LO QUE ESCONDE SILVER LAKE DE DAVID ROBERT MITCHELL. SUSTANCIA SIN FORMA.




TÍTULO: Lo que esconde Silver Lake. TÍTULO ORIGINAL: Under the Silver Lake. AÑO: 2018. NACIONALIDAD: Estados Unidos. DIRECCIÓN Y GUION: David Robert Mitchell. MÚSICA ORIGINAL: Disasterpeace (Rich Vreeland). MONTAJE: Julio Perez IV. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Mike Gioulakis. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Andrew Garfield, Riley Keough, Riki Lindhome, Chris Gann, Callie Hernandez, Jessica Makinson, Rex Linn, Topher Grace, Grace van Patten. DURACIÓN: 139 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: https://www.vertigofilms.es/movie/lo-que-esconde-silver-lake/.

CALIFICACIÓN: 

En el año 2015, David Robert Mitchell sorprendió con It Follows, un atípico film de terror en el que la elipsis y la dimensión psicológica tenían mucho mayor peso que los elementos explícitos y viscerales, algo que era mucho más meritorio al tratarse de una aparente historia de adolescentes para la que no parecía existir margen para realizar una película de mayor envergadura. Sin embargo, Mitchell superó el examen con sobresaliente alto y ejecutó uno de los ejercicios más brillantes del género en los últimos años. Por lo tanto, el estreno de su nueva película Lo que esconde Silver Lake suponía elevar nuestras expectativas hasta lo más alto con la esperanza de que íbamos a encontrar una película de igual o, a lo mejor, hasta de superior nivel, dado que el director había podido contar con mayor presupuesto y con un reparto integrado por actores de primer nivel. Sin embargo, estas expectativas han estado muy lejos de cumplirse.

Lo que esconde Silver Lake es un alucinado recorrido, protagonizado por Andrew Garfield, por toda una serie de submundos y universos paralelos de la ciudad de Los Angeles, en el que nunca llegaremos a saber si es la ciudad de hoy o una disfuncional distopía retro o futurista, ni si lo que estamos viendo es real o fruto de la distorsionada mente del personaje principal de la historia. Lo que sí es evidente es que toda la película es un amplísimo y vertiginoso abanico de múltiples referencias al mundo del cine, del espectáculo y de la cultura underground imposibles de seguir y que constituyen la columna vertebral de la historia. De ahí que el punto de arranque de la trama guarde una estrecha conexión con La ventana indiscreta (1954) y con las principales obsesiones de Alfred Hitchcock: el protagonista observa con unos prismáticos desde su balcón y, de repente, ve a su nueva vecina (por supuesto, rubia) que va a darse un baño en la piscina. Se obsesiona con ella y hace por conocerla, cosa que consigue. Pero su decepción es mayúscula cuando, al día siguiente, descubre que ella y sus compañeros de piso han abandonado el apartamento que habían alquilado. A partir de ahí, el macguffin (otro término típicamente hithcockiano) del film es la investigación que el protagonista lleva a cabo para saber qué ha sido de ella.




Toda la película, desde su arranque, tiene un aire muy cercano al de las películas de David Lynch o al de El resplandor (1980) de Stanley Kubrick o al de Puro vicio (2014) de Paul Thomas Anderson, con una atmósfera superficialmente realista pero en la que lo inaudito, lo insólito, lo inverosímil y lo panaroico invaden continuamente la narración para descolocar al espectador y dejarlo en un territorio indefinido, impreciso e irreconocible. Sin embargo, la fórmula, tan eficaz con otros directores, aquí no acaba dando resultado y, poco a poco, el espectador se siente abrumado en ese laberinto aparentemente sin salida que, al final, efectivamente, no tiene salida.

¿Qué es lo que falla en Lo que esconde Silver Lake? Pues que el aspecto formal no acompaña a la naturaleza de la historia. Cuando disfrutamos con las películas de Buñuel, Fellini, Kubrick, Tarkovski, Lynch, Wes Anderson, Nolan, Fincher o Paul Thomas Anderson, no solo lo hacemos por lo que nos cuentan sino, sobre todo, por cómo nos lo cuentan. Y, sobre todo, porque la forma en que están contadas guarda coherencia con lo que es narrado: solo si lo diferente y original encuentra un modo distinto y, sobre todo, propio de ser contado encuentra su pleno sentido y justificación. Encajado en un molde convencional como ocurre en Lo que esconde Silver Lake se vuelve monótono y aburrido. Y esto es lo que, por desgracia, sucede en esta película fallida.


TRÁILER DE LA PELÍCULA:




IMÁGENES DE LA PELÍCULA:













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