D'A FILM FESTIVAL BARCELONA 2020 (2)


Seguimos con nuestro recorrido por el D'A Film Festival de Barcelona 2020, reseñando otros siete títulos de las secciones "Talents" y "Un impulso colectivo".

SECCIÓN TALENTS

Adam de Rhys Ernst



CALIFICACIÓN: 

Esta deliciosa comedia, protagonizada por Nicholas Alexander y Bobbi Salvör Menuez, nos lleva al ambiente de la comunidad LGTBIQ de Nueva York en el año 2006. Con dicha comunidad entra en contacto el joven protagonista del film que, siendo heterosexual y buscando tener su primera relación con una chica, se empieza a meter en continuos equívocos y malentendidos. Adam sigue con frescura e inteligencia el patrón clásico de cualquier coming of age film (el equivalente al bildungsroman en literatura), es decir, una historia en la que vamos viendo cómo un personaje, a través de una serie de experiencias que podríamos denominar seminales o fundacionales, pasa de la adolescencia a la madurez. Adam se acaba convirtiendo en una hermosa fábula cuya moraleja viene a decirnos que la perfección o la corrección no se puede limitar a lo que hemos encajado en rígidos esquemas mentales preestablecidos y que la condición humana es mucho más amplia y diversa que aquellos. A mencionar, la participación en el reparto, como hermana del protagonista, de Margaret Qualley, hija de Andie McDowell, a quien ya vimos en Érase una vez en... Hollywood (2019) de Quentin Tarantino (en el papel de la joven hippie que conoce al personaje interpretado por Brad Pitt) y, en un pequeño papel, de MJ Rodriguez, protagonista de la serie Pose.

Nocturnal de Nathalie Biancheri



CALIFICACIÓN: 

La, hasta ahora, directora de documentales Nathalie Biancheri, realiza su primer largometraje de ficción con una historia áspera y esquiva que, con gran sutileza y habilidad, logra ir suavizando sus aristas y ofreciendo al espectador las respuestas a todas las preguntas que se irá haciendo en los dos primeros tercios del metraje. Nocturnal, como ya hemos visto en anteriores ocasiones, dirige su mirada al ambiente de la clase obrera británica, con todos los problemas que padece y la falta de perspectivas de una mejora de su situación. Sin embargo, lejos de parecerse a un film de Ken Loach o Mike Leigh, opta por un relato de corte intimista en la que un hombre con problemas sentimentales entabla contacto con una joven adolescente, iniciándose entre ellos una relación ambigua y, por momentos, desconcertante pero que acabará mostrando su auténtica condición. Con dos excelentes interpretaciones de Cosmo Jarvis y Lauren Coe, Nocturnal nos parece, hasta el momento, la película más redonda que hemos visto en este certamen.

La mami de Laura Herrero Garvín



CALIFICACIÓN: 

EstE documental, una coproducción entre España y México, nos lleva al Cabaret Barba Azul, situado en el cruce entre las calles Gutiérrez Nájera y Simón Bolívar de Ciudad de México. En los servicios, está "La Mami", que atiende y comprueba que nada les falte a las mujeres que están allí empleadas para beber y bailar con los clientes. "La Mami", una mujer entrada en años, observa desde su cercanía física y desde su distancia vital y emocional lo que les va sucediendo a las chicas, en especial a una chica nueva que ha llegado al cabaret con dudas y reparos pero que no ha tenido más remedio que aceptar el empleo debido a la enfermedad de uno de sus hijos. Es el contraste entre quien ha convertido el cabaret en el centro de su vida (y que, por tanto, sobrelleva las circunstancias con resignación, estoicismo y unas gotas de buen y sabio humor) y quien sabe que solo está allí de paso y, por tanto, ve todo con un espíritu más crítico y acerado. Aunque La mami nos deja con cierta sensación de que podría haberse profundizado bastante más en muchos de los aspectos que el film trata y nos acaba sabiendo a poco en algunas de las vertientes que muestra, no es menos cierto que el documental ha sabido recoger momentos de gran realismo, contundencia y poderío visual en su larga y pausada exploración del ambiente del lugar, un lugar en el que el tiempo parece haberse detenido o, tal vez, que el tiempo ha abandonado para que quede cristalizado en un estado, en una imagen y en una atmósfera que ya nunca más va a poder cambiar.

Monsters de Marius Olteanu



CALIFICACIÓN: 

