EL FESTIVAL DE MÁLAGA 2020 EN 14 MIRADAS (12.2): A MEDIA VOZ DE HEIDI HASSAN Y PATRICIA PÉREZ

 


El salir de nuestra tierra tiene dos dimensiones que, siendo inseparables entre ellas, son esencialmente diferentes. Por un lado, está el alejarnos del lugar en el que hemos crecido, del lugar que ha forjado nuestra personalidad e idiosincrasia, del lugar que aportado nuestra visión del mundo y de la realidad. Pero, al mismo tiempo, también es la ruptura de relaciones personales que son, en última instancia, las que articulan y constituyen nuestra vida. Porque no vivimos en el vacío de un entorno perfectamente estructurado sino que accedemos al mismo a través de las personas con las que nos relacionamos y con las que creamos lazos de colaboración, afecto, amistad o amor. Abandonar tu tierra natal es romper con esos lazos y tener que empezar de cero esa dimensión personal que es la que constituye la columna vertebral de nuestra existencia, la que nos une de uno u otro modo con quienes nos rodean y, por ello, el primer sentimiento que nos invade no es tanto el extrañamiento sino, sobre todo, la soledad. De todo ello nos habla el documental A media voz de Heidi Hassan y Patricia Pérez, el cual reconstruye la experiencia vital real de sus dos directores, quienes estaban unidas en Cuba por una gran amistad, la cual se interrumpió cuando ambas, por distintos caminos, acabaron abandonando la isla.

TRÁILER DE A MEDIA VOZ


A media voz fue proyectado en la Sección Oficial de Largometrajes Documentales del Festival de Málaga y ganó el Premio a la Mejor Dirección. Antes de la concesión del galardón, tuvimos la suerte de hablar con los dos directoras, que nos contaron muchos detalles del film y con las que profundizamos en los temas que el mismo aborda.


Heidi Hassan (izqda.) y Patricia Pérez (dcha.), directoras de A media voz

 

CINE ARTE MAGAZINE: Hola, Heidi y Patricia. Vamos a empezar hablando de un tópico que vamos a ver si hay que desterrar o no. En el viaje, ¿te conoces a ti misma?

HEIDI HASSAN: Yo pienso que sí.

CINE ARTE MAGAZINE: Entonces, partiendo de que sí, y en función de vuestra experiencia, en la que os fuisteis de Cuba no con un viaje programado ni a un lugar con una salida segura, sino que fue de un modo mucho más brusco, ¿en qué medida os conocisteis a vosotras mismas?

PATRICIA PÉREZ: La primera sensación que tuve, al segundo día de haber pisado Europa, fue la de decirme a mí misma: “¡Guau! Soy mucho más, yo, de lo que yo pensaba”. Por primera vez, estaba sola. Por primera vez, estaba sin mi círculo de amigos, que éramos Heidi y yo, pero que, además de nosotras dos, éramos un círculo muy unido, no estaba con mi familia, no estaba en mi país y, sin embargo, yo sentía que había mucho que era igual y eso que era igual era yo. Entonces, con esa sensación, por primera vez tuve claro todo lo que era yo. Esa fue la primera reacción superficial a estar por primera vez sola. Y, luego, en todo el proceso, cuando yo había estudiado en Cuba, había estudiado cine, había estudiado teatro, y venía aquí, donde quiera que yo llegara, y nunca me pude imaginar que iba a hacer todo lo que hice. Con eso, no había contado lo más mínimo y, realmente, eso me puso a prueba porque yo, hasta entonces, solo había usadp la cabeza, el cuerpo ni para bailar, entonces era ponerme a prueba en otras situaciones en las que tenía que mover mi cuerpo, en la que tenía que trabajar de otra forma… Para mí, fue importante. Me dio mucha seguridad.

