LUCERO DE NORBERTO RAMOS DE VAL. ¿LA SOLEDAD ERA ESTO?


El próximo 17 de enero se estrena en Madrid, en el cine Artistic Metropol de Madrid, Lucero de Norberto Ramos del Val. En este artículo, adelantamos reseña de la misma para que se animen a ir a verla. Les prometo que es una película que les dará que pensar…




TÍTULO: Lucero. TÍTULO ORIGINAL: Lucero. AÑO: 2019. NACIONALIDAD: España. DIRECCIÓN, DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA Y MÚSICA ORIGINAL: Norberto Ramos del Val. GUIÓN: Pablo Vázquez. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Claudia Molina. DURACIÓN: 69 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: https://www.facebook.com/Lucerofilm/. ENLACE EN FILMIN: https://www.filmin.es/pelicula/lucero.

CALIFICACIÓN: 

Las películas de Norberto Ramos del Val pueden gustarnos más o pueden gustarnos menos, nos pueden parecer mejores o nos pueden parecer peores, pueden ser divertidas o pueden ser incómodas y desasosegantes pero de lo que sí podemos estar seguros es de que con ellas no nos vamos a aburrir nunca. Primero, por su tono directo y su preocupación permanente por lanzarse en picado a la historia, sin rodeos ni vericuetos innecesarios. Segundo, por su control del ritmo narrativo y su probada capacidad para construir repartos en que actores y personajes encajan a la perfección como un guante a su mano. Y tercero, por su continua opción por lo heterodoxo, por las opiniones a contracorriente, por la provocación y por las arenas movedizas. Todo ello ya quedó claro en su primer largometraje, Muertos comunes (2004), uno de los más brillantes noir de los últimos años en nuestro país, el cual, a partir del asesinato y violación de una de las limpiadoras de un cuartel a principios de los 70, nos acababa llevando a un desenlace sorprendente que sacaba a la luz uno de los temas más desconocidos de la historia reciente de España.

A partir de ahí, la webserie Hienas (2009), uno de los productos audiovisuales más fascinantes e inclasificables que hemos tenido ocasión de ver en este siglo XXI, la cinta de terror El último fin de semana (2011) – casi una enciclopedia portátil del género–, Summertime (2012), – una aparente parodia que encerraba mucha más enjundia de lo que su tono humorístico daba a entender–, el falso documental (o no, una vez quise preguntarle sobre ello a Pablo Vázquez, habitual guionista de las películas de Norberto, pero, al final, preferí no saber nada)  Pepón es guay (2013), la aguda crítica al panorama actual de las redes sociales y el mundo virtual, con sus postureos y sus narcisismos, Faraday (2013), sus ácidas y descarnadas incursiones en la guerra de sexos en Amor tóxico (2015) y El cielo en el infierno (2016) y, ya el año pasado, la cáustica Call TV (2017) nos confirmaron a Norberto Ramos del Val como uno de los realizadores con más personalidad del cine independiente nacional.

Todo ello vuelve a quedar ratificado en Lucero, un retorno al género de terror pero que es, al mismo tiempo, mucho más que eso y, sobre todo, algo que lleva al espectador por caminos ásperos e inesperados. Porque, lejos de ser una mera muestra de película de género, el film acaba siendo una exploración de los miedos y angustias que nos acosan en los tiempos actuales, en la España actual y en un mundo en el que lo virtual e intangible tiene más peso que lo real y que todo aquello que podemos tocar con nuestras propias manos.




Lucero es una película en la que una espléndida e inquietante Claudia Molina (que efectúa un grandioso y espectacular cambio de registro en su carrera) lleva todo el peso dramático de la historia en solitario, una historia que ya, desde su arranque, con las imágenes de la procesión del Cristo Yacente de Madrid, nos rompe esquemas y expectativas. Pero no crean que esas primeras imágenes son un alarde visual superfluo, todo lo contrario. Porque la herida en el costado del Cristo tendrá su eco en el desarrollo posterior de la trama y viene a ser una metáfora de lo que sucede a la protagonista, que arrastra sus propias heridas (interiores y exteriores) y sus propios traumas.

La referencia más directa de Lucero podría ser Repulsión (1965) de Roman Polanski. Aunque ambas películas son, realmente, muy diferentes entre sí, podría ser interesante plantear un hipotético diálogo entre ellas porque al ver la distancia que las separa podemos llegar a comprender mejor la idiosincrasia del film de Norberto Ramos del Val. En primer lugar, mientras que Repulsión se inscribía claramente en la esfera de las películas de autor de los 60 (con cierta influencia del cine de Buñuel), Lucero se mueve más bien en los patrones que proporciona el giallo italiano, del que Ramos del Val es seguidor confeso. Por otro lado, si en la última escena del film de Polanski la cámara se iba acercando más y más a una foto familiar para ubicar el origen de la psicopatía que allí sufría Catherine Deneuve, en Lucero la protagonista se verá a ella misma en una pantalla de televisión, lo cual es absolutamente coherente con las coordenadas en que el film ha decidido moverse y bastante expresivo del trasfondo de la historia, que mira con escepticismo muchos elementos de la realidad actual, basados en el narcisismo y en la creación de falsas apariencias a través de las redes sociales.

En una entrevista que realicé a Norberto Ramos del Val para Moon Magazine en julio de 2017, al referirse al giallo, comentó: “Es algo así como crear un ambiente y unas emociones y decir al público: «Anda, toma, vete a casa con ellas. A ver qué haces con esto»”. Lucero sigue fielmente esta premisa al mostrarnos lo cerca que podemos estar de vivir en el horror, del cual estaríamos separados por una pared tan, tan delgada y tan, tan transparente, que, a lo mejor, ni tan siquiera existe. Al experimentar esa sensación en la piel del personaje de Claudia Molina, no podemos dejar de experimentarla en la nuestra porque el sufrir la soledad en medio del hormiguero de la gran ciudad es un sentimiento bastante común que muchos, en mayor o menor medida, lo percibirán más próximo de lo que estarán dispuestos a confesar. Y en esa cercanía, podemos chocar de improviso y encontrarnos cara a cara con la protagonista de esta perturbadora película, que nos interrogaría pero a la que no le podríamos dar ninguna respuesta.



TRÁILER DE LA PELÍCULA:




IMÁGENES DE LA PELÍCULA:




















Comentarios