Con Monsters, nos llega una muestra más de la Nueva Ola Rumana, tan presente y patente en la mayoría de los festivales de cine internacionales en los últimos años. El cine rumano es uno de los que ha irrumpido con más fuerza en el siglo XXI, logrando que alcancen renombre internacional directores como Cristian Mungiu – 4 meses, 3 semanas, 2 días (2007), Historias de la edad de oro (2009), Más allá de las colinas (2012), Los exámenes (2016)–, Calin Peter Netzer – Madre e hijo (2013), Ana, mon amour (2017) –, Cristi Puiu – La muerte del señor Lazarescu (2005), Sieranevada (2016)– Corneliu Porumboiu – 12:08 al este de Bucarest (2006), El tesoro (2015) – o Radu Muntean – Martes, después de Navidad (2010), Alice T. (2018)–. Asimismo, hemos podido ver películas rumanas en el certamen online Atlántida Film Fest, que hemos cubierto durante sus últimas ediciones en la revista, y, aparte de El tesoro y Alice T., hemos visto Toto y sus hermanas (2015) de Alexander Nanau, Dogs (2016) de Bogdan Mirica, Ilegitim (2016) y The Fixer (2016) de Adrian Sitaru, y Corazones cicatrizados (2016) y La nación muerta (2017) de Radu Jude. Ahora, tenemos ocasión de ver en el D'A Film Festival Monsters, primer largometraje de Marius Olteanu. Monsters, la cual nos narra en tres segmentos claramente diferenciados la crisis de una pareja que está a punto de divorciarse, incide en muchos de los rasgos habituales de la Nueva Ola Rumana: estricto realismo, ritmo pausado con importante presencia de planos-secuencia, largos diálogos, uso restringido de la elipsis, mirada crítica hacia la realidad social del país… Sin embargo, Monsters sí que introduce alguna novedad de estilo como puede ser el uso de un formato estrecho, prácticamente vertical, en los dos primeros segmentos, cada uno de ellos protagonizado por uno de los miembros de la pareja, frente al formato estándar que se emplea en el tercero, en la que él y ella viven los que pueden ser sus últimos momentos en común. La película sabe transmitir una intensa y dolorosa sensación de verdad aunque sería necesario que los directores rumanos introdujeran elementos estilísticos de mayor personalidad y originalidad en sus obras ya que, conforme vamos viendo películas provenientes de dicho país, vamos teniendo una creciente sensación de repetición y déjà vu en ellas, lo cual puede ser un serio lastre para el desarrollo y evolución de esta cinematografía.

Oleg de Juris Kursietis



CALIFICACIÓN: 

Cada vez llegan con más frecuencia a los certámenes títulos provenientes de los países bálticos (Letonia, Lituania y Estonia), lo cual siempre es un estimulante soplo de aire fresco que ayuda a conocer nuevas perspectivas y puntos de vista. En el caso de Oleg, segundo largometraje del realizador letón Juris Kursietis, el cual es una coproducción entre Letonia, Lituania, Bélgica y Francia, se nos narra la historia de un inmigrante de Letonia que se marcha a trabajar a Bélgica y vive toda una odisea en la que las halagüeñas expectativas iniciales se truncan cuando un desafortunado incidente en el matadero donde trabaja (del cual él no es responsable) le lleva a vivir una terrible pesadilla que no parece tener vía de escape. Tan importante como el preciso realismo con el que se nos cuenta la trama es el drama íntimo de sufrimiento y redención (con una dimensión religiosa que se muestra con toda nitidez y transparencia) que vive el protagonista y que nos hace ser testigos de un cambio vital y, sobre todo, espiritual que añade capas inesperadas de interpretación a un film con un ritmo perfectamente ajustado y unas interpretaciones sobrias pero absolutamente eficaces.


SECCIÓN UN IMPULSO COLECTIVO

La educación sentimental de Jorge Juárez



CALIFICACIÓN: 

Este precioso, intenso y melancólico documental (o, más bien, historia narrada con formato de documental) de Jorge Juárez es un recorrido por una década, diez años de una pareja que se tiene que separar por culpa de la crisis económica que estalló en 2008 y que, en los azarosos tiempos que le siguen, intenta mantener, cada vez con más dificultades, el vínculo y los lazos emocionales del pasado. Crónica de una época en la que el país vivió en una montaña rusa de falsas expectativas, decepciones, ilusiones y frustraciones, retrato de cómo las circunstancias socioeconómicas acaban impactando en la vida personal y sentimental y reflexión implícita sobre la imposibilidad de construir un relato cuando la sensación de fracaso invade la recapitulación de los recuerdos y la trayectoria vivida, quizás todo el espíritu de la película se acaba concentrado en la figura de Abel, el proyeccionista de cine. El paso del cine en celuloide al cine en digital y el hecho de que, finalmente, se jubile y deje su trabajo es la metáfora perfecta de cómo hemos perdido el control de nuestras biografías y estamos a merced de vaivenes que han arrebatado nuestra libertad, nuestras esperanzas y nuestros anhelos.

As mortes de Cristóbal Arteaga



CALIFICACIÓN: 

Con un deslumbrante blanco y negro, Cristóbal Arteaga realiza su tercer largometraje tras The Sad Smell of Flesh: El Triste Olor De La Carne (2013) y Faro Sin Isla (2014), el cual nos cuenta una historia de suspense que se desarrolla en el medio rural gallego. Aunque en algunos momentos podríamos encontrar aires hitchcockianos en la trama, As mortes se emparenta más bien con las películas que Chabrol realizó a finales de los 60 y principios de los 70 en los que, a través de argumentos de intriga, realizaba una sorprendente y ácida indagación del ambiente de las ciudades francesas de provincias y de la mentalidad y formas de comportamiento de la pequeña burguesía, tales como La mujer infiel (1969), El carnicero (1970) o Al anochecer (1971), y que repetiría más adelante con La flor del mal (2003) y La dama de honor (2004), films en los que, más allá del desarrollo de la trama criminal, primaba el análisis de situaciones y personajes. Eso mismo ocurre con As Mortes, película en la que, tras el hecho violento inicial, empieza una exploración concienzuda y minuciosa de un minúsculo microcosmos en el que, a pesar de (o debido a) la reducida cantidad de personas que conviven en la aldea, existe en ella una enorme tensión reprimida entre sus habitantes. Precisa, concreta, fascinante y sugerente, Cristóbal Arteaga sabe narrar a la perfección la historia que nos quiere contar, sin florituras innecesarias o rodeos estériles, logrando, al mismo tiempo, recrear con todo detalle las estructuras e intersticios de una comunidad, las cuales encierran, posiblemente, las claves y motivos del enigmático comportamiento de las personas que la forman.




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