D'A FILM FESTIVAL BARCELONA 2020 (3)


Seguimos con nuestro repaso a la edición 2020 del D'A Film Festival de Barcelona, que este año se celebra online a través de la plataforma Filmin. En este artículo, terminamos el repaso a "Talents", la sección competitiva, y a "Un impulso colectivo", dedicada a nuevos realizadores españoles, e iniciamos el repaso a la sección "Direccions", dedicada a directores consagrados.

SECCIÓN TALENTS

Nevia de Nunzia De Estefano


CALIFICACIÓN: 

Nevia es la opera prima de la directora italiana Nunzia De Stefano y está producida por Matteo Garrone - director, entre otras, de Gomorra (2008) y El cuento de los cuentos (2015)-. Nevia se desarrolla en la periferia de Nápoles y tiene como protagonista a una adolescente a punto de cumplir la mayoría de edad cuyo padre está en la cárcel y que vive, junto a su hermana pequeña, con su abuela. La chica se relaciona con todo un retablo de personajes (muchos deliciosamente tiernos y otros sórdidos en su justa medida) y su visión del mundo y sus expectativas sobre la vida cambiarán con la llegada de un circo al barrio. Nevia es una película preciosa que recoge la mejor esencia del cine italiano clásico al saber trazar una mirada limpia, honesta y un punto poética sobre el ambiente de los barrios populares y es, al mismo tiempo, un auténtico ejercicio de sobriedad narrativa en la medida en que la directora manifiesta un enorme talento para mostrar los momentos y secuencias de la trama imprescindibles para crear una armazón narrativa comprensible para el espectador y evitando la inclusión de escenas que, aunque pueden ser habituales en la narrativa cinematográfica actual, tienden a lastrar el ritmo, la agilidad e, incluso, la intensidad. En este sentido, la visión de Nevia acaba teniendo la inesperada implicación de que nos permite realizar una seria recapitulación sobre la forma en la que las películas que hoy día se hacen tienden a arrastrar un lastre derivado de la falta de reflexión sobre qué elementos deben formar parte de un film y cuáles no y sobre el miedo a eliminar estos últimos al romper con algunas convenciones asentadas más por rutina que por aplicación de un sentido común narrativo básico.

All for My Mother de Malgorzata Imielska


CALIFICACIÓN: 

All for My Mother es una película polaca que retrata la dura vida de Ola, una chica de diecisiete años que está recluida en un reformatorio y que sueña, por un lado, por volver a reencontrarse con su madre y, por otro, con poder triunfar en el mundo del atletismo. Al mismo tiempo, el film traza un ácido discurso sobre el sistema de orfanatos, de centros de reinserción y de familias de acogida existente en Polonia, mostrando toda su crudeza y sordidez. Película narrada con precisión y buen pulso narrativo, posiblemente su gran problema es que, al pretender ser muchas cosas a la vez, las diferentes subtramas pierden entre sí peso e intensidad. All for My Mother hubiera podido ser la historia de una adolescente con problemas que intenta superarse gracias a su innata capacidad para correr, la búsqueda de una chica para volver a encontrarse con su madre, el drama que vive una "huérfana" cuando pasa a vivir con una familia de acogida o el retrato colectivo de un grupo de jóvenes recluidas en un reformatorio en el que sufren todo tipo de problemas y vejaciones. Pero, al pretender ser todo eso a la vez, la película acaba siendo una película algo dispersa que logra salvarse gracias a la potencia emocional de las situaciones que muestra y la expresiva concisión del estilo con el que la directora los plasma.

Homeward de Nariman Aliev


CALIFICACIÓN: 

Si Mientras agonizo de William Faulkner narra la desintegración de una familia mientras lleva el féretro de su madre a su pueblo de origen, en la película ucraniana Homeward somos testigos de cómo una familia ya desintegrada (en este caso, un padre y su hijo) pretende trasladar el cadáver del hermano, muerto en la guerra con Rusia, a su Crimea natal. Debo decir que, hasta el momento, Homeward es la película que más me ha gustado del certamen (hasta el momento, mis preferencias se decantaban por Nocturnal de Nathalie Biancheri) por la claridad de ideas que el director, en su debut en el largometraje, demuestra a la hora de decidir qué historia quiere contar y por su increíble pulso narrativo al lograr no desviarse de la estricta contención elegida a pesar del duro contexto en el que el el argumento tiene lugar (la guerra entre Ucrania y Rusia y la ocupación por parte de la segunda de la península de Crimea). Con un sobrio guion magníficamente elaborado y unas estupendas interpretaciones de todo el reparto pero, en particular, de Akhtem Seitablaev y Remzi Bilyalov, la película sabe trascender el hecho concreto del conflicto bélico para hablarnos de la familia, de la tensión de las relaciones paterno-filiales, del peso de la Historia y del pasado, de la compasión y la compresión y de la falta de ellas lo cual culmina en un soberbio desenlace que, sin mostrar o mostrando solo lo junto, logra ser el compendio perfecto de todos los temas tratados y puerta de reflexión y profundización en los mismos.

