ENTREVISTA A JONÁS TRUEBA E ITSASO ARANA


Itsaso Arana y Jonás Trueba junto al cartel de La virgen de agosto, película que ella protagoniza, él dirige y de la que ambos son coguionistas


Como nuestros lectores ya saben, el pasado 16 de agosto se estrenó La virgen de agosto, el último film de Jonás Trueba. En Cine Arte Magazine, ya publicamos la reseña de la película, a la cual le dimos la máxima calificación y consideramos que era, posiblemente, el mejor título de la filmografía del director hasta la fecha. Nos hubiera gustado hablar más de la película y ahondar en muchos de sus aspectos. Y, como La virgen de agosto finaliza con lo que podríamos denominar un milagro, no era de extrañar que el devenir de los acontecimientos también desembocara en otro milagro inesperado. Y es que tanto el director de la cinta, Jonás Trueba, como su protagonista, Itsaso Arana, (ambos son, además, coguionistas de la misma) acudieron a Málaga el pasado 30 de agosto para presentar una proyección de la misma en el Cine Albéniz y participar en un coloquio posterior. Todas las circunstancias se conjugaron de forma favorable y, de este modo, pudimos hacer a ambos esta entrevista que constituye un complemento perfecto a la reseña ya realizada al poder hablar de numerosas vertientes del film que no deben pasar desapercibidas y que son base fundamental para que aquel sea lo que es: una peculiar celebración de la excepción para encontrar a través de ella, y no de las reglas convencionalmente aceptadas, el camino que verdaderamente te satisface y te identifica.



Itsaso Arana y Jonás Trueba presentando La virgen de agosto en el Cine Albéniz de Málaga el pasado 30 de agosto 


Como en la reseña ya dimos suficiente información sobre la película, entramos en la entrevista de lleno, sin ningún preámbulo explicativo, y empezamos a preguntar a Jonás e Itsaso sobre los aspectos esenciales de La virgen de agosto.

CINE ARTE MAGAZINE: Hola, Jonás e Itsaso. Cuando vi la película, intuí que trataba de un deseo de buscar dentro de la rutina cotidiana lo excepcional, y ese elemento excepcional es agosto, ese mes que parece el mes entre paréntesis, el mes vacío pero que, por ejemplo en Madrid, ocurren más cosas de lo que parece… Y, dentro de ese mes excepcional, buscar una mirada aún más excepcional, porque solo así es posible que surja el milagro, porque la película termina con un milagro. ¿Es esta idea correcta o no?

JONÁS TRUEBA: Sí. Yo creo que sí. Hay una búsqueda de lo excepcional dentro de lo cotidiano, una apuesta por retratar esto último y dar valor a todo aquello que el cine está, generalmente, dejando de lado, está olvidando. El cine parece estar obligado a retratar lo que se considera excepcional, las cosas grandes, y, entonces, por nuestra parte, hay una reivindicación de lo pequeño, de esas cosas pequeñas que a nosotros sí que nos parecen grandes, algo que no solo hemos hecho en esta película sino también con las anteriores. Además, el cine tiene algo muy bonito y es que posee una serie de propiedades especiales para retratar lo cotidiano y de hacer lo cotidiano grande. Cuando te puedes meter en una sala de cine y puedes ver, de repente, a una chica sentada, tumbada, comiendo, eso adquiere, entonces, una proporción, por la propia esencia del cine y de la pantalla, que te permite dar todo el lugar y todo el tiempo que requieren dichas situaciones… Es por eso que toda la película puede estar cimentada en todos esos pequeños gestos cotidianos que hace Eva (el personaje que interpreta Itsaso Arana).

ITSASO ARANA: Yo también pienso que lo bonito de la magia que propone la película es que es una magia posible. Es una magia que tiene que ver más con la percepción, con estar atento de otra manera a la vida, con estar más abiertos a ella y que, en realidad, es un tipo de milagro que se puede conseguir, que depende de la voluntad y que tiene que ver más con la forma en cómo nos miramos a nosotros mismos, cómo miramos a nuestra propia ciudad, cómo miramos a nuestros amigos… Es decir, no es algo que depende de fuera sino que, el fondo, es alcanzable. Me gusta eso.

