(¡¡¡ATENCIÓN!!!: Este artículo contiene spoilers de la serie reseñada)
En la noche del 19 de abril de
1989, Trisha Meili, una joven 28 años que trabajaba en un banco de inversión de
Wall Street fue asaltada, violada y brutalmente golpeada mientras corría por el
Central Park de Nueva York. Encontrada al borde de la muerte, los médicos
lograron salvar su vida, aunque sufriendo numerosas secuelas físicas derivadas
del ataque recibido. En medio de la presión de la opinión pública sobre la
policía para que el caso fuera resuelto con la mayor celeridad y de las
ambiciones de la fiscal encargada del caso, Linda Fairstein, cinco jóvenes de
Harlem, tres de de raza negra y dos de origen latino (Steve Lopez, Anton McCray, Kevin Richardson,
Yusef Salaam, Raymond Santana y Korey Wise), estando cuatro de ellos aún por
debajo de la edad penal, fueron acusados mientras Trisha Meili seguía aún en
coma y finalmente declarados culpables en los juicios celebrados. Los cuatro
menores condenados entraron a formar parte del sistema correccional mientras
que el joven Korey Wise ingresó en el sistema penitenciario del estado de Nueva
York.
Vistas a día de hoy, las
sentencias inculpatorias carecían de una base legal consistente. No se
encontraron ni huellas ni rastros de ADN pertenecientes a los jóvenes acusados.
Se encontraron restos de ADN que pertenecían a una persona diferente (hecho que
la fiscalía intentó ocultar durante el juicio), de modo que, para que la
precaria teoría encajara, se alegó que habría un sexto atacante que no podría
haber sido detenido. La única circunstancia que apuntaría a la culpabilidad de
los detenidos sería la de sus testimonios autoinculpatorios, obtenidos tras horas
de presión sobre los menores, que no contaron, durante buena parte del tiempo
en que duraron los interrogatorios, con asistencia de padres, tutores o
abogados, y que solo fueron realizados después de que los agentes dijeran a los
chicos que era necesario que se declararan culpables para poder dejarlos salir
de comisaría. Sin embargo, como los testimonios entraban claramente en
contradicción unos con otros, la fiscalía tuvo que recurrir a la separación de
los acusados en dos juicios diferentes para que dichas contradicciones no
salieran a la luz y dieran como consecuencia una sentencia de no culpabilidad.
Para que la sentencia fuera finalmente condenatoria se conjugaron un par de
hechos relevantes. Primero, el testimonio de la joven agredida que, aunque no
pudo reconocer a ninguno de los acusados como los autores del ataque y
violación, sí que causó un hondo impacto en el jurado por su estado físico tras
el acto de violencia cometido contra ella. Segundo, la campaña de Donald Trump
pidiendo la máxima condena posible para los acusados y defendiendo la
reimplantación de la pena de muerte. Solo así se explica el resultado del
proceso teniendo en cuenta la debilidad de los indicios presentados. No sería
hasta 2001 cuando el caso daría un giro de 180º que llevaría a replantear la
validez de las sentencias emitidas.
A la izqda., anuncio pagado por Donald Trump en toda la prensa de Nueva York defendiendo la reinstauración de la pena de muerte. A la dcha., imagen del entonces magnate inmobiliario defendiendo el contenido del mismo en una rueda de prensa
Lo que hemos expuesto en los
párrafos anteriores es la base de la serie de Netflix Así nos ven, dividida en cuatro capítulos de una hora y diez
minutos de duración media aproximadamente cada uno de ellos y que está dirigida
por Ava DuVernay. De esta directora, hemos visto con anterioridad en España Selma (2014), biopic de Martin Luther King, y Un
pliegue en el tiempo (2018), y con Así
nos ven consigue su trabajo más brillante y redondo hasta la fecha. La
serie busca exponer los hechos con el máximo de rigor y precisión y, de ese
modo, traza una estructura férrea en la que cada episodio gira en torno a un
concepto central básico. El primero, expone las circunstancias en los que los
cinco jóvenes (que acabaron siendo conocidos como “los cinco de Central Park”)
acabaron siendo inculpados. El segundo, relata el desarrollo de los juicios. El
tercero, muestra cómo fue el paso por los correccionales de los cuatro menores
condenados y su vida tras salir de los mismos. Finalmente, el cuarto narra la
dura experiencia vivida por Korey Wise en su paso por varias cárceles y cómo se
produjo el hecho que supuso un cambio de perspectiva radical del caso y las
consecuencias posteriores del mismo. Adicionalmente, toda la serie se deja
llevar por un ritmo muy medido, que sacrifica claramente cualquier tipo de aceleración
para poder exponer con calma todos los elementos de juicio y valoración
necesarios y, sobre todo, para permitir que los personajes vayan desplegando
sus reacciones y sentimientos frente a unos hechos que, de forma inexorable, se
van sucediendo sin que puedan hacer nada frente a los mismos.
Pero donde la serie encuentra su
gran punto fuerte es en las interpretaciones de todo el reparto, el cual logra
dar vida a un amplio abanico de personajes de muy distinta índole y condición,
que juegan papeles muy diferentes en el drama que se desarrolla y que, en el
caso de los jóvenes condenados y sus familiares, reaccionan de modo muy diferente ante el dilema
existente entre la estigmatización social y su fe en la inocencia de los
jóvenes declarados culpables. Están estupendos los jóvenes actores que
interpretan a los acusados tanto siendo adolescentes como cuando ya son adultos
(Asante Blackk/Justin Cunningham, Caleel Harris/Jovan Adepo, Ethan Herisse/Chris
Chalk, Marquis Rodriguez/Freddy Miyares y Jharrel Jerome, único de los actores
que da vida durante todo el tiempo su personaje, Korey Wise) pero también hay que destacar los trabajos de
Michael Kenneth Williams, quien interpreta a un padre que convenció a su hijo
de que se declarara culpable, Niecy Nash, quien encarna a una madre de rígidas
convicciones religiosas, Felicity Huffman, quien da vida a la polémica fiscal
que se obsesionó en conseguir la condena de los acusados, y del siempre eficaz William
Sadler, que asume el papel de uno de los detectives implicados en el caso.
Así nos ven es una serie que funciona satisfactoriamente tanto a
nivel de crónica de unos hechos dramáticos que nunca tuvieron que haber
ocurrido, como análisis del funcionamiento de un sistema que no cumple los
objetivos para los que presuntamente está establecido, como recreación de una
época en la que no se cuestionaban los pilares del orden imperante y en la que
los grupos sociales marginados no encontraban medios para levantar su voz y como
relato de superación de una situación límite en la que no solo había que
sobrevivir físicamente sino también conservar el mayor grado posible de
estabilidad psicológica y espiritual. Hoy, los cinco personajes protagonistas
no son los “cinco de Central Park”, sino los “cinco exonerados”, como demostración
de que se puede luchar contra las injusticias y conseguir, aunque sea
parcialmente, la reparación de las mismas. Así
nos ven muestra el duro proceso que, de cualquier modo, hay que llevar a
cabo para que todo ello pueda llegar a ser, en circunstancias adversas,
mínimamente posible.
TRÁILER DE LA SERIE:
IMÁGENES DE LA SERIE:
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