Desde que a Cine Arte Magazine
nos llegó información sobre la película Semillas
de alegría, que se estrena el próximo 13 de septiembre, sabíamos que
teníamos que hacer un esfuerzo por ayudar en la divulgación de este proyecto
que puede pasar desapercibido en medio de la avalancha de estrenos respaldados
por colosales campañas de marketing
pero que presenta unos rasgos y características que lo convierten en una
propuesta original, estimulante y atractiva. Producida por Tus Ojos y dirigida
por Cristina Linares, Semillas de alegría,
en primera instancia, enlaza tres
historias de chavales adolescentes que suceden en tres lugares muy distintos y
muy alejados entre sí: Colombia, Angola y España.
Pero esta es solo la primera
parte de este fascinante proyecto. Porque su propósito es hacer cine cultural
para adolescentes, un cine que invite a la reflexión y al aprendizaje en
valores, algo que convierte a Semillas de
alegría en una propuesta única dentro del actual panorama audiovisual. Y,
por último, hay que destacar la forma en que Semillas de alegría va a ser divulgada entre su público objetivo:
la productora está desarrollando toda una serie de campañas de crowdfunding para llevar la película al mayor número posible de ciudades y que sea
proyectada a los alumnos de los centros educativos que estén interesados en la
aportación pedagógica que puede suponer la visión del film. Las proyecciones
servirán, además, para que los jóvenes se informen de la Agenda 2030 de la ONU
y de los Objetivos de desarrollo Sostenible (ODS) que lleva asociados. Como
ven, hay muchos aspectos a tratar y, para ello, hemos entrevistado al productor
de Semillas de alegría, Manuel
Serrano, y a su directora para que nos cuenten el reto que les ha supuesto la
realización de la película y nos hablen de los ambiciosos objetivos que
pretenden alcanzar. Vean primero el tráiler del film y, a continuación, pueden
leer la conversación que tuvimos con ambos.
TRÁILER DE SEMILLAS DE ALEGRÍA:
CINE ARTE MAGAZINE: Hola. La primera pregunta que querríamos haceros es
cómo surge en vosotros la idea de realizar Semillas
de alegría.
MANUEL SERRANO: Pues hemos llegado a la realización de Semillas de alegría a través de una
evolución coherente de nuestra productora, Tus Ojos. Nosotros, a partir de la
realización del corto Binta y la gran idea de Javier Fesser en el año 2004, hemos estado colaborando en materia de ayuda al desarrollo con
la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Hemos hecho muchos documentales con ellos y eso nos llevó a vincularnos al tema
de la cooperación para el desarrollo. Aterrizamos en Angola, donde, desde hace
seis años, hemos trabajado primero junto a la AECID y, después, con entidades
angoleñas, con el Ministerio de Justicia y con el Fondo de Apoyo Social. A raíz
de estas experiencias, entramos también en el tema de la educación para el
desarrollo y fuimos viendo cómo se podía concienciar al público más joven en
este tema a través del cine. Lo cual nos llevó a una pregunta básica: ¿cómo
trabajar cine en el aula? Nosotros seguimos, para ello, una filosofía muy
sencilla. Primero, se crea la demanda educativa y, luego, se ofrece el producto
cultural. No al revés. No hacemos la película y, después, intento colocarla en
el colegio sino que aquí la cuestión es saber qué pueden necesitar los colegios
y, a continuación, hacemos un producto para dar respuesta a dicha demanda
educativa. Nos hemos puesto la gorra de profesor además de la de cineastas.