JONÁS TRUEBA: Es un poco esa idea de los hermanos Lumière de “lo extraordinario de lo ordinario”. Es un runrún que cada vez tengo más en la cabeza y es algo que lo pienso: que ese milagro ocurre en algunas películas… Por ejemplo, cuando fuimos a ver los dos juntos ¡Lumière! Comienza la aventura de Thierry Frémaux. Sientes ese milagro de repente, un milagro por el que vuelves a revivir pequeñas cosas…

CINE ARTE MAGAZINE: Esa era un poco la reivindicación que, por ejemplo, hacía Tarkovski del corto de los hermanos Lumiére sobre la llegada del tren a la estación, que lo tenía como referencia…

JONÁS TRUEBA: Sí, totalmente…

ITSASO ARANA: Sí, pero la magia de Tarkovski es más mágica… Viene más del cielo. A mí, lo que me gusta de la magia que propone Jonás es que tiene proporciones cotidianas y humanas. Es un poco más alcanzable…

JONÁS TRUEBA: Sí. A mí, Tarkovski es un director que a mí me parece admirable y que, cada día, aprendo a admirarlo más, pero no me parece uno de esos cineastas invitadores. Es esa clase de cineastas que, como Kubrick, solo los puedes admirar pero no te invitan a hacer cine…

CINE ARTE MAGAZINE: Te invitan a ver sus películas arrodillado en un reclinatorio, ¿no?

JONÁS TRUEBA: Sí, algo así. Solo hacen obras maestras, tienen esa vocación, y te da la sensación de que el cine, con ellos, es algo que no puedes alcanzar. Y a mí, una de las cosas que más me gusta del cineasta humilde, cutre y pequeño que soy es cuando se me acerca gente y me dice, tras ver una de mis películas, que ellos piensan que también podrían hacer cine. Les ha inspirado, lo han visto como algo cercano, como algo alcanzable, como algo que podría hacer cualquiera… Todos somos cineastas en potencia. Creo mucho en esa idea. Solo que algunos nos hemos decidido muy claramente a serlo. Pero cualquiera podría serlo. Lo creo de verdad.



Jonás Trueba e Itsaso Arana responden a las preguntas de los espectadores que asistieron a la proyección de La virgen de agosto en el cine Albéniz de Málaga el pasado 30 de agosto
  

CINE ARTE MAGAZINE: Podríamos decir que hay un cierto paralelismo de La virgen de agosto con Cleo de 5 a 7 de Agnès Varda. En el sentido de que en esta última el relato se imponía la disciplina de desarrollarse en un marco temporal, desde las 5 a las 7 de la tarde, y, a lo largo de esas dos horas, veíamos a la protagonista mostrar todas sus facetas y reinventarse a cada momento, y, en La virgen de agosto, la disciplina que se impone el relato es esa estructura de diario visual que transcurre durante la primera quincena de agosto…

JONÁS TRUEBA: Nunca lo había oído de ese modo pero me gusta que hayas dicho lo de “la disciplina que se impone” porque, efectivamente, es bastante así… Cuando decides hacer una película con una estructura de 15 días, o, como ocurre en Cleo de 5 a 7, de dos horas, es decir, que proponen un marco temporal muy concreto, a mí me apetece mucho hacer una película bajo ese tipo de disciplina, dentro de que creo que nuestro marco temporal es mucho más amplio, mucho más difuso… Además, dentro de esos quince días, es como que caben muchas cosas, es un tiempo muy dilatado, en una sucesión de días y noches que ya es de por sí como muy dispersa…

ITSASO ARANA: Lo que ocurre es que en Cleo de 5 a 7, la protagonista piensa que va a morir. Es decir, en realidad es casi una cuenta atrás. En cambio, en La virgen de agosto, sin ningún background dramático exactamente, o por lo menos no lo sabemos en un principio, es más como mirando al futuro… Es decir, en relación a la perspectiva temporal, es algo más bonito…

JONÁS TRUEBA: Sí, después había muchas películas de Rohmer que pensábamos que utilizaban también la idea de fechar los días. Rohmer lo hacía mucho. Otro cineasta que me acuerdo que también vimos cuando estábamos escribiendo la película era el suizo Alain Tanner, del que se programó un ciclo en la Filmoteca Española, en el Cine Doré, y nos llamó la atención que también usaba la forma de diario, el marco temporal… Es decir, nos dimos cuenta de que era una forma de escritura cinematográfica y de estructuración de películas muy de los años 70-80 y que, después, se ha olvidado y, a veces, es bonito recuperar ideas cinematográficas que en un momento dado parecieron válidas y que, después, han sido olvidadas. De repente, piensas que merece la pena recordarlas.