HEIDI HASSAN: Yo me adhiero totalmente a lo que ha dicho Patricia. A ver, digamos que para mí no fue una sorpresa saber quién era yo. Yo era hija única, de niña siempre estaba sola y utilizaba mi tiempo a escudriñarme a mí misma. Es un ejercicio también que mi madre siempre ha promovido mucho en mí. Yo no me he descubierto quién era yo al llegar a Europa pero sí que, como ha dicho Patricia, al ser la primera vez que estás sin ese apoyo y sin ese entorno, que estás fuera de tu zona de confort, y tienes que empezar a lidiar con otras facetas tuyas. Entonces, sí que descubres otras facetas, otros ángulos de ti misma y, sobre todo, que yo migré muy joven y, quieras o no, te haces adulto aquí. Y eso cambia todo totalmente. No es lo mismo una mujer a los 24 años que a los 40. También es un poco difícil desentrañar qué es la experiencia de la vida de los años que pasan o del lugar en el que estás. Está todo muy imbricado. Pero sí que vivir fuera de tu país, te ayuda a descubrir otras dimensiones de ti misma. Eso es algo que, quizás, al principio lo ves como un problema pero, después, lo ves como una riqueza. Al principio, lo empiezas a sentir como es algo que te han arrancado y que tú eres una mitad. La otra mitad ha quedado allá. Pero, con los años, la experiencia te ayuda a descubrir que no eres una mitad sino que eres dos: la de aquí y la de allí. Y la que tiene el privilegio de ver el allá con la distancia de aquí. Entonces, hay un cantante cubano que dijo una frase que se volvió muy popular: “No soy ni de aquí ni de allá”. Porque, claro, cuando te vas, es muy difícil encontrar tu sitio. Pero, cuando vuelves, no te sientes del todo… Yo creo que, más bien, es que ganas. Eres de esos dos lugares pero puedes ser incluso de muchos más lugares. Es decir, que esos límites, que en Cuba los tenemos por ser una isla y por su situación política, hace que ya no sean límites sino que sean murallas las que tenemos. Y la emigración hace que esas murallas se vayan desvaneciendo. Y es algo que uno gana.



PATRICIA PÉREZ: Aportando un poco a lo que ella dijo, yo creo que también, yo por lo menos en mi caso, haber dejado mi país me ha hecho mucho más desapegada. Porque ya he dejado lo que más me ataba. Entonces, yo, en España, me siento muy bien, pero me puedo mover a cualquier ciudad, a cualquier país, porque es que yo ya he dejado lo que me era más difícil. Es un paso importante porque pienso que es importante no estar apegado a nada.

CINE ARTE MAGAZINE: Lo que más llama la atención es el ingente material audiovisual que hay, un material que abarca una larga serie de años. Y un material no captado o no grabado específicamente en principio para formar parte de una película… ¿Cómo ha sido el esfuerzo de recopilar y seleccionar todo ese material que cada una teníais por vuestro lado?

PATRICIA PÉREZ: Lo primero, no ha sido un esfuerzo. Ha sido un placer. Porque, imagínate, como yo hago referencia en la película a una caja, una caja que es real, y era mudada de casa a casa, porque yo he vivido en muchas casas, y yo nunca había tenido la posibilidad de sentarme y revisar lo que había allí dentro. Como mucho, en alguna cosa había conseguido poner “mercado medieval de no sé dónde”. Pero se mezclaban cintas… Fue una sorpresa para mí y para Heidi, porque también fue importante para ella, e hizo que disfrutáramos mucho más del montaje y del armado de la película. Durante mucho tiempo, estuvimos escribiendo un guion pero nunca habíamos vuelto a ver esas imágenes. Con lo cual, ese guion estaba escrito bajo la suposición de que íbamos a encontrar tal o cual imagen… Muchas cosas, imaginaba que las iba a tener que grabar porque no contaba realmente con lo que todo ese material nos podía dar. Entonces, cuando, tras encontrar la financiación, tuvimos finalmente la oportunidad de poner en marcha el proceso con el que habíamos soñado, que era que cada una le fuera haciendo a la otra una carta, una carta que no solo era texto, sino que también incluía material audiovisual, con imágenes, voz y sonido. Entonces, fue un descubrimiento para mí y para ella. Porque yo descubría las imágenes que tenía en esa caja, las utilizaba en una carta y Heidi recibía algo nuevo y genuino, algo que no había visto nunca. Porque no utilizamos los textos que habíamos empleado para obtener las subvenciones, porque allí no había sorpresa y nosotras queríamos vivir realmente la sorpresa del intercambio. Y fue un proceso muy placentero.