Entonces, estas dos líneas de cooperación al desarrollo y de educación para el
desarrollo y nuestra vinculación con la educación son las que convergen en el
proyecto Semillas de alegría, en el
que se añaden dos elementos de producción que serían, por un lado, nuestra
actividad previa en Angola (llevamos más de seis años en Angola), y, por otro,
la directora, Cristina, es colombiana, tiene una estrecha relación con su país,
y, de este modo, las dos historias que tienen lugar fuera de España se
desarrollan, precisamente, en Angola y en Colombia. Y la razón por la que
también entra España en juego es por acercar al público español los espacios
colombianos y angoleños y darles ese punto de cercanía grabando también en
España. Buscamos qué es lo que hacen igual los niños de Angola, Colombia y
España y los ponemos al mismo nivel en la pantalla para permitir que el público
español se identifique no solo con el personaje europeo sino también con ese
personaje angoleño o colombiano, aunque no vistan la misma ropa pero, al final,
estamos planteando las mismas problemáticas para todos ellos. Tenemos la
experiencia de que, si solo hacemos una historia de Angola o una sola historia
de Colombia, a los chavales españoles les cuesta más conectar con la película.
Y ese punto de conexión es meter a un personaje español igual que los chavales.
El último condicionante de producción es que nosotros pensamos que hay un
público cinematográfico olvidado, o un segmento olvidado, y ese segmento es la
primera adolescencia. Desde 5º de Primaria hasta 4º de la ESO. Pensamos que no
se están realizando productos culturales (y digo culturales, no de
entretenimiento, porque de entretenimiento se están haciendo muchos), productos
culturales que traten de fomentar la reflexión, que generen espíritu crítico,
en ese segmento de edad. Un segmento muy complicado con el que al adulto le
cuesta conectar y que queda, desde nuestro punto de vista, un poco olvidado.
Nosotros queríamos que ese segmento fuera prioritario. Esos adolescentes, que
tienen sus padres, y que nosotros querríamos que esos chavales vayan a ver la
película con sus padres para que reflexionen entre ellos y para que padres e
hijos hablen de solidaridad. Por eso hemos intentado cubrir este segmento. Yo
recuerdo que, hace unos 20 años, fuimos a ver una película de José Luis Garci y
todo el público que salía era de la tercera edad. Es decir, el cine también
segmenta. E igual que se hacen películas para un público más adulto, nosotros
hemos querido hacer una película para un público más adolescente. Sabemos que
es complicado pero ese es nuestro objetivo: llegarle al corazón a un chaval de
14 años. Con todo ese contexto, es donde aparece la parte creativa y artística
que la aporta la directora, Cristina Linares.
CINE ARTE MAGAZINE: Creo que Semillas
de alegría se sitúa en un terreno que está siendo ampliamente explorado en
los últimos tiempos que es el que se ha venido en llamar “documental
ficcionado” o “realidad ficcionada”, y que está dando lugar a experiencias
cinematográficas muy, muy interesantes. Es así, ¿no?
CRISTINA LINARES: Exactamente. La película se inscribe en ese
concepto tan popular de “cine híbrido”. Es una combinación de ficción y
documental. Es ficción porque hay unas historias, con una puesta en escena, con
una dramaturgia de inicio, nudo y desenlace muy aristotélica pero que, al mismo
tiempo, bebe de la realidad. De hecho, los actores, en su mayoría, no son
profesionales, son actores “naturales”, por decirlo de alguna manera, y ellos
no están inventando nada, sino que ellos estás contando sus propias historias,
su propia realidad. Lo que nosotros hacemos es darles una estructura narrativa,
una puesta en escena pero es su propia historia. También porque a nosotros nos
interesa visibilizar su realidad de una forma que tenga que ver con la ficción
pero es la realidad de sus propias vidas. Ha habido un proceso de investigación
muy amplio que ha abarcado un período de tiempo muy superior al del rodaje. La
película se construye mucho durante el período de investigación con las
personas, sobre todo en Colombia y Angola, donde la parte documental tiene
mucho mayor peso que en la parte española. Eso es también así porque nosotros
llevamos muchos años conociendo a las personas de Cacula, en Angola, y de La
Boquilla, en Colombia, que son dos de los escenarios donde la película
transcurre, aparte de Aranjuez, en España.