CINE ARTE MAGAZINE: Una de las cosas que me gusta de La virgen de agosto es que hay días a los que se les dedica en la película 15-20 minutos y otros a los que solo se les dedica un minuto… Es como tomar el pulso a cada uno de los días en los que se sucede el relato, no es algo mecánico, sino algo muy vivo y muy orgánico.

ITSASO ARANA: Sí, era importante que la estructura no nos comiera y no nos apresara. Porque, al final, casi cualquier estructura predecible es algo con lo que tienes que acabar jugando. Entonces, desde el principio, teníamos la idea de que, en verano, pierdes un poco la noción del tiempo y de los días. Hay días en los que parece que no haces nada, que pasan más desapercibidos y hay días en los que vives grandes aventuras. Estaba esa forma de poder jugar con la dilatación y con la elipsis de los días.

JONÁS TRUEBA: Muchas veces, la percepción de los días y, sobre todo, la percepción de los días de verano, hay veces que pasa una única cosa que puede ser muy breve pero llena todo el día y todo el día queda desdibujado frente a ese suceso que puede ser corto temporalmente. En cambio, hay otros días que son como un dejarse llevar. Por ejemplo, en la película, creo recordar que el 7 de agosto dura 30 segundos pero son 30 segundos muy fuertes. Teníamos ganas de trabajar con esa percepción que teníamos del tiempo.



Jonás Trueba e Itsaso Arana pudieron ser testigos de la buena recepción que tuvo por parte del público asistente la proyección de La virgen de agosto


CINE ARTE MAGAZINE: Tus películas, Jonás, siempre parecen estar marcadas por un aire de espontaneidad. Pero, en cine, para lograr esa espontaneidad hay que trabajarla mucho. En los extras de La reconquista, pudimos ver el trabajo que Francesco Carril y tú, Itsaso, hicisteis con Candela Recio y Pablo Hoyos de cara a elaborar sus personajes. ¿Qué papel ha jugado la improvisación en La virgen de agosto en el aspecto de la dirección y la interpretación?

JONÁS TRUEBA: En esa pieza que hicimos para el blu-ray de La reconquista, se veía bien ese tema. Es la falsa idea de la improvisación. Buscamos siempre una sensación de algo vivo, más que una sensación, algo vivo realmente. Cuando las películas pueden parecer espontáneas o, incluso, improvisadas, siempre hay ahí un trabajo de mucho pensar, elaborar, de convivencia casi diría, más que de ensayos, que también los hay, de ensayos, de lecturas, charlas, de creación de espacios de confianza sobre todo con los actores, no tanto con el equipo porque ya nos conocemos previamente y esa confianza ya está ganada, pero con los actores, con cada película, yo siento que tiene que haber espacios de confianza con ellos antes del rodaje, y que depende de cada actor que esos espacios de confianza consistan en ensayos concretos o, simplemente, conversaciones e intercambio de cosas…

ITSASO ARANA: Yo creo que más que improvisar, que muchas veces tienta explicarlo así, “¡Oh, qué guay, improvisado!”, parece que las cosas salen así, espontáneamente, en el peor sentido, en los rodajes de las películas de Jonás se propone como la creación de un estado de porosidad… Es un tipo de interpretación que exige como estar muy atentos a la vida. En este rodaje en concreto, además, rodábamos en escenarios reales, en medio de las verbenas, en fiestas, eran casi dispositivos documentales donde incrustábamos la ficción… Entonces, ahí, ¿cómo no se iba a colar la vida? Estás, realmente, atento y como cazando mariposas mientras actúas. Estás muy perceptivo y muy abierto a lo que ocurre. Y creo que, de esa forma de rodar, en el fondo es lo que luego la película te hace transmitir la sensación de vida que transmite.



