En 1966, llegó a Mijas (Málaga) una
familia estadounidense, compuesta por los padres y sus dos hijos. Estuvieron allí
unos seis meses. Parecía ser que el padre era pintor y los lugareños pensaron
que se instaló en esa localidad atraído por las posibilidades que sus paisajes
podían ofrecer para sus cuadros. Aunque ello no era exactamente así. Efectivamente,
el padre sí que se dedicaba a pintar en los meses que estuvo en ese pueblo de
la Costa del Sol pero, en realidad, estaba pasando por una importante crisis
profesional y no sabía qué hacer con su futuro. En Estados Unidos, había sido
actor. Había trabajado en Broadway y había participado como secundario en
varias películas y series de televisión. Pero su carrera no despegaba. Estando
en Mijas, recibió una llamada que marcaría su destino: le ofrecieron
protagonizar en el cine una de las obras en las que ya había protagonizado en
Broadway. Hizo las maletas e inició una exitosa trayectoria que ha durado hasta
hoy. El título de la película que le ofrecieron es Descalzos en el parque. El nombre del actor, Robert Redford. En
Cine Arte Magazine, hoy reseñamos el film que supone su despedida del mundo de
la interpretación: The Old Man and the
Gun.
TÍTULO: The Old Man and the Gun. TÍTULO ORIGINAL: The Old Man & the Gun. AÑO: 2018.
NACIONALIDAD: Estados Unidos. DIRECCIÓN: David Lowery. GUION: David Lowery,
adaptando un artículo de David Grann para New
Yorker. MONTAJE: Lisa Zeno Churgin. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Joe Anderson. MÚSICA ORIGINAL: Daniel Hart. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Robert Redford, Casey
Affleck, Sissy Spacek, Danny Glover, Tom Waits, Tika Sumpter, Ari Elizabeth
Johnson, Teagan Johnson, Gene Jones, John David Washington. DURACIÓN: 93
minutos. PÁGINA WEB
OFICIAL: https://www.vertigofilms.es/movie/old-man-and-the-gun/. ENLACE EN FILMIN: https://www.filmin.es/pelicula/the-old-man-and-the-gun.
Es difícil no llegar a la
conclusión de que la trayectoria de Robert Redford es una de las más
fructíferas de toda la historia del cine. Como actor, tiene en su nómina muchos
de los títulos más importantes de la década de los 60, los 70 y los 80: La jauría humana (1966) de Arthur Penn, Propiedad condenada (1966) de Sidney
Pollack, Dos hombres y un destino (1969)
de George Roy Hill, El valle del fugitivo
(1969) de Abraham Polonsky, El
candidato (1972) de Michael Ritchie, Tal
como éramos (1973) de Sidney Pollack, El
golpe (1973) de George Roy Hill, El
gran Gatsby (1974) de Jack Clayton, Los
tres días del Cóndor (1975), Todos
los hombres del presidente (1976) de Alan J. Pakula, Brubaker (1980) de Stuart Rosenberg, El mejor (1984) de Barry Levinson, Memorias de África (1985) de Sidney Pollack. En años posteriores,
con actuaciones más espaciadas en el tiempo, aunque quizás no alcanzara el
nivel de esas décadas, sí que ha participado en títulos tan interesantes y
significativos como La última fortaleza (2001)
de Rod Lurie, La sombra de un secuestro (2004)
de Pieter Jan Brugge, Una vida por
delante (2005) de Lasse Hallström, Cuando
todo está perdido (2013) de J. C. Chandor, Capitán América: El Soldado de Invierno (2014) de Anthony y Joe
Russo, Un paseo por el bosque (2015)
de Ken Kwapi o La verdad (2015) de
James Vanderbilt. No contento con todo ello, en 1980 inició su carrera como
director con Gente corriente (1980), –
que ganó los Oscar a la Mejor Película y a la Mejor Dirección–, y que ha
continuado hasta tiempos recientes con Un
lugar llamado Milagro (1988), El río
de la vida (1992), Quiz Show (El
dilema) (1994), El hombre que
susurraba a los caballos (1998), La
leyenda de Bagger Vance (2000), Leones
por corderos (2007), La conspiración (2010)
y Pacto de silencio (2012).