SECCIÓN DIRECCIONS

Nomad: In the Footsteps of Bruce Chatwin de Werner Herzog


CALIFICACIÓN: 

Hablar del director alemán Werner Herzog es hablar de un cineasta que convierte cada uno de sus rodajes en un viaje imposible que da como fruto una sublime locura. Por ello, no es de extrañar su conexión con el escritor británico Bruce Chatwin (1940-1989), del cual, en 1987, adaptó para el cine su novela Cobra verde. En Nomad: In the Footsteps of Bruce Chatwin, Herzog realiza un recorrido más espiritual que físico por la vida de quien, más que un amigo, llegó a ser un alma gemela por su amor al nomadismo y por querer encontrar en las creencias de los pueblos alejados de la civilización las claves de la existencia tanto propia como colectiva. En muchos momentos del documental, no sabemos hasta qué punto Herzog habla tanto de las creencias de Chatwin como de las suyas propias, hasta tal punto ambos autores estaban mentalmente conectados y hay escenas de profunda emotividad cuando el realizador habla de los últimos momentos de vida de su amigo. Posiblemente, para poder explicar la gran virtud de este film baste con decir que, después de verlo, te entran unas ganas enormes de ir a la obra de Chatwin y empezar a leerla con calma pero con apasionamiento: sin duda, es el mejor servicio que Herzog ha podido hacer a la persona a la que estuvo unida por lazos de amistad que (al menos, así lo hemos percibido) aún perduran.

SECCIÓN UN IMPULSO COLECTIVO

My Mexican Bretzel de Nuria Giménez


CALIFICACIÓN: 

Es difícil explicar por qué My Mexican Bretzel es una extraordinaria película sin destripar el gran secreto que encierra. Ello se hace aún más difícil porque, si la calificamos de "documental", no estaríamos siendo fieles a lo que realmente es y significa. Digamos que My Mexican Bretzel es una combinación del tradicional esquema del found footage (metraje o grabaciones encontradas, en este caso en un espléndido Súper-8) con el diario de una mujer de clase alta desde la II Guerra Mundial hasta finales de los años 50. El espectador va siendo testigo de una historia que empieza con las consecuencias dolorosas del conflicto bélico, sigue con una historia de éxito empresarial y se ramifica en una vertiente de frustraciones emocionales e infidelidades matrimoniales hasta llegar a un desenlace que nos habla sobre la verdad, la mentira y el amplio y desconocido territorio gris que existe entre ambos conceptos. My Mexican Bretzel deslumbra tanto por el poder de sus imágenes como por su honda (y, a la postre, perfecta) reflexión sobre cómo lo que no es cierto puede llegar a ser auténtico, algo que parece paradójico pero que, tras ver la película, se llega a la conclusión de que no tiene por qué serlo.

Violeta no coge el ascensor de Mamen Díaz


CALIFICACIÓN: 

Ya en los títulos de crédito iniciales, Violeta no coge el ascensor admite que está directamente inspirada en el film Hannah Takes the Stairs (2007) de Joe Swanberg, protagonizada por Greta Gerwig. Y, cuando vemos el aire improvisado y espontáneo con que está rodado el film, podemos pensar que hay una cierta contradicción entre dicha espontaneidad y el hecho de seguir aproximadamente la trama de una película ya existente, lo cual debería restar libertad a la misma. Pero, conforme Violeta no coge el ascensor avanza, vamos viendo que se convierte en un sutil ejercicio de "cine dentro del cine dentro del cine" que nos habla del poder del séptimo arte para que el espectador se identifique con sus historias y con sus situaciones. Si había una película de Jonás Trueba que se titulaba Todas las canciones hablan de mí (2010), la opera prima de Mamen Díaz podría llamarse "todas las películas hablan de nosotros" porque hasta en un film aparentemente lejano y remoto podemos encontrar conexiones emocionales con las que explicarnos a nosotros mismos y poder comprender qué es lo que nos está sucediendo.

Girant per Sant Antoni de Pere Alberó


CALIFICACIÓN: 

Girant per Sant Antoni es un documental de observación en el que a través de numerosas subtramas, que tienen como centro la rehabilitación del mercado de abastos del barrio barcelonés de Sant Antoni, Dicha rehabilitación va paralela a un intenso proceso de gentrificación en el que la identidad de la zona se va sutilmente alterando a la vez que el recinto rehabilitado se moderniza y se pone al día. En el film, tanta importancia tiene la exploración de los espacios físicos (en transición, provisionales, ¿hay alguno definitivo?) como el retrato de unos personajes fascinantes llenos de humanidad que constituyen un hervidero humano que, intuimos, en breve van a ver profundamente transformadas sus circunstancias. Está claro que, 19 años después de En construcción (2001) de José Luis Guerín, las cosas apenas han cambiado y el mundo sigue funcionando exactamente igual.

Video Blues de Emma Tusell


CALIFICACIÓN: 

Posiblemente, para Emma Tusell - montadora para directores como Tirso Calero en Carne cruda (2011), Carlos Vermut en Magical Girl (2014) y José Luis Cuerda en Tiempo después (2018)- lo más difícil no haya sido el montaje de las imágenes de vídeo en las que se refleja su vida desde que era niña hasta casi el momento actual sino tener que enfrentarse emocionalmente a unas circunstancias que no fueron fáciles ni sencillas. El hecho de reencontrarse con ellas tuvo que ser un trance doloroso que, con sutileza, se va insinuando a lo largo del discurso del film que, sin embargo, lejos de ser la expresión de una biografía complicada, acaba siendo el hallazgo de los momentos felices de su biografía y el hallazgo de un sentido a unos hechos para los que se acaba encontrando un hilo conductor que no es triste sino que desemboca en un nuevo punto de partida en el que siempre se podrá aprender del pasado.




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