GLORIA MUNDI DE ROBERT GUÉDIGUIAN. EL FIN DE LOS SUEÑOS DE LAS PERIFERIAS URBANAS

Hoy, publicamos la reseña de Gloria Mundi de Robert Guédiguian, película francesa que ya está disponible en Filmin.




TÍTULO: Gloria Mundi. TÍTULO ORIGINAL: Gloria Mundi. AÑO: 2019. NACIONALIDAD: Francia-Italia. DIRECCIÓN: Robert Guédigian. GUION: Robert Guédiguian y Serge Valletti. MONTAJE: Bernard Sasia. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Pierre Milon. MÚSICA ORIGINAL: Michel Petrossian. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin, Gérard Meylan, Anaïs Demoustier, Robinson Stévenin, Lola Naymark, Grégoire Leprince-Ringuet. DURACIÓN: 106 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: https://www.golem.es/distribucion/peliculas/gloria-mundi/. ENLACE EN FILMIN: https://www.filmin.es/pelicula/gloria-mundi.

CALIFICACIÓN: 

Revisando toda la filmografía de Robert Guédigian, empezando con Marius y Jeannette (1997) y siguiendo, por ejemplo, con Mi padre es ingeniero (2004), Lady Jane (2008), Las nieves del Kilimanjaro (2011), El cumpleaños de Ariane (2014) y La casa junto al mar (2017), podríamos trazar un dibujo claro y nítido de cómo los cambios económicos y sociales acaecidos desde los años 90 han ido afectando a las clases trabajadoras – Presidente Mitterand (El paseante del Champ de Mars) (2005) podría servir de complemento al aportar un punto de vista directamente político y Una historia de locos (2015) se apartaría de este conjunto de films al hablar de los problemas históricos del pueblo armenio –. Ese recorrido sociohistórico que va implícito en el cine de Guédiguian se centra en un microcosmos muy concreto: la clase obrera de Marsella, ciudad natal del director. A lo largo de sus películas, hemos ido viendo cómo, poco a poco, las posibilidades y alternativas del mundo trabajador de esa ciudad (como la de muchas ciudades antaño industriales de Occidente) se han ido reduciendo y, sin que pareciera haber una solución o una opción esperanzadora, aquel ha tenido que resignarse a vivir en unas peores condiciones de vida, debiendo sacrificar una porción muy importante de su dignidad y de su libertad. El último film de Guédigian, Gloria Mundi, constituye un paso más en ese retablo que abarca ya tres décadas. En él, y a partir del nacimiento del primer miembro de la tercera generación de una familia, Gloria (que es quien da título al film), vemos cómo los cambios que han irrumpido en el entorno social y laboral en los últimos tiempos (con la aparición, por ejemplo, de negocios de compraventa de objetos de segunda mano y de empresas como Uber) van asociados a toda una serie de cambios éticos en los que el individualismo y el egoísmo priman por encima de consideraciones de carácter familiar, comunitario o colectivo.




Por lo que hemos dicho hasta ahora, el cine de Guédiguian podría emparentarse con el de Ken Loach. Y no solo por su temática, sino que el estilo de ambos realizadores está muy influido por el cine de John Ford. Guédiguian y Loach apuestan claramente por la forma invisible, la mirada cálida hacia los personajes y un ritmo ágil y fluido que evita caer en demoras narrativas o escenas innecesarias y que se centra en el núcleo central de la historia. Posiblemente, la principal diferencia entre Loach y Guédiguian es que, si el primero incluye en su discurso una carga más ideologizada, el director francés opta siempre por dar preferencia al humanismo y a mostrar la dignidad y pundonor de sus personajes. Por ello, el cine de Guédiguian es, tal vez, algo menos potente desde el punto de vista expresivo, pero, sin embargo, es más sutil desde el punto de vista narrativo y más profundo desde el punto de vista de reflexión y análisis sobre el mundo que recrea y reconstruye en sus películas. Una base fundamental del cine del realizador francés es un conjunto de actores que, película tras película, repiten en el reparto y con los que ha logrado crear una simbiosis artística y creativa que ayuda a crear ese aire de cercanía y familiaridad que emana de todos sus films. Están los sempiternos Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin y Gérard Meylan (siempre solventes y eficaces) y a ellos se unen, como miembros de la segunda generación de la familia, Anaïs Demoustier, Robinson Stévenin, Lola Naymark, Grégoire Leprince-Ringuet, que brillan al mismo nivel que los intérpretes más veteranos. Gloria Mundi mantiene la calidad habitual de todo el cine de Guédiguian y es un muestrario de unos tiempos actuales que nos hacen ser peores de lo que, en realidad, querríamos ser. Al final, quien da un ejemplo de dignidad y sacrificio es quien menos parecería estar dispuesto a ello pero que, en realidad, es quien está menos contaminado por unos nuevos valores que acaban consagrando aquella frase escrita por Plauto y popularizada por Hobbes y que afirma que “el hombre es lobo para el hombre”.

TRÁILER DE LA PELÍCULA:



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