CINE ARTE MAGAZINE: En un documental reciente que pudimos ver en el
Atlántida Film Fest, Versus: The Life ofFilms of Ken Loach,
se contaba cómo uno de los primeros
programas que realizó el director británico para la BBC, Cathy Come Home, provocó grandes controversias porque al contar una
historia de ficción con una técnica documental, algo que no era habitual en
1966, el público no sabía si lo que estaba viendo era un historia real o no.
Han pasado muchos años desde entonces pero creo que tú, como creadora, también
has tenido que hacer una reflexión sobre qué tratamiento darle a la película
para que esa combinación de realidad y ficción sea coherente y sobre cómo iba
el público a recibir esa película, ¿no?
CRISTINA LINARES: Claro y, además, hay ahí un tema ético. Es decir,
cuando uno habla de documental clásico, de la manera más estricta, el rodar la
realidad sin apenas intervención, el espectador dice: “¡Ah! Las cosas son tal
como me las están mostrando”. Aunque el público está muy evolucionado y sabe
que siempre hay una intervención: si tú pones la cámara en un sitio y no en
otro, ya estás interviniendo en la realidad. Yo creo que ya el espectador es
mucho más consciente de eso en la actualidad. Luego, está la ficción, ya que
las cosas se cuentan en forma de “cuento”. Pero lo que sí es cierto es que el
público está mucho más maduro, ha visto mucho cine de este tipo, cada vez va a
verlo más, y, por un lado, hay un gusto por la ficción, pero, por otro, también
hay un gusto por mostrar con honestidad cosas que nos interesan. Además, hay un
juego de doble vía. Para grupos o comunidades alejadas, es de interés
visibilizar su realidad y este proyecto es una herramienta. Ellos también están
diciendo: “Mírame, yo estoy aquí, yo soy un niño de África, nadie se acuerda de
mí y yo quiero contar esto”. O: “Yo soy una niña de Colombia que me pasa tal o
cual cosa”. O: “Yo soy una niña de Aranjuez que tengo esta dificultad”.
Nosotros no estamos inventando nada sino que, muchas veces, hemos utilizado el
cine como una herramienta de visibilización. Todo eso hay que tenerlo en
cuenta. Nosotros, al permitir que estas personas cuenten su realidad, es un
tema de mostrar lo que ellos son, lo cual les sirve de gran ayuda incluso en el
interior de su propia comunidad. Y también hay un tema de autoestima, ya que
ellos pueden decir: “Hemos conseguido esto y hay un montón de gente que incluso
nos van a ver no solo en Angola o en Colombia, sino también en España y en
Europa”. Es un tema de que ellos sientan que son valiosos. Entonces, en este
tema de combinar documental y ficción, en referencia a las personas con las que
nosotros trabajamos, ellas están encantadas de contar su experiencia. En cuanto
al espectador, yo creo que, por lo menos en nuestros trabajos, nota la
honestidad. Estamos jugando con la verdad de esas personas pero lo estamos
haciendo con unos elementos narrativos de puesta en escena que, como además,
nuestra intención es que se sientan identificados los niños, las niñas y los
jóvenes, pues también queremos contarles una historia que sea entretenida. En
esos términos, se mueve esta combinación de documental y ficción que queremos
hacer.
CINE ARTE MAGAZINE: Como Manuel y tú habéis dicho, la película se
desarrolla en tres escenarios diferentes. ¿Cuál ha sido la idea?¿Diferenciar
claramente lo que ocurre en cada uno de estos sitios?¿O buscar nexos de unión?
