÁGENES DE LA PELÍCULA:




























Comentarios