Fotografía de Lorenzo Hernandez
La última pregunta de la
entrevista a Lucio Romero gira en torno a un tema que le duele, que le afecta y
que suscita todas sus preocupaciones. Gira en torno a la gran pasión de su
vida: su colección de 4.000 carteles
cinematográficos, una colección creada a lo largo de años de esfuerzo y
tenacidad. Como hemos visto a lo largo del extenso encuentro que tuvimos con
él, Lucio es un hombre que ha salido adelante gracias a su empeño y capacidad
de lucha, logrando conseguir el éxito cuando todo le parecía adverso. Del mismo
modo, ha logrado construir un patrimonio de memoria cinéfila único y admirable,
un conjunto irrepetible de carteles cinematográficos de todas las épocas, tanto
españoles como extranjeros, que, si lograsen llegar a tener un lugar permanente
para su exposición, no cabe duda de que atraerían la atención de miles de visitantes
interesados por el mundo del cine y por todo lo que le rodea.
Durante muchos años, esos
carteles los ha podido guardar en una vivienda en la Plaza del Teatro en
Málaga, donde antaño estuvo el Teatro Principal (que se convirtió en una de las
principales salas de cine de la ciudad). Pero con el auge de los apartamentos
turísticos y la subida de los alquileres que ha provocado, ya le era imposible
a Lucio seguir manteniendo esa vivienda y ha tenido que marcharse a Madrid y buscar,
a toda prisa, una solución provisional para sus carteles con el fin de evitar
que esta impresionante colección desapareciera o se desperdigara. El fotógrafo
Lorenzo Hernandez fue testigo del momento en que Lucio vio cómo trasladaban sus
carteles y tenía que separarse de ellos. Y registró ese momento en las fotos con las que finaliza este post, el momento en que, como Lucio Romero dice, “el cine
abandona por segunda vez la Plaza del Teatro, después del cierre del Teatro
Principal en el año 1968”.
Por todo ello, el cierre de esta
larga entrevista que hemos hecho a este veterano actor es obligado e
inevitable.
EL ESPECTADOR IMPERTINENTE: ¿Cómo te sientes teniendo que irte de
Málaga y dejando tus carteles, digamos, fuera de tu control?
LUCIO ROMERO: Me siento muy triste pero creo que están en buenas
manos y con un futuro prometedor que espero poder a verlo algún día.
El ESPECTADOR IMPERTINENTE: ¿Tú tienes esperanza de que sí?
LUCIO ROMERO: Sí, yo tengo esperanza. Los carteles son mi tesoro.
Son mi patrimonio. Yo no tengo otra cosa. Con la pensión mínima que le queda a
un actor con 57 años de profesión (porque los empresarios, antes, te
descontaban de la nómina la cotización para la Seguridad Social pero, después
no la ingresaban, eso lo hacían conmigo y con muchos otros actores), lo único
que he tenido toda mi vida es coleccionar carteles. Yo siempre lo