CRISTINA LINARES: La idea ha sido buscar nexos de unión. Al final,
los niños son niños e hijos de su tiempo. Es verdad que somos hijos de nuestra
sociedad y de la clase social de la que provenimos pero, a final, la humanidad
es una. Y los niños, que son personitas más pequeñitas, igual. Teníamos la idea
de la historia de Angola del niño que se sube a un árbol y Manuel me decía:
“Pero los niños ya no se suben a los árboles”. Y yo le decía: “Sí que se suben,
sí que se suben…”. Y lo que hemos visto es que, en muchos lugares del mundo, a
pesar de internet y de las consolas, los niños se siguen subiendo a los
árboles… Es decir, que eso no había que inventarlo, eso ya estaba: los niños se
siguen subiendo a los árboles. Yo había hecho un borrador de la historia de
Angola en el que yo había tenido muy presente una novela de Italo Calvino, El barón rampante, me encanta y es un
libro de juventud que debería leerse con 17 años… Y, cuando fuimos a investigar
a Colombia, vimos que los niños de La Boquilla también se subían a los árboles
y habían hecho casas en ellos… Las mamás estaban muy asustadas, claro, porque
temían que se cayeran y pudieran romperse la cabeza, pero ellos llevaban allí
una temporada y tenían como una casita y hasta hacían la siesta y todo. Entonces,
vimos que era algo real: si los niños tienen la oportunidad, se van a subir a
un árbol. Es algo natural de buscar la protección en los árboles. Por lo tanto,
hay nexos de unión entre las diferentes historias. Los niños, a pesar de las
diferencias socioculturales, comparten cosas, comparten las inquietudes, las
problemáticas, los sueños, las alegrías y las ganas de salir adelante.
CINE ARTE MAGAZINE: La película se llama Semillas de alegría, por lo que, aunque se habla de problemas y
dificultades, entiendo que, en el fondo, tiene un mensaje optimista, que esos
problemas y dificultades se pueden superar.
CRISTINA LINARES: Sí. Tanto Tus Ojos, la principal productora de la
película, la promotora, como yo, nuestra visión es retratar la realidad y los
problemas de las personas pero también las posibles soluciones. ¿Por qué?
Porque esto no es un concepto teórico. Es que la realidad es así. Sea en
Guatemala, sea en Aranjuez, cuando tú ves los problemas que tiene la gente, la
mayoría de las personas no se queda cruzada de brazos esperando, sino que hace
algo por mejorar su situación. Además, hay gente que piensa en colectivo, es
decir, “aquí nos pasa esto, pues vamos a juntarnos para encontrar una
solución”. Durante todos estos años, hemos encontrado gente maravillosa,
profesores, madres, niños, que lo que te dicen es “vale, no tenemos dinero para
comprar los libros de texto, pues vamos a ver cómo lo solucionamos entre todos.
O “tengo a mi hijo con una enfermedad rara y soy de un barrio muy pobre en
Colombia, pues veamos a ver qué hacemos y no nos quedemos aquí esperando a que
me lo solucionen”. Normalmente, la vida no es como uno quisiera, ni las
sociedades son justas ni los gobiernos transparentes, pero que hay un montón de
personas que están haciendo por mejorar el mundo en que vivimos. Entonces, la
vida siempre tiene esas dos caras. Está bien mostrar lo negativo, que es real,
pero también está bien mostrar lo positivo, que es igual de real y maravilloso.
CINE ARTE MAGAZINE: El hecho de rodar en tres escenarios diferentes,
que, además, no están próximos entre ellos, ha tenido que suponer problemas
(tres logísticas diferentes, se termina el rodaje en uno de ellos y hay que
volver a empezar de cero en el siguiente) pero también un reto atractivo del
que se han tenido que sacar lecciones importantes, ¿no?
CRISTINA LINARES: La verdad es que los tres eran escenarios
conocidos por nosotros. Como Manuel ha dicho, llevamos muchos años trabajando
intensamente en Angola y, en los últimos tiempos, en un proyecto apoyado por la
Unión Europea. Entonces, es un sitio conocido. Por otro lado, está Colombia y,
aunque yo llevo muchos años en España, mis nexos personales y profesionales con
mi país son estrechos y, entonces, es un territorio que conozco. Pero, aún así,
ocurre lo que tú dices, que se termina en un lugar y, entonces, hay que volver
a empezar otra vez en otro sitio distinto. Pero nuestra experiencia previa de
trabajar en sitios muy diferentes, con circunstancias muy distintas, con
presupuestos muy variables, ha sido una importante ayuda.
