UNA MAÑANA FRÍA DE RAQUEL TROYANO. VIAJE Y REDENCIÓN.


El pasado 4 de octubre, en la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, se produjo el preestreno del documental Una mañana fría de Raquel Troyano, proyección que contó con la presencia del Ministro del Interior en funciones, don Fernando Grande-Marlaska, el Director General de Tráfico, don Pere Navarro, y el Fiscal Coordinador de Seguridad Vial, don Bartolomé Vargas. El próximo 12 de octubre, tendrá lugar el estreno de la película en la Sala Azcona de Cineteca (en Matadero), dentro de la programación oficial del 28º Festival Internacional de Cine de Madrid. Por este motivo, aparte de recordar la entrevista que hicimos a Raquel Troyano durante el pasado Festival de Málaga, en Cine Arte Magazine publicamos reseña del documental.




Imágenes del preestreno de Una mañana fría en la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, con la presencia del Ministro del Interior en funciones, don Fernando Grande-Marlaska

TÍTULO: Una mañana fría. TÍTULO ORIGINAL: Una mañana fría. AÑO: 2019. NACIONALIDAD: España. DIRECCIÓN Y GUION: Raquel Troyano. MONTAJE Y DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Luis Centurión. MÚSICA ORIGINAL: Alberto R. Valhermoso. PERSONAS QUE INTERVIENEN: Aurora González (voz en off), Rosi Troyano, Raquel Troyano, Raquel Menéndez, Noemí Antolín, Carlos Díez, Beatriz Menéndez, Amelia Ruiz, Flor Zapata, Bartolomé Vargas, Rosa Pérez. DURACIÓN: 70 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: https://unamananafria.com.

CALIFICACIÓN: 

Hay unas cifras que irrumpen a mitad de Una mañana fría y que suponen en el relato el paso de lo particular a lo general, del caso concreto a la categoría universal de magnitud insospechadamente colosal, en definitiva de la tragedia individual a la tragedia colectiva y silenciosa. Según Naciones Unidas, cada año mueren en accidentes de tráfico 1,2 millones de personas, produciendo 50 millones de heridos. En la Unión Europea, los datos apuntan a números en torno a los 25.000 muertos y a algo más de un millón de heridos. En España, se producen el fallecimiento de 1.800 personas, produciéndose más de 100.000 heridos con carácter anual. Seguramente, pocas personas son conscientes de que los siniestros en carretera tienen el impacto a escala mundial que efectivamente causan. Pero ahí están las cifras para corroborarlo. Y otra dimensión que, igualmente, también se desconoce: detrás de cada fallecido, hay una familia, un grupo de amigos, un grupo de compañeros que tienen que convivir con la carga de una muerte que pronto se olvida a nivel colectivo pero que sigue sobrevolando vidas y biografías a nivel individual como una herida sin cerrar.

De esta última idea es de la que surge el documental Una mañana fría. Y, por ser más concretos, de una vivencia familiar de la propia directora: años antes de que ella naciera, su tío, hermano de su madre, falleció en un accidente de tráfico. Dicha muerte nunca fue asimilada por su madre que, durante mucho tiempo, pensó que su hermano no había fallecido en dicho accidente, que había podido perder la memoria y que, a raíz de ello, se dedicó a investigar en las localidades y pueblos cercanos al lugar del siniestro para intentar dar con el paradero del familiar perdido, de quien su mente se había negado a aceptar que hubiera podido producirse su pérdida. La trama central del argumento es el viaje de Raquel Troyano y de su madre Rosi a Fontibre (Cantabria) con el fin de hacer cicatrizar una vieja herida y lograr la liberación de un trauma que ha supuesto para ellas un lastre pesado y paralizante. A través de dicha trama, no solo hacen un viaje ellas dos sino los propios espectadores, que descubrirán una realidad que, no por ignorada en los medios de comunicación y, quizás por ello, a nivel social, es menos cruda y dolorosa.




Una mañana fría sabe manejar y hacer convivir muy inteligentemente los diferentes niveles que aborda en su relato. En primer lugar, el viaje redentor ya comentado. En segundo lugar, la llamada de atención sobre la magnitud que supone en nuestras sociedades los accidentes de tráfico, tanto con declaraciones de los fiscales encargados de seguridad vial como con testimonios de las propias víctimas. Y, en tercer lugar, su mirada a los subterfugios que se busca nuestra mente para no intentar afrontar unos acontecimientos a la vez amargos, inesperados y dolorosos, que no siempre son fáciles de integrar en nuestro día a día cotidiano. Esos paisajes que vamos viendo envueltos en la bruma son la perfecta metáfora de las malas pasadas que nuestro cerebro nos puede jugar para escapar de la auténtica naturaleza de unos hechos difícilmente aceptables. Y, como colofón de todo ello, una conclusión inapelable: la necesidad de que las víctimas supervivientes de los accidentes de tráfico y los familiares y allegados de los fallecidos se les empiece a prestar la debida atención para que no caigan en un pozo del que no puedan escapar. Como sociedad, está claro que debemos evitar que los accidentes sean acontecimientos que se fijen eternamente en las mentes de miles de personas y poner los medios para que las heridas psicológicas se cierren y dejen de ser motivo de angustia y dolor que impidan llevar una vida satisfactoria y feliz.

Por todo lo dicho, es evidente que Una mañana fría cumple a la perfección una de las funciones que está intrínsecamente unida al género documental: el arrojar luz sobre lo que es ignorado, silenciado u ocultado. Tras verlo, será difícil no adquirir conciencia de un problema que aún está muy lejos de ser solucionado pero que películas como la de Raquel Troyano ayudan a que encuentren la vía para su resolución por parte de los poderes públicos.

TRÁILER DE LA PELÍCULA:



IMÁGENES DE LA PELÍCULA:













Don Bartolomé Vargas, Fiscal de Sala Coordinador de Seguridad Vial





Doña Rosa Pérez, Fiscal adscrita al Fiscal de Sala Coordinador de Seguridad Vial





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