Itsaso Arana interpreta en La virgen de agosto a una mujer en búsqueda de sí misma


CINE ARTE MAGAZINE: Cuando empezasteis a rodar, tu personaje, Itsaso, ¿estaba ya hecho?¿Estaba a medio hacer?¿Se fue haciendo mientras rodabais?

ITSASO ARANA: Los personajes se van haciendo y los sigo haciendo ahora mientras lo hablo. Porque los personajes son como un estado de ánimo que tú vas viendo, vas explicando, les pones palabras pero, en el fondo, en este caso, retrata un momento vital mío, el verano pasado, en el que estábamos intentando atrapar cosas que, en ese momento, nos importaban. Lo bonito de haber podido coescribir el guion con Jonás es que, al poder actuarlo, la escritura continuaba mientras rodábamos. Había cosas que salieron en rodaje como resultado de haber pensado y haber vivido juntos muchas cosas. Había un marco que sí estaba muy claro. Yo tenía dentro de mí más una sensación que un relato. Y eso estaba ya dentro de mí cuando empieza el rodaje y, cuando vas avanzando, vas recopilando información, sensaciones… Y aún ahora, cuando veo la película, sigo comprendiendo lo que seguimos contando.

JONÁS TRUEBA: A mí me gusta decir que Itsaso, en contra del cliché que hay sobre la idea del actor o la actriz, de mentir cuando actúa, yo tengo la sensación de que Itsaso solo sabe interpretar desde la verdad, que es también como yo entiendo mi oficio de director. Entonces, eso es lo que compartimos de una manera más profunda, algo a lo que Itsaso se suele referir a la hora de hablar de nuestro trabajo haciendo una película y que consistiría en “transparentarse” o “transparentarnos”. Ella actuando con el personaje y yo en la dirección, intentando que ocurra en la película en sí. Intentar esa transparencia, que seamos nosotros en la película, no engañar, siendo nosotros intentando mejorar, pero sin mentir ni falsear…

ITSASO ARANA: Sí, no hacer de más, no forzar, no empujar las cosas… Que las cosas, más bien, aparezcan… Con la forma en que Jonás rueda sus películas, yo creo que también ayuda mucho. Yo creo que es muy difícil alcanzar ese estado de confianza si el entorno de rodaje está rodado de prisas, de gritos, de agobios… Eso nunca ocurre con Jonás.



En la última película de Jonás Trueba, el mes de agosto es un oasis en el que cualquier milagro puede suceder


CINE ARTE MAGAZINE: Casi al principio de la película, Itsaso parece mirar a cámara, no una, sino dos veces… ¿Nos está pidiendo a los espectadores la complicidad que esta película necesita?

JONÁS TRUEBA: No mira exactamente a cámara. Pero es verdad que mira muy cerca de cámara. Es algo que habíamos hablado bastante cuando empezamos a rodar. Tenía que ver con la relación del personaje con la cámara. Para mí, era la gran cuestión: ¿qué distancia tenía que haber entre la cámara y el personaje de Itsaso? Poco antes de iniciar el rodaje, intuí que el esfuerzo de la película iba por ahí, en cómo nos íbamos a posicionar, en cuál iba a ser la relación entre ella y la cámara, en qué distancia tenía que existir… Y decidimos que íbamos a filmar las cosas con mucha sencillez plantando la cámara en un lugar más o menos respetuoso, viendo cómo ella se alejaba o se acercaba de eso. Pero desistimos de hacer lo que se hace en mucho cine contemporáneo de estar todo el tiempo encima de ella porque, como ella es la protagonista y la película respira por ella, entonces podría estar justificado. Hay mucho cine que trabaja así y que consigue hacer cosas muy bonitas pero no quisimos eso, decidimos no hacer notar la cámara demasiado, que la cámara no fuera un personaje más, sino que fuera una cosa con la que ella se podía más o menos relacionar. Creo que, al final, todas las películas tratan un poco de eso, y más en el cine contemporáneo, de algo que tiene que ver con la representación. Incluso a un nivel actoral, porque eso sobrevuela toda la interpretación…

