OFRENDA A LA TORMENTA DE FERNANDO GONZÁLEZ MOLINA. DE ESPIRITUALIDADES PERVERSAS


En Cine Arte Magazine, publicamos la reseña de Ofrenda a la tormenta de Fernando González Molina, cierre de la adaptación de la “Trilogía del Baztán” de Dolores Redondo, que se estrenó en Netflix el pasado 24 de julio.




TÍTULO: Ofrenda a la tormenta. TÍTULO ORIGINAL: Ofrenda a la tormenta. AÑO: 2020. NACIONALIDAD: España-Alemania. DIRECCIÓN: Fernando González Molina. GUION: Luiso Berdejo, adaptando la novela homónima de Dolores Redondo. MONTAJE: Verónica Callón. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Xavi Giménez. MÚSICA ORIGINAL: Fernando Velázquez. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Marta Etura, Leonardo Sbaraglia, Carlos Librado ‘Nene’, Francesc Orella, Imanol Arias, Álvaro Cervantes, Itziar Aizpuru, Benn Northover, Marta Larralde, Alicia Sánchez, Elvira Mínguez, Patricia López Arnáiz, Eduardo Rosa, Ana Wagener, Paco Tous, Pedro Casablanc, Angel Alkain, Susi Sánchez, Colin McFarlane, Alfredo Villa, Íñigo de la Iglesia, Elisabeth Bonjour. DURACIÓN: 139 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: https://www.deaplaneta.com/es/ofrenda_a_la_tormenta. ENLACE EN NETFLIX: https://www.netflix.com/title/80990328.

CALIFICACIÓN: 

Con el estreno en Netflix de Ofrenda a la tormenta, se cierra el ciclo de las adaptaciones de las novelas que integran la “Trilogía del Baztán” de Dolores Redondo, cuyas historias giran en torno a las mitologías y creencias ancestrales existentes en dicho valle, situado al norte de la Comunidad Foral de Navarra. Posiblemente, la película que inició la saga, El guardián invisible, fue la que más me gustó, a pesar de sus defectos. Sin embargo, tanto Legado en los huesos, como ahora Ofrenda a la tormenta no han sabido corregir los defectos de la primera y, en gran medida, no han sabido continuar con las virtudes que la misma había ofrecido. Como ya comentamos a la hora de reseñar los dos títulos anteriores, uno de los grandes deslizamientos de concepto que se ha producido en los últimos tiempos es clasificar como “género negro” lo que, más bien, estaría mejor englobado en otras etiquetas, como “género criminal” o “género neogótico”. Este problema de perspectiva conlleva la frecuente distorsión en la utilización de atmósferas y códigos narrativos y los frecuentes bandazos en el tono de muchas historias que, a veces, parecen caminar por el policíaco, en ocasiones, por el terror y, en algunos momentos, sí que llega a caer en el terreno del noir más clásico por la mirada crítica e incisiva a la realidad social y sus contradicciones. Este problema ha sido el gran lastre de las tres películas de esta trilogía que, conforme la trama ha avanzado, ha ido cayendo en unos excesos dramáticos y en una falta de contención y sobriedad que han restado credibilidad y verosimilitud al conjunto.




A pesar de todo, sí hay algunos elementos que merecen ser destacados una vez que hemos visto las tres películas de la trilogía. Por ejemplo, la agilidad narrativa que permite ver las películas sin demasiado disgusto y la correcta actuación, en general, de todo el reparto, en el que hay que destacar especialmente a una gran Marta Etura, que logra hacer una excelente composición del personaje protagonista (la inspectora Amaia Salazar), a Francesc Orella, a Carlos Librado y a Álvaro Cervantes. Y, como trasfondo final del argumento, aflora un retrato sobre la facilidad con que ideas esotéricas y discursos delirantes pueden calar en mentalidades actuales, pretendidamente escépticas y racionales, pero que, quizás por ello mismo, solo encuentran la salida del éxito social como medio para justificar una vida que, de otro modo, carecería de sentido o fundamento. Como colofón a este terceto de films, no está mal pero, sin duda, el proyecto global podría haber brillado a un mejor nivel.

TRÁILER DE LA PELÍCULA:




IMÁGENES DE LA PELÍCULA:














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