CINE ARTE MAGAZINE: Es muy interesante la forma en que va a poder verse
el film, ya que estáis en plena campaña de crowdfunding
para que Semillas de alegría llegue
al máximo número de lugares posible y, a través de ella, los jóvenes puedan
conocer la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que es el
objetivo final del proyecto. ¿Qué nos podéis contar de ello?
MANUEL SERRANO: Ello parte de una premisa, de una reflexión que
hicimos y que va destinada a los padres, los tíos, los abuelos… El dinero que
gastamos en nuestros adolescentes, ¿para qué es?¿Cuánto gastamos en nuestros
adolescentes? Echamos cuentas y les compramos comida, juegos, les compramos
ocio, ocio, ocio… ¿Alguna vez le ha invitado a ver una película basada en
valores? Entonces, lo que estamos intentando hacer es que los adultos inviten a
sus menores adolescentes a ver un producto cultural. Que ellos se enfrenten a
esta tesitura. Porque, muchas veces, estamos en la postura de que la cultura no
vale, de que no hay que pagar por la cultura… Entonces, sí consideramos pagar
por una Play Station, porque es la Play Station, pero ¿pagarías 3 euros para
que un familiar vea una película basada en valores?¿Pagarías, además, 3 euros,
teniendo en cuenta que Hacienda te va a devolver 2,25 por la desgravación
fiscal? Lo estoy exagerando pero es como lanzarle la pregunta al público adulto
de cuándo fue la última vez en invertir en cultura de calidad en el menor que
tengo cerca de mí. Ese es el punto de partida. Ahora, a ver si lo conseguimos.
Pero ese es el punto de partida: lograr llevar al cine a los chavales y,
además, invitados por sus vecinos. Vamos a ver qué pasa. Vamos a empezar en
Astorga. Para ello, ha sido imprescindible la ayuda de Triodos Bank. Porque
emprender una campaña de crowdfunding es
difícil. Pero iniciar 30 campañas (una
por ciudad o localidad) es complicadísimo. El objetivo es estar todo el
curso escolar organizando proyecciones matinales en todas las localidades donde
haya un cine, porque queremos sacar a los chavales de las aulas y llevarlos al
cine. Triodos Bank nos ha montado el canal de crowdfunding y lo que estamos haciendo es hablar con empresas, así
lo hemos hecho en Astorga, que han aceptado participar teniendo en mente a los
menores con los que tienen vínculos (los hijos, los sobrinos, los nietos…). Yo
creo que vamos a tener éxito porque Semillas
de alegría habla de las conductas positivas, de dignidad, de alegría y de
grupo. Ese ejemplo lo sacamos de la película y lo aplicamos a la vida real y es
como va a salir adelante el crowdfunding.
Pero lo estamos poniendo aún más fácil. Y ahí es donde nos hemos vuelto un poco
locos. Porque estamos recibiendo donaciones en especie. Que, al mismo tiempo,
regalamos a los centros educativos y a los chavales con pocos recursos
económicos. Triodos Bank es una fundación y nosotros tenemos la Fundación Cine
para Educar, que es con la que promovemos todo el proyecto de cine y educación.
