ATLÁNTIDA FILM FEST 2019 (10)



Llegamos a la décima entrega sobre el Atlántida Film Fest 201. Continúa la variedad de países y de enfoques y seguimos llevándonos agradables sorpresas con algunas de las películas seleccionadas para el certamen. Y alguna que otra decepción…

- Sección GENERACIÓN

Pájaros sin alas de Ellinor Hallin y Ellen Fiske 


Sin duda, una de las grandes sorpresas del certamen. Este documental sueco sigue, durante unos años, la vida de una chica de Escocia que, criada por su abuelo, vive en uno de los barrios menos favorecidos de la ciudad de Motherwell, cerca de Glasgow. Conforme la película avanza, vamos siendo testigos de cómo evoluciona la complicada biografía de la protagonista. un poco al modo de Boyhood (2014) de Richard Linkater pero acompañada de toda la intensidad que proporciona la realidad misma, sus ácidas asperezas, sus inesperados recovecos y sus mordiscos sin piedad.  Pájaros sin alas alcanza varias dimensiones. Por un lado, es el recorrido por una vida, con todas sus luces y sus sombras, con sus instantes felices y sus momentos amargos. Es, también, el reflejo de cómo el ser humano se adapta a circunstancias cambiantes y no siempre fáciles. Y es, finalmente, el retrato de una clase trabajadora que, golpeada por las políticas implantadas en Reino Unido desde la llegada al poder de Margaret Thatcher, ha perdido sus referentes y la esperanza de conseguir un porvenir mejor. Todo eso se desarrolla en este documental con brillantez, con precisión y sorprendiendo al espectador con una impresionante e insuperable sensación de verdad.

Monument de Jagoda Szelc 


La directora polaca Jagoda Szelc sorprendió en la edición del 2018 del Atlántida Film Fest con su film Tower. A Bright day (2017) una película a medio camino entre la ciencia-ficción y el terror que acababa siendo una honda reflexión sobre el proceso de “deshumanización” que estamos sufriendo en los tiempos actuales. En esta edición del certamen, la realizadora presenta Monument y el resultado está muy, muy alejado de la brillantez de su anterior film. La película empieza caracterizándose por una virtud que parece ser una seña de identidad del estilo de Szelc y es la creación de una atmósfera tensa e inquietante a partir de evitar proporcionar al espectador puntos sustanciales de información sobre qué está sucediendo en la pantalla. En el caso de Monument, ello tiene éxito durante la primera media hora, aproximadamente, pero, poco a poco, la película se desinfla y se adentra en un laberinto sin aparente salida que se acaba resolviendo con dos secuencias: la penúltima, rompe todo el tono que el film ha tenido hasta ese momento y resulta excesiva y sobreactuada; la última, supone un desenlace “racional” a la situación y nos hace lamentar que hayamos estado pendientes durante más de cien minutos de la historia para una resolución tan tosca y ramplona.

When the Trees Fall de Marysia Nikitiuk 


Debut en el largometraje de la directora Marysia Nikitiuk que nos permite tener un primer contacto con el cine realizado en Ucrania, tan poco habitual en nuestras salas comerciales y en las plataformas online. Y debemos decir que, con este primer contacto, nos hemos encontrado con una propuesta audaz y altamente estimulante. En When the Trees Fall, hay una mezcla de realismo descarnado, sensualidad salvaje y lirismo desbocado que, enlazados a través de una factura visual preciosista y plagada de elementos fantásticos, dan como resultado una historia en la que la denuncia de una situación de opresión y el retrato de un romanticismo sin concesiones se combinan de manera tan sorprendente como armónica. Relato de una pareja de jóvenes que se ven obligados a separar sus respectivas trayectorias vitales, el relato se desdobla en una subtrama de violencia urbana y en otra de fantasía poética que se acaban resolviendo en una última escena que nos ha recordado, en espíritu y forma, al desenlace de Milagro en Milán (1951) de Vittorio de Sica.

La isla del tesoro de Guillaume Brac 


La isla del tesoro es un agradable y simpático documental francés que narra cómo se desarrolla en verano en un parque acuático. Conocemos a sus directivos y empleados, su funcionamiento y, sobre todo, a sus visitantes, que nos van dejando retazos de sus vidas y acaban conformando un fresco rico, amplio y variado de todas las líneas biográficas que se congregan en un microcosmos que, más allá de la diversión, es un cruce de caminos de todo tipo de experiencias y vivencias. Aunque, en algunos momentos, ofrece dudas sobre si algunas situaciones han sido o no ficcionalizadas, afectando al equilibrio del conjunto, La isla del tesoro es un documental que se ve con agrado y acaba dejando un buen recuerdo en los ojos del espectador.

