QUIÉN TE CANTARÁ DE CARLOS VERMUT. ¿DE DÓNDE VIENE LO QUE SOMOS?

(Este artículo fue publicado originalmente en la revista digital Cine Contexto el 27 de octubre de 2018.)





TÍTULO: Quién te cantará. TÍTULO ORIGINAL: Quién te cantará. AÑO: 2018. NACIONALIDAD: España-Francia. DIRECCIÓN Y GUION: Carlos Vermut. MÚSICA ORIGINAL: Alberto Iglesias. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Eduard Grau. MONTAJE: Marta Velasco. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Eva Llorach, Najwa Nimri, Carme Elías, Natalia de Molina, Inma Cuevas, Ignacio Mateos, Vicenta N’Dongo, Catalina Sopelana, Julián Villagrán, Carolina Yuste, Lorena Iglesias. DURACIÓN: 125 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: https://www.facebook.com/Qui%C3%A9n-Te-Cantar%C3%A1-392409591296582/.

CALIFICACIÓN: 

En sus dos primeros largometrajes, Diamond Flash (2011) y Magical Girl (2014), Carlos Vermut pareció querer realizar una exploración exhaustiva de hasta qué límites podían ser llevados los esquemas convencionales de la narración para crear historias absolutamente apartadas de, precisamente, los esquemas convencionales. La posición más habitual del espectador ante estos films sería la de una combinación peculiar de extrañeza y distanciamiento, nacida de la incertidumbre sobre qué piezas del relato eran las relevantes y qué piezas faltaban para completar el puzle (algo perfectamente simbolizado en el rompecabezas incompleto al que se enfrentaba Jose Sacristán en Magical Girl). Entendíamos qué era lo que estaba sucediendo en la pantalla pero no acabábamos de entender su significado o nos desconcertaba cómo tenía lugar la hilazón argumental entre unos hechos y otros.

Y es que el cine de Carlos Vermut se inscribe en la tendencia cada vez más frecuente del cine contemporáneo (aunque también cabría decir, en un sentido más amplio, de la narrativa contemporánea) que consiste en romper la asociación tradicional que existía entre forma y fondo. Es decir, antes se nos contaba una historia y la misma transmitía un mensaje o un discurso a los que se podía acceder en virtud de unas claves estratégicamente ubicadas en la narración o película. Podemos llegar a afirmar que el relato (literario o cinematográfico) existía sin necesidad de que un lector o un espectador la leyera o la contemplara: por sí mismo, era una pieza íntegra, que se autojustificaba en su propia completitud. Actualmente, ya no sucede lo mismo. En muchos casos, las historias son propuestas que se lanzan al lector o espectador para que este las complete y sea él quien las justifique. Lector o espectador deben seleccionar, conectar y procesar los materiales que se le ofrecen para poder llegar a construir una interpretación de los mismos. Pasamos, por tanto, de unos lectores o espectadores pasivos a unos lectores o espectadores necesaria y obligatoriamente activos. Paradójicamente, con ello se consigue revalorizar los elementos que integran una historia: perfil de los personajes, detalles de la trama, amplitud y variedad de temas a abarcar, recreación de una época, capas posibles que el relato puede llegar a contener… Hay un mayor énfasis en los aspectos formales y  en el perfeccionismo, en el convencimiento de que será el receptor el que tendrá que hacer el trabajo relacionado con el mensaje que se desprende de la historia. Y, si no quisiera hacer dicho trabajo, tampoco importaría porque la obra misma, el resultado de su compleja elaboración, ya sería un objeto de disfrute por sí mismo. Podemos concluir que, con la narrativa y la cinematografía contemporáneas, existe un relato o una película distintos para cada lector o espectador. Cada film es una obra abierta que hay que completar en el momento en que se produce del proceso de visión del mismo.

Quién te cantará, tercer largometraje de Vermut, ahonda en dicha tendencia pero avanzando en una depuración de su estilo que gana en sobriedad y precisión sin perder su capacidad de sorprender y descolocarnos. Ello hace que, sin duda alguna, Quien te cantará sea el mejor film del director hasta la fecha.





No solo eso, sino que Vermut ha realizado una película redonda en la que unas inconmensurables interpretaciones de Eva Llorach, Najwa Nimri, Carme Elías y Natalia de Molina logran hacer plenamente verosímil una historia que fuerza, como ya hemos dicho que es habitual en el realizador, la verosimilitud hasta el límite. Najwa Nimri es una cantante, Lila Cassen, quien, justo antes de volver a retomar su carrera, sufre un accidente que la lleva a la amnesia, teniendo que recurrir a Violeta, camarera de un karaoke que la imita perfectamente, para que le enseñe a volver a poder cantar sus canciones. Este argumento acaba siendo una simple envoltura que encierra en su interior muchos significados y matices. Con muchas referencias indirectas posibles en las que pensar (algo también habitual en el cine contemporáneo, piensen, si no, en las películas de Quentin Tarantino) tales como Fedora (1978), Las amargas lágrimas de Petra von Kant (1972) de Rainer W. Fassbinder o, siendo muy retorcidos, incluso Rebobine, por favor (2008) de Michel Gondry, Quien te cantará acaba siendo algo muy distinto: un páramo de extrañeza que nos lleva a la perplejidad para poder acabar conduciéndonos a la reflexión.

Quien te cantará nos habla, en un sentido muy profundo, de la identidad, de cómo se construye, de los procesos inconscientemente asumidos que nos llevan no a ser lo que somos sino, más bien, a lo que pretendemos ser, y de la rebeldía (callada o manifiesta) de nuestra verdadera condición ante la máscara con que la hemos ocultado. Pero, lejos de considerar el concepto de “identidad” a efectos meramente individuales, acaba realizando una indagación más amplia sobre el concepto de identidad colectiva. Porque, en la medida en que determinadas manifestaciones artísticas son apropiadas por una sociedad, dejan de ser sola y únicamente creaciones personales para ser representaciones del carácter profundo de la misma. Y, en este viraje (sostenido por la coincidencia entre el nombre del álbum del personaje protagonista, Rota, y el nombre del pueblo de Cádiz donde se desarrolla la mayor parte de la acción, Rota), esta película nos acaba hablando de la autenticidad, de la impostura y de las presuntas verdades incuestionables que, al final, no son más que olas efímeras que mueren en la playa.

Quien te cantará es, en resumen, una soberbia película que se podría explicar en términos cortazarianos: esta es la historia de unos famas que luchan por ser cronopios sin conseguirlo y de una sociedad en la que los verdaderos perseguidores solo se pueden encontrar ya en el interior de nuestras torturadas mentes.

TRÁILER DE LA PELÍCULA:




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