TÍTULO: El cuento de las comadrejas. TÍTULO ORIGINAL: El cuento de las comadrejas. AÑO: 2019.
NACIONALIDAD: Argentina-España. DIRECCIÓN Y MONTAJE: Juan José Campanella. GUION: Juan José Campanella y Darren Kloomok,
adaptando el guion de la película Los
muchachos de antes no usaban arsénico (1976) de José Martínez Suárez, con
guion de este y Augusto Giustozzi. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA:
Félix Monti. MÚSICA ORIGINAL : Emilio Kauderer. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Graciela
Borges, Oscar Martínez, Luis Brandoni, Marcos Mundstock, Clara Lago, Nicolás
Francella. DURACIÓN: 129 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.syldaviacinema.info/el-cuento-de-las-comadrejas/
y https://www.facebook.com/ComadrejasFilm/. ENLACE EN FILMIN: https://www.filmin.es/pelicula/el-cuento-de-las-comadrejas.
CALIFICACIÓN:
Lo primero que podemos decir de
la última película de Juan José Campanella es que sorprende. Porque sorprende,
en primer lugar, que el director de películas como El niño que gritó puta (1991), El
mismo amor, la misma lluvia (1999), El
hijo de la novia (2001), Luna de
Avellaneda (2004) y El secreto de sus
ojos (2009) opte por hacer un remake
de la película de 1976 Los muchachos de antes no usaban
arsénico, film dirigido por José Martínez Suárez e interpretado por Mecha Ortiz,
Arturo García Buhr, Narciso Ibáñez Menta, Mario Soffici y Bárbara Mújica.
¿Puede una historia escrita y plasmada en imágenes hace 43 años mantener su
vigencia a día de hoy? Esta es la primera duda. El segundo hecho que sorprende
es que la historia narrada apenas es actualizada en casi ningún aspecto (por
ejemplo, los ordenadores o los teléfonos móviles están ausentes en la trama,
que se desarrolla en un contexto temporal indeterminado) y, siendo en muchos
momentos previsible, el director juega con esa previsibilidad (atentos a lo que
dice Óscar Martínez segundos antes de que los personajes de Nicolás Francella y
Clara Lago hagan acto de presencia) para hacer de ella una especie de emblema y
estandarte del film.
Podíamos pensar en un ejercicio derivado de la
falta de ideas nuevas o de una cierta nostalgia por otro tipo de cine y, aunque
algo de esto último sí pudiera haber, Campanella también se emplea
conscientemente en convertir toda la película en un juego deliberado con guiños
continuos (por ejemplo, las referencias en varios momentos de la historia a Mario
Soffici, Hugo del Carril y, especialmente burlesca, a El niño que gritó puta) que sirven para crear una contundente fachada
de ironía que desmiente que El cuento de
las comadrejas nazca de un problema de horas bajas en la inspiración creativa
para hacernos pensar, más bien, en un ejercicio de deconstrucción de los
mecanismos clásicos (algo que queda claro en la resolución final de la trama en
relación a un frasco depositado en la mano de una estatua – no puedo decir más–)
para demostrar que, habiendo sido ya usados hasta la extenuación, los mismos
siguen funcionando y la modernidad pretende echarlos abajo sin ofrecer una
alternativa sólida.
Llegados a este punto, cabría
pensar que El cuento de las comadrejas se
acerca, desde otro enfoque, a la segunda etapa del cine de José Luis Garci (a
partir de Canción de cuna – 1994–) y su reivindicación de la
caligrafía del cine clásico. Sin embargo, como hemos dicho, hay en Campanella un
componente irónico, prácticamente sarcástico, que nos obliga a pensar que esta
película acaba siendo una especie de diagnóstico de la crisis del séptimo arte
en la que lo anterior ya ha agotado sus posibilidades pero, al mismo tiempo, lo
que está por venir sigue difuso y sin concretar.
Sin entrar a profundizar en dicha conclusión (lo
cual nos llevaría a alargarnos demasiado en la reseña para intentar explicar
que no soy de los que piensa que esa crisis exista), lo que sí es cierto es
que, entrando sin prejuicios en la sala de cine, sentándonos cómodamente en la
butaca y olvidándonos del nivel que Campanella alcanzó hace diez años con El secreto de sus ojos, podremos
disfrutar de una película narrada con fluidez, rodada con brillantez, montada
con precisión por el propio director, interpretada con credibilidad por un
reparto que borda sus respectivos papeles y los hace plenamente convincentes y
que permite reencontrarnos con la gran Graciela Borges que, después de realizar
sus grandes interpretaciones con el director Raúl de la Torre, vuelve para
encarnar a una diva que sueña con recuperar glorias pasadas, algo que, en
sentido literal, deviene imposible pero que, por ello, acaba personificando el
sentido profundo de una película que acaba siendo tan ácida y autoirónica que
es imposible concederle el calificativo de nostálgica.
TRÁILER DE LA PELÍCULA:
IMÁGENES DE LA PELÍCULA:
José Manuel Cruz, director de Cine Arte Magazine (a la dcha.), con Óscar Martínez, uno de los protagonistas de El cuento de los comadrejas, durante el Festival de Cine de Málaga 2019
Se nota el certificado y originalidad que caracteriza a Juan Jose Campanella, es buena entretención con sus trabajos.
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