Finalmente, aparte de su faceta como productor, no podemos dejar de mencionar
su condición de promotor del Festival de Sundance, certamen que se celebra
durante estos días y que se ha convertido por méritos propios en cita obligada
e ineludible del cine independiente. Por todo ello, su despedida profesional
con The Old Man and the Gun es el
momento perfecto para reivindicar su lugar en la historia del séptimo arte.
Robert Redford, en
cuatro de sus papeles emblemáticos: de arriba abajo y de izquierda a derecha, Dos hombres y un destino, El golpe, Todos los hombres del presidente y Brubaker.
Entrando ya en la película, su
título evoca, seguro que deliberadamente, el del famoso relato de Hemingway The Old Man and the Sea (El viejo y el mar). Y digo que es algo deliberado porque ambas son historias
otoñales, crepusculares, y en los dos casos narran el esfuerzo de seguir
sintiendo la vida de quien ya ha superado la barrera de los sesenta años y solo
tiene lo que ya ha sido para seguir siendo. The
Old Man and the Gun narra la historia de Forrest Tucker (interpretado por
Robert Redford), un ladrón de bancos que, sin recurrir al uso explícito de la
violencia, y recurriendo solo a su estilo educado y a sus buenas maneras, logró
encadenar atraco tras atraco sin que la policía reparara en que todos ellos habían
sido cometidos por la misma banda hasta que el detective John Hunt
(interpretado en el film por Casey Affleck) descubrió el nexo de unión de todos
los delitos. Sin embargo, es solo en ese punto inicial donde se mantiene la
cercanía entre lo que la película nos cuenta y el relato de Hemingway, ya que
en el desarrollo de la cinta intervienen otros factores y elementos que hacen
que el relato vaya más allá de lo que su premisa inicial parece dar a entender.
El vínculo que el protagonista establece con una mujer de su edad (Sissy
Spacek) cuando está huyendo de uno de sus robos, el clima que existe con los
otros dos miembros de la banda (Danny Glover y Tom Waits) y las indagaciones de
John Hunt para detener al delincuente crean un entramado en el que el momento
histórico en que se desarrolla el film, los diferentes momentos vitales de los
personajes, sus circunstancias personales y hasta la banda sonora conforman un
cuadro en el que la relación del hombre con el tiempo ocupa un lugar
fundamental.
No es extraña la presencia del
tema que hemos mencionado si atendemos a la figura de su director, David
Lowery, quien, en 2017, nos ofreciera en A
Ghost Story una curiosísima historia de espíritus de ultratumba en la que
éramos testigos de cómo veía el mundo quien ya no estaba en él. Y, hasta cierto
punto, The Old Man and the Gun es una
variante de aquel relato, solo que si en el anterior film de Lowery se nos
mostraba el negativo de sus intenciones, aquí vemos la foto positivada. Porque
en esta película estamos en un momento crucial para la historia reciente de
Estados Unidos, los primeros momentos de la presidencia de Ronald Reagan, la
cual supondrá un cambio esencial en el país. Además, rompiendo con uno de los
estereotipos del subgénero que podríamos denominar “policía persigue a ladrón”,
aquí no se establece una dicotomía clara y enfrentada entre el protagonista y
su antagonista. Ninguno de los dos nos cae mal. Ambos son tipos simpáticos y
encantadores. Y, por no haber diferencias entre ellos, tampoco cabe hablar de
la dicotomía entre ideología liberal e ideología conservadora que se suele
establecer en muchos films estadounidenses. Porque, en especial, la figura del
detective, se aleja del tópico de personaje WASP (blanco, anglosajón y
protestante) de tinte reaccionario con el que en aquellos se suele asociar, en
muchas ocasiones, al perfil del policía (entre otras cosas, porque el personaje
de Cassey Affleck, a pesar de vivir en el sur de Estados Unidos, en Texas, está
casado con una mujer de raza negra). Casi podríamos decir que policía y
delincuente son dos caras de una misma moneda, dos manifestaciones distintas de
una misma pulsión que solo presentan apariencia distinta porque han nacido en
momentos temporales diferentes. Lo que sucede es que uno de ellos, Robert
Redford, quizás sea consciente de que es un personaje fuera de época que solo
tiene su propia condición e idiosincrasia para no desaparecer de la Historia.
Tal vez, con ello, el propio actor nos está queriendo decir cómo se siente y
por qué ha decidido elegir precisamente esta película para retirarse.
TRÁILER DE LA PELÍCULA:
ESCENAS DE LA PELÍCULA:
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