ESTA MIERDA ME SUPERA: ¿ANTICÓMIC O NEOCÓMIC?


Esta mierda me supera es una serie cuya primera temporada está disponible en Netflix desde el pasado 26 de febrero y es la adaptación de la novela gráfica I Am Not Okay With This cuyo autor es Charles Forsman y que fue publicada en 2017. A través de un pequeño análisis de los títulos de crédito de la serie se puede deducir una pequeña intrahistoria que podría explicar la génesis de la misma. El director de los siete episodios de esta primera entrega es Jonathan Entwistle, quien, en 2017, realizara cinco episodios de la serie The End of the F***ing World, que, a su vez, también era una adaptación de otro cómic (homónimo) del propio Charles Forsman, publicada en 2011-2012. Parece evidente que, en esta nueva adaptación, se ha optado por el director que llevó a buen puerto la plasmación en imágenes de la anterior obra de Forsman y que, por tanto, podía ser un buen conocedor de sus claves, sus tonos y sus preocupaciones.




Al escribir el titular de esta reseña, reconozco que he jugado descaradamente a la provocación. Porque los grandes aficionados al cómic han asumido y les resultan familiares las novelas gráficas que han superado la vieja dicotomía entre realismo y fantasía pero, para los que no son tan aficionados, a lo mejor piensan que aún sobreviven en el denominado “noveno arte” determinadas categorías que, a día de hoy, están periclitadas. Por ello, les sorprenderá el tono de esta serie que, en muchos momentos, parece una película de Ken Loach, Mike Leigh o de Gus Van Sant y, en otros, nos hace creer que estamos ante un revival de El protegido (2000) de M. Night Shyamalan. Porque, efectivamente, el personaje protagonista, Sidney Novak, (interpretado por Sophia Lillis, a quien hemos visto con anterioridad en It – 2017 – e It: Capítulo 2   2019 –  de Andy Muschietti) vive con su madre (Kathleen Rose Perkins), que trabaja como camarera y saca adelante a su familia como puede, y su hermano pequeño (Aidan Wojtak-Hissong), en un pueblo que percibimos claramente como del nordeste estadounidense (lo cual significa que se haya instalado en una lenta y aparentemente inexorable decadencia desde su ya lejano esplendor industrial) y en el que existen todos los vicios propios de una comunidad pequeñas añadidos a una crisis económica que se ha convertido en endémica. Pero, de repente, esta chica, que debe luchar todos los días con el combate de egos que a diario se despliega en el instituto donde estudia, percibe que ha podido adquirir unos insólitos superpoderes. Y ello añade una nueva y escurridiza dimensión a su historia.




Desde la primera escena, sabemos que en Esta mierda me supera (traducción que, atendiendo al título original, añade un tono escatológico que puede causar una primera impresión negativa al espectador potencial de la serie, transmitiéndole una idea equivocada del tono de la obra) va a suceder algo grave. Pero la trama sabe dosificarse perfectamente para llegar a un clímax seco, directo y brutal al modo de una Carrie (1976) de Brian de Palma renovada que se juega todas sus cartas en una fiesta de graduación con desenlace inesperado y que, a la vez, constituye un cliffhunger de primer nivel de cara a una segunda temporada, ya que la serie termina con un final abierto y una escena inquietante. Y la llegada a ese clímax es una inyección de adrenalina mucho más potente en la medida en que, hasta ese momento, los episodios se han desarrollado centrándose en la vida personal de la protagonista (con sus problemas sentimentales con su amiga Dina (Sofia Bryant) – de la que está secretamente enamorada – sus devaneos entre físicos y románticos con su vecino y compañero de instituto Stanley (Wyatt Oleff) y con las tensiones típicas entre una adolescente y su madre) y solo hemos visto con carácter puntual, aunque cada vez con mayor intensidad, las incipientes manifestaciones de sus superpoderes.




Más allá del retrato social del que ya hemos hablado, Esta mierda me supera nos habla de la adolescencia y de los cambios que supone esa etapa de la vida, con sus tensiones, sus desajustes con la realidad y la necesidad de aprender a negociar con circunstancias ásperas y escasamente ideales, del descubrimiento de la propia identidad y del encontronazo que cada uno de nosotros se lleva cuando descubrimos que la misma puede no coincidir con la aceptación mayoritaria de nuestro entorno. Y, con ello, se demuestra que el cómic actual, con sus hallazgos y su audacia sin límites, es capaz de aportar historias originales y poderosas capaces de aportar matices y variantes sorprendentes de temas tratadas hasta la extenuación pero que cobran nueva vida al recrearse en viñetas y bocadillos de texto. Esta mierda me supera sabe recrear el espíritu del cómic original y conducir al espectador por una historia de corte fantástico pero que habla de la realidad con mucha más verosimilitud que otras que pasan por ser más realistas. No sé si Esta mierda me supera es cómic o anticómic (tampoco me importa demasiado) pero sí que es cierto que sabe respetar la esencia del mejor cómic de toda la vida, aquella que, desde la invención pura y desbocada, esconde la más lúcida y deslumbrante autenticidad.




TRÁILER DE LA SERIE:


IMÁGENES DE LA SERIE:















Comentarios