JOJO RABBIT DE TAIKA WAITITI. DE LA NIÑEZ A LA MADUREZ REPENTINA


TÍTULO: Jojo Rabbit. TÍTULO ORIGINAL: Jojo Rabbit. AÑO: 2019. NACIONALIDAD: Estados Unidos-Nueva Zelanda-República Checa. DIRECCIÓN: Taika Waititi. GUION: Taika Waititi, adaptando una novela de Christine Leunens. MONTAJE: Tom Eagles. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Mihai Malaimare Jr. MÚSICA ORIGINAL: Michael Giacchino. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Roman Griffin Davis, Thomasin McKenzie, Scarlett Johansson, Taika Waititi, Sam Rockwell, Rebel Wilson, Alfie Allen, Stephen Merchant, Archie Yates, Luke Brandon Field, Sam Haygarth. DURACIÓN: 108 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.fox.es/jojo-rabbit.

CALIFICACIÓN:  


El director neozelandés Taika Waititi irrumpió en el panorama cinematográfico internacional con Lo que hacemos en la sombras (2014), una película codirigida con Jemaine Clement, y que era un hilarante falso documental sobre la presunta vida diaria de unos vampiros. Los evidentes rasgos de humor que ya estaban presentes en su cine, volvieron a verse reflejados en su debut en Estados Unidos, Thor: Ragnarok (2017), de manera que, de forma tan eficaz como sorprendente, logró insuflarlos en la adaptación para la gran pantalla del carismático personaje de la franquicia Marvel, confirmando una personalidad y un estilo del que ya sospechábamos que no tenía intención de desprenderse en futuras creaciones. Y, efectivamente, así ha sucedido en su film más reciente, Jojo Rabbit, en la que se atreve a tratar en clave de comedia el tema del nazismo. Sin embargo, aunque el arranque de la película parece prometer que la misma va a ser atrevida y heterodoxa, conforme la misma se desarrolla empieza a discurrir por cauces que son, en general, relativamente convencionales. Es cierto que el punto de partida de la historia, un niño alemán que, en plena II Guerra Mundial, tiene como amigo invisible al mismísimo Adolf Hitler, puede ser calificado de original y que dos de los personajes secundarios de la trama, uno, el interpretado por Sam Rockwell, con su progresivo y humorístico declive y su sutil proceso de toma de conciencia de estar luchando en el bando equivocado, está magníficamente caracterizado, y otro, el interpretado por el niño Archie Yates, que resulta delicioso e inolvidable. Sin embargo, el resto de elementos ya lo hemos podido ver en otras películas, muchas relacionadas también con el período histórico que Jojo Rabbit aborda.






No es la primera vez que vemos la II Guerra Mundial desde los ojos de un niño. Ahí, tenemos, por ejemplo, La vida es bella (1997) de Roberto Begnini. Un caso bastante similar al que vemos en Jojo Rabbit sobre cómo un niño influido por el nazismo va cambiando de opinión y puntos de vista conforme va conociendo a una niña judía ya lo vimos en El niño con el pijama de rayas (2008) de Mark Herman. El paralelismo entre la falta de madurez de un país que se rinde al nazismo y la fijación de un niño con esa ideología ya estaba presente en El tambor de hojalata (1979) de Volker Schlöndorff, adaptación de la novela de Günter Grass, en la que el joven protagonista, por culpa de un accidente dejaba de crecer, y ya no volvería a hacerlo hasta la derrota germana en la contienda bélica. Y el utilizar una banda sonora de música pop (aquí, escuchamos canciones de Beatles, Tom Waits, Roy Orbison y David Bowie) en un contexto anacrónico ya fue algo que contemplamos en María Antonieta (2006) de Sofia Coppola. Por todo ello, Jojo Rabbit acaba siendo una película correcta, que se ve con agrado, que tiene un muy buen nivel interpretativo pero que, lejos del atrevimiento que se percibe en sus primeras secuencias, enseguida se deja llevar por el sentimentalismo y por la voluntad de no apartarse de los terrenos ya conocidos y trillados para hacer una película de tono familiar, fácilmente digerible y que, llegando a estar llena de encanto, ni sorprende ni fascina ni impresiona.

TRÁILER DE LA PELÍCULA:





IMÁGENES DE LA PELÍCULA:












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