ITSASO ARANA: Sí, porque hablamos de que se trata de un personaje que quiere dejar de ser actriz pero que, de algún modo, tiene la conciencia de que, a la mejor, puede estar dentro de una película. Eso está como en la capa última pero está ahí presente. Es un personaje que es capaz de verse desde fuera y eso es algo que, tristemente, nos pasa a muchos actores. Vivimos un poco como si estuviéramos dentro de una película: cuando no nos la dan, la intentamos vivir. Y esto es bonito porque muchas actrices que han visto la película dicen eso: que es un personaje que tiene como cierta conciencia. También es verdad que la voz en off consigue que el personaje se haga con la película, que parezca que ella la está escribiendo. Ella decide lo que hace cada día y hay algo de “elige tu propia aventura” que hace que se acabe convirtiendo en un personaje de actriz-autor. 


Itsaso Arana y Vito Sanz en un momento de La Virgen de agosto 


CINE ARTE MAGAZINE: Podría mencionar el trabajo de muchos actores pero me gustaría mencionar el de dos de ellos. Por un lado, el de Vito Sanz, que hace una gran caracterización de su personaje, diciendo mucho con muy pocos elementos, y que pienso que ha hecho la mejor interpretación de su carrera. Y, por otro, el de una actriz que ya aparecía en Los exiliados románticos y que, cada vez que sale, ilumina la pantalla, y que es Isabelle Stoffel… Yo creo que Isabelle aún tiene mucho que decir como actriz y que, antes o después, le va a llegar su gran momento.

JONÁS TRUEBA: Con respecto a Isabelle, es que es eso. Por lo menos, como yo lo veo. Luego, Isabelle tiene una vida como actriz muy rica y desmentiría lo que yo voy a decir porque a ella le gusta hacer muchas cosas e interpretar todo tipo de personajes, pero, cuando yo trabajo con Isabelle, lo que a mí me gusta es buscar o acercarme lo máximo posible a su ser, a su manera de ser, a su manera de estar, a su verdad, que me encanta. Es una amiga, prácticamente nos conocimos cuando ella llegó a Madrid, la conozco mucho, es un ser muy especial, muy genuino y muy único. Y para mí, siempre que tengo la oportunidad de que esté en una de mis películas, me gusta que esté, me gusta ponerla, porque es única y genuina. Además, con ella tengo casi un debate con eso…

ITSASO ARANA: Ella siempre quiere transformarse, estudiar el papel. Nosotros intentábamos como desvestirla y que estuviera ella misma lo más posible…

JONÁS TRUEBA: Es que esa luminosidad de la que tú hablas, la tiene en la vida real…

ITSASO ARANA: Sin duda. Es maravillosa.

JONÁS TRUEBA: Tiene una fuerza y una energía impresionantes. En el caso de Vito, es lo mismo pero de otra forma. Es muy amigo. En este caso, yo no hablaría tanto de caracterización porque lo que pactamos fue más bien como trabajar una parte de él, de su ser, que desde luego existe… Habitualmente, los directores le han pedido que trabaje su parte divertida, su parte payasesca, que, sin duda, la tiene y que es maravillosa porque es un tipo muy gracioso. Pero, por otro lado, también es un tipo muy cenizo y extraño y celoso de sí mismo y yo, como amigo suyo que soy, lo conocía, y hablamos de que esta película íbamos a trabajar más ese lado de él. Y eso que se ve en la película es, de nuevo, muy verdadero y muy propio de él.



De izqda. a dcha., Isabell Stoffel, María Herrador e Itsaso Arana en una de las escenas de La virgen de agosto


CINE ARTE MAGAZINE: Creo que fotografía de Santiago Racaj tiene una gran importancia en la película y es fundamental para crear el universo en el que la historia nos sumerge. Aunque Santiago ya brilló en anteriores films tuyos, creo que en La virgen de agosto ha ido, incluso, un nivel más alto de excelencia y expresividad. ¿Cómo enfocasteis Santiago y tú la fotografía de la película?