Como Fundación, podemos emitir certificados de donación. De tal manera que, si
la fundación recibe la donación de un ordenador, a ese ordenador se la da una
valoración dineraria y esa valoración dineraria se convierte en un crédito
fiscal. Entonces, un ordenador que un señor tenía para tirar, de repente se ha
convertido en un crédito fiscal, en un rendimiento financiero. Entonces, todo
esto serviría para obsequiar al centro educativo porque queremos que los
centros nos ayuden un poquito. Lo que queremos es que los chavales no paguen,
que vayan invitados por los adultos, pero haciéndolo fácil. Yo soy muy
optimista. Porque el mensaje de Semillas
de alegría es que el individualismo es un error. Donde vamos a conseguir
nuestros éxitos es en el equipo, en el grupo, en el que todos juntos
participamos, todos nos ayudamos… Que es lo que nosotros hemos aprendido cuando
hemos ido a Angola, cuando hemos ido a Colombia, cuando hemos ido a tantos
países en vías de desarrollo, donde tú puedes ver a gente muy pobre, pero en
los que hay un sentido de grupo que aquí en Europa lo estamos perdiendo.
CINE ARTE MAGAZINE: ¿Cuáles van a ser las fechas de estreno y de
proyección?
MANUEL SERRANO: El 12 de septiembre es el pre-estreno en los Cines
Verdi de Madrid. El 13 de septiembre es el estreno en los Cines Verdi de Madrid
y Barcelona. El 13 también hacemos una proyección muy divertida en Cinema
Usera, que es un descampado y que ahora es un cine de verano precioso, y a la
que va a ir a toda Usera. Y, a partir de ahí, iniciamos el programa viajero. Tenemos
bastantes ciudades cerradas. En la página web,
viene el calendario: Astorga, Ponferrada, Leganés, Alcalá de Henares, Ceuta,
Peñarroya, Pamplona, Valladolid, Benavente… Tenemos un calendario cerrado para
el primer trimestre educativo. A lo que aspiramos en esta campaña de comunicación
es que ayuntamientos y profesores que quieran llevar la película pues que nos
llamen y se organiza la proyección… Organizarla es fácil: es hablar con el cine
y preparar la proyección. El crowdfunding
sirve, entonces, para cubrir los gastos de dicha proyección. Podemos
organizar la actividad en cualquier lugar siempre que haya un cine.
CINE ARTE MAGAZINE: ¿Qué diríais antes de finalizar la entrevista para
animar a los adultos, a los jóvenes y a los centros educativos a que apuesten
por Semillas de alegría y decidan que
quieren verla en su ciudad?
CRISTINA LINARES: Yo les diría que hay que ir a ver Semillas de alegría porque es una película
sobre niños, niñas y jóvenes, con una mirada respetuosa y optimista que intentamos
que surja desde la propia infancia y juventud. Yo siempre me preocupo por que,
si vamos a trabajar con niños, niñas y jóvenes, no haya una mirada
adultocéntrica, como desde un punto de vista superior, sino que, realmente,
intentemos ponernos a la altura intelectual, que es más arriba, y a la altura
física, que es más abajo, de los niños, niñas y jóvenes. Se van a identificar
porque se van a encontrar unas historias superbonitas, llenas de optimismo,
llenas de alegría, llenas de música, llenas de amor. Y no solo les va a
emocionar sino que les va a hacer pensar. Yo soy una convencida de que las
generaciones de quienes tienen menos de 18 años son increíbles, que solo
necesitan una mirada amorosa por parte de los adultos. Eso es invertir no solo
en el futuro sino en el presente de todas las generaciones.
Como pueden ver, la propuesta que
realiza Semillas de alegría es insólita
dentro del actual panorama audiovisual y, por ello, hay que prestarle atención
y apoyo: una película destinada para el público más joven y que invita a la
reflexión y al espíritu crítico. Una iniciativa que, esperamos, sea solo el
punto de partida de muchas iniciativas similares posteriores que aprovechen
todo el potencial del cine para formar, educar y sembrar ideas y valores
positivos en las nuevas generaciones.
Página web de la película:
Canal de las campañas de crowdfunding:
Cristina Linares y Manuel Serrano en un momento de la entrevista que les realizó, vía Skype, Cine Arte Magazine
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