- Sección POLÍTICA Y CONTROVERSIA

Lucha de ideas de Jan Gitsels 


Lucha de ideas es una secuela, tanto espiritual como formal, de El gran debate, la anterior serie que tuvo al Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales Michael Sandel como maestro de ceremonias y que ahora ofrece un nuevo quinteto de episodios que abarcan aspectos candentes de la realidad social, económica, política y cultural actual: “Democracia y populismo”, “Mercado: bienestar e interés público”, “Big Data: privacidad e interés público”, “Fuerzas del mercado: la migración y el interés público” y “El nacionalismo: cosmopolitismo e interés público”. La idea de que un conjunto de jóvenes confronten sus distintas posiciones a partir de cuestiones agudamente suscitadas por Sandel y que este sepa conducir hábilmente a dilemas ético-filosóficos de gran enjundia es brillante y está narrada de forma ágil y amena. Pero, sin embargo, para mi gusto, los debates acaban siendo excesivamente teóricos y obvian las cuestiones relevantes en el panorama sociopolítico actual que son las que conducen a las tensiones que están sacudiendo a nuestras democracias. Por ejemplo, cuando se habla de la necesidad de que los ciudadanos estén bien informados, es una afirmación que resulta difícil de rechazar. Pero lo que se dirime hoy en día, y que es donde el populismo encuentra su caldo de cultivo, es si los medios de comunicación existentes informan con objetividad a los ciudadanos o se limitan a querer imponer intelectualmente una visión única y excluyente de la realidad. Al mismo tiempo, los debates parecen partir de la asunción no discutida que los ciudadanos solo piensan en el interés general y que carecen de intereses particulares que guían sus apoyos, sus decisiones y sus conductas. En resumen, propuesta muy interesante pero que necesitaría incluir en sus reflexiones las aristas evidentes que se dan en todo proceso social.

- Sección IDENTIDAD

Qué tal Pascual de Bárbara Brailovsky 


Simpático documental sobre un personaje peculiar, inclasificable y de una personalidad cautivadora. Se trata de Pascual Iranzo, peluquero (aunque, si ven la película, comprobarán que él preferiría otra denominación a su profesión) de Barcelona y que nos regala durante sesenta minutos con gotas deslumbrantes de su sabiduría, de su carisma y de materias que, intuimos, solo se aprenden en la universidad de la vida. Qué tal Pascual tiene el acierto de saber mostrar al personaje tal como es, de permitir que el relato fluya con la suficiente agilidad y espontaneidad como para que su protagonista no pierda su papel estelar y nos deja con ganas de saber más de alguien que cabe pensar que ha tenido una biografía rica y apasionante. Solo al ver la cercanía y el trato estrecho que tiene con Joan Manuel Serrat, nos basta para deducir que la vida de Pascual Iranzo daría para cuatro o cinco documentales más como el realizado por la debutante en el largometraje Bárbara Brailovsky.

- Sección MEMORIA HISTÓRICA

Oscuro y Lucientes de Samuel Alarcón 


Samuel Alarcón también debuta en el largometraje y lo hace con un documental fascinante sobre un hecho relativamente poco conocido que ya es, de por sí, suficientemente extraño y enigmático. Cuando en 1888 se exhumaron los restos de Francisco de Goya en el cementerio de La Chartreuse de Burdeos, se descubrió que el cráneo había desaparecido. Oscuro y Lucientes investiga sobre las circunstancias de la desaparición y, a través de una apasionante historia detectivesca trufada de imaginativos elementos visuales, acaba trazando una hipótesis más que convincente sobre el destino final del extraviado cráneo. La voz del gran Feodor Atkine, que nos va desgranando con magnetismo la gran complejidad de los hechos, envuelve un film que, más allá de la anécdota, se acaba convirtiendo en una reflexión sobre los elementos culturales relacionados con la muerte y en una visión cargada de delicada ironía sobre la existencia de órdenes ocultos detrás de la realidad aparente.

The Tree de André Gil Mata 


The Tree es una película portuguesa realizada en Bosnia que propone una narrativa de gran riesgo y audacia. Con ausencia casi absoluta de trama, el realizador luso André Gil Mata mueve la cámara con lentitud majestuosa y se recrea en reconstruir con morosidad sin concesiones los pasos y movimientos de un aguador a través de un indefinido escenario bélico. Los minutos pasan y nada sucede salvo el recorrido del protagonista para hacer su trabajo hasta encontrarse con el niño al que hemos visto en la primera escena de la película. Ante una obra de estas características, solo cabe hablar de obra maestra o de experimento fallido. Por desgracia, debemos inclinarnos ante la segunda opción porque, aunque hay que reconocer la hermosura visual que el film busca, al final no es más que un ejercicio de esteticismo vacuo que no transmite nada al espectador y que hubiera podido resolverse fácilmente en un cortometraje que hubiera carecido de un exceso de metraje completamente innecesario.





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