JONÁS TRUEBA: Santiago Racaj es una de las personas que más admiro en este mundo. Para mí, los verdaderos creadores son aquellos en los que su manera de "hacer" y de "ser" están unidas de forma indisociable. Santiago es uno de ellos. Su manera de trabajar la luz y la fotografía cinematográfica en general no es ni más ni menos que una prolongación de su manera de entender la luz, la vida y el cine, todo como una misma cosa. Pero creo que Santiago es un misterio en sí mismo, no es alguien de quien sea fácil hablar, me genera mucho respeto y no sabría acertar del todo si tengo que desentrañar su manera de trabajar en pocas palabras. En cada película que hemos hecho juntos, he aprendido un poco más de él. Trato de darle toda la confianza del mundo, porque además él también me la da a mí. Digamos que nos respetamos mucho. Hablamos poco, pero nos entendemos de manera muy profunda. Santiago cree fundamentalmente en la franqueza de la luz, del encuadre, de la óptica adecuada... Y así con todo. Para mí es ideal trabajar con él porque soy de esa misma naturaleza. Él sabe muchísimo de cine, pero no desde la cinefilia, sino desde la naturaleza verdadera del cine. Rara vez me pregunta por algo que estamos haciendo y que no le cuadra o le chirría, pero cuando lo hace sé que es por algo que ha intuido bien desde su sabiduría tranquila, y casi siempre eso me lleva a replantearme la cuestión. Y si le insisto por ese camino, él se fía y se deja llevar... Nos vamos llevando el uno al otro.

CINE ARTE MAGAZINE: Jonás, tú piensas que cuando el cine prescinde de todo tipo de parafernalias, de los grandes presupuestos, ¿ahí es donde el director se la juega con la sola utilización de los recursos fílmicos y es posible, entonces, encontrar la pureza del lenguaje cinematográfico?

JONÁS TRUEBA: Yo creo que es una posibilidad de buscar o de encontrar esa pureza que dices. Aunque también hay directores que han sabido con grandes presupuestos, pienso en un Tarkovski o en un Kurosawa, alcanzar esa pureza, acercarse a ella de otra manera. No me gustaría decir que la ausencia de dinero te acerca más a la pureza, lo que sí sería un mensaje equivocado en un medio como el cine. Pero, desde luego, yo creo que tener mucho dinero cuando haces una película casi siempre es un problema porque implica más presión, más exigencias, más gente opinando, se complejiza mucho todo… Entonces, yo prefiero moverme en una escala más pequeña.

CINE ARTE MAGAZINE: Para terminar, quisiera preguntarte por el proyecto ¿Quién lo impide?, una experiencia audiovisual formada por cuatro piezas (Sólo somos, Principiantes, Si vamos 28, volvemos 28, Tú también lo has vivido), en las que tú encargas de la puesta en situación pero es el grupo de adolescentes que participa (entre ellos, Candela Recio y Pablo Hoyos, protagonistas de La reconquista, que interpretaron a los personajes de Itsaso Arana y Francesco Carril en su adolescencia) quienes juegan un rol principal en su realización. ¿Cómo vamos a tener la oportunidad de ver este proyecto?

JONÁS TRUEBA: A ver si lo proyectan en el Cine Albéniz, por ejemplo. Estamos buscando salas dispuestas a programarlo. Es un proyecto atípico porque es un proyecto en marcha. Lo que mostramos no es algo definitivo ni cerrado sino que es parte de lo filmado, del proceso, que ahora mismo está dividido en esas cuatro piezas o elementos pero, bueno, poco a poco, sin prisas, lo vamos completando.



La proyección de La virgen de agosto y el coloquio posterior hizo pasar una agradable tarde-noche a los espectadores, a Jonás Trueba y a Itsaso Arana


Todo lo que Jonás e Itsaso nos han contado sirven como complemento perfecto para comprender en profundidad La virgen de agosto y llegar hasta sus últimas claves y secretos. Algo imprescindible al tratarse de uno de los grandes títulos del año cinematográfico en España y que será, no lo dudamos, una obra que se revalorizará con el paso de los años como recreación de un momento, unas vivencias y unos sentimientos de aquí y de ahora pero que trascienden los perfiles de sus personajes para llegar a reflejar el ansia de cualquier ser humano por encontrar su verdadero ser y el camino que, en realidad, le corresponde.



José Manuel Cruz, director de Cine Arte Magazine, entre Itsaso Arana y Jonás Trueba, en los momentos inmediatamente posteriores a la realización de esta entrevista




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