HEIDI HASSAN: Patricia dice que se había perdido la sorpresa porque el proceso de obtener las ayudas fue muy largo, de casi cuatro años, preparando un dossier para las fundaciones. Entonces, llega un momento en que textos que pueden ser muy valiosos o potentes en ese momento, a fuerza de escucharlos una y otra vez se gastan. Se trataba de recuperar en el montaje la frescura y la espontaneidad, el deseo que tuvimos en un primer momento de hacer la película. Y fue principalmente, tal como ha dicho Patricia, gracias a las imágenes que se descubrieron. Quiero precisar, por si no queda claro, que esas imágenes estaban en formatos que ya están en desuso. Es por eso que no se había vuelto a ellas. Y creo que eso jugó a nuestro favor porque, de otro modo, las habríamos tenido quizás muy vistas. La película, entonces, hubiera sido distinta. Habría cogido por otro lado. Pero, de todas formas, fue un trabajo duro para Patricia porque, en su caso, eran muchas horas de material de vídeo, cuando, en el mío, se trata de fotografía, la cual es más concisa. Pero fue muy difícil poder resumir y seleccionar, dentro de ese ingente material, lo que era más importante para la película. Pero, bueno, por suerte tuvimos el tiempo para hacerlo. Estuvimos durante ocho meses realizando ese intercambio de cartas del que ha hablado Patricia y fue lo que permitió desapegarnos de ese momento de emoción que supuso reencontrarnos con esas imágenes y poder seleccionar cuáles eran realmente necesarias para contar nuestra historia.




CINE ARTE MAGAZINE: Cuando vemos las imágenes en vuestra película, no vemos solo una mera recopilación de imágenes sino que hay un trabajo creativo: qué textos deben acompañar a qué imágenes, cómo se encadenan unas imágenes con otras… No es una película en la que las imágenes lo que hacen es ilustrar un guion previo…

HEIDI HASSAN: Eso es lo que fue para nosotras muy importante y defendimos mucho. Queríamos tener suficiente tiempo de trabajo que nos diera libertad para poder experimentar. Entonces, muchas veces, era un texto el que nos invitaba a buscar una imagen y, en otras, era al revés, era una imagen quien provocaba el texto. Todo el tiempo había una dinámica muy viva. No seguimos la clásica estructura de pim-pam-pum y después ilustramos. No. Fue un juego con el material que teníamos.

PATRICIA PÉREZ: Estuvimos como esos ocho o nueve meses jugando, que fue maravilloso. Y, entonces, ya cuando teníamos un armado muy grande, en el que apenas volvíamos atrás, sino que era avanzar, avanzar y avanzar en la correspondencia, como si fuese real, entonces ahí si nos detuvimos en un momento en que teníamos como casi tres horas de material. Empezamos a comprender lo que teníamos, a analizarlo, trabajamos con una guionista cubana, Xenia Rivery, y también con una montadora española, Diana Toucedo, que fueron fundamentales para entender qué era necesario y qué se podía desechar y qué había que resaltar de cada personaje para que ayudara a diferenciarlo y creara un contraste entre los dos. Pero eso fue un proceso que hicimos después. El proceso inicial fue muy espontáneo y solo posteriormente lo intelectualizamos un poco.



CINE ARTE MAGAZINE: Vosotras os fuisteis de Cuba y vinisteis a Europa. ¿Cómo se trata en Europa a la persona que viene de fuera?

PATRICIA PÉREZ: Yo pienso que nosotras no estamos separadas de nuestra condición de cubanas y que existen en España prejuicios muy positivos respecto a los cubanos. Nosotras también somos blancas. Nos parecemos mucho. Somos mujeres. Yo voy por la calle y no saben que no soy de aquí. Cuando hablo, sí. Pero, entonces, tengo un acento que gusta. Digamos que no puedo ser muy objetiva en la respuesta porque solo te puedo hablar de mi experiencia. Y mi experiencia es que, con todo lo difícil que ha sido la emigración en cuanto a la parte económico-legal, yo, aquí, apenas me he sentido extranjera. Yo he vivido en una pequeña aldea de Galicia y solo te encuentras con los prejuicios que te encuentras cuando vives en un sitio que no es una ciudad. Pero enseguida que se rompe esa barrera, que es muy rápido, ha sido muy fácil.



HEIDI HASSAN: Yo también me he sentido muy bien acogida pero siempre dentro de ese margen que decía Patricia. Yo recuerdo una situación en Suiza con una amiga que estábamos haciendo una mudanza. Ella es negra. Y yo le sugerí: “Vamos a meter las cosas dentro de un saco de basura y las desplazamos”. Ella no tenía papeles en ese momento y me dijo: “Heidi, es que tú eres blanca. Yo no. Nadie se imagina que tú no seas suiza”. Eso fue recién llegada yo a Suiza y eso me hizo tomar conciencia de que yo me he integrado de una manera completamente distinta por mi físico. Mi experiencia personal es que yo estoy muy agradecida por la acogida que tuve.

CINE ARTE MAGAZINE: Una curiosidad, Heidi. El director con el que hablas en la película, con el que, inicialmente, te hiciste pasar por hombre para que aceptara hablar contigo y te dice que en la película que va a hacer no vas a participar porque van a estar con nieve hasta el cuello y va a exigir un gran esfuerzo físico pero para la siguiente sí, ¿te acabó llamando para esa película?

HEIDI HASSAN: A ver, es un caso un poco especial. Yo he vivido situaciones de este tipo, muchísimas. Esa, en particular, junto a otra que también me ocurrió, está ficcionada porque, en el momento que me sucedió, no pude filmarla. Sin embargo, yo le pedí a dos personas con las que yo había vivido situaciones similares que participasen y ambas fueron bastante generosas porque no quedan muy bien paradas en la película. Entonces, no fue este señor directamente pero, al final, la persona a la que encarna no me llegó a llamar.

CINE ARTE MAGAZINE: Es decir, ¿crees que optó por decir eso para tener una salida airosa?

HEIDI HASSAN: Tampoco es eso. Es que, a veces, la vida es complicada. A lo mejor, en ese momento, lo pretendía pero luego no hizo el proyecto o se complicó o quién sabe…

PATRICIA PÉREZ: Bueno, yo, desde que veo la escena, sé que no la va a llamar…

 



CINE ARTE MAGAZINE: Cuando veo A media voz, la percibo en ocasiones como una metáfora de la propia división y escisión que tiene Cuba. En Cuba, están quienes están dentro, quienes están fuera; en el interior, quienes apoyan al régimen, quienes no lo apoyan… Está lo que pudo ser y no fue y lo que ahora hay realmente. Pensamos constantemente en Cuba en términos de dualidades. No sé si estaba en vuestra mente a la hora de hacerlo o fue algo que salió solo.

HEIDI HASSAN: Nunca lo había pensando de una forma tan clara como lo estás diciendo tú pero yo creo que el hecho de haber sido formada en un, podemos decir, pensamiento tan dicotómico, tan binario, quizás eso también destiñe en cierto modo… Eso es como la parte negativa. Pero también pienso que hubo una voluntad consciente de que hubiera dos personajes protagonistas, que son dos afluentes que van en paralelo y que se quiso resaltar, como ha dicho Patricia, características de cada uno de los personajes para que fueran dos personajes distintos y no un solo personaje, para que no fuera una única historia. Es cierto que hay un personaje que confía más, que tiene más fe en la utopía, en lo que queda de la Revolución y otro que no. También está la cosa de filmar en blanco y negro y en color, que eso crea una dualidad adicional… Parece azaroso y que no es importante pero, por ejemplo, yo de niña hice siempre la distinción entre las cosas que fotografío en blanco y negro y las cosas que fotografío en color. Sería una explicación muy larga pero a lo que me refiero es que tu pregunta hace eco con eso. Sin embargo, siento que, más allá de la necesidad de diferenciar, si una virtud tiene es que no es maniqueísta. Pienso que intenta que el abanico de matices esté presente y era algo que necesitábamos en la película para combatir un poco eso que siempre se maneja en nuestro país de “estás con nosotros o estás en contra”, “eres de aquí o eres de allá”, y que yo siento que es algo que nos reduce muchísimo como nación, en nuestro discurso y que provoca que se nos eduque de una manera que es extremadamente limitada. Entonces, nosotras teníamos la voluntad de aplanar esos límites y de matizarlos mucho más.

CINE ARTE MAGAZINE: ¿Cómo veis la situación actual de Cuba?¿Hay cambios?¿No hay cambios?

PATRICIA PÉREZ: Yo creo que a nivel político, no, pero a nivel social, sí. Creo que internet ha llegado a Cuba y es algo muy poderoso y ya está notándose. Espero que internet nos dé la libertad que no hemos tenido antes. Ya lo está haciendo y creo que eso va a ser una pieza fundamental en un cambio positivo en Cuba.

 


CINE ARTE MAGAZINE: Para terminar, ¿qué futuros proyectos nos podéis contar?

HEIDI HASSAN: Acabamos de fundar una productora, Free 100 Media (se escribe Free 1 Media, con signo de infinito). Somos 5 realizadores cubanos que vivimos en España y nos estamos concentrando en qué proyectos vamos a desarrollar y a cuál le vamos a dar prioridad… Estamos muy entusiasmadas.

 

Pues cerramos el artículo con esa excelente noticia y con el buen vaticinio que representa el que Free 1 Media inicie su camino pudiendo presumir del premio conseguido por A media voz en el Festival de Málaga, un galardón merecido que premia una crónica emotiva de la separación de dos amigas y de su reencuentro en forma de torrente de imágenes, palabras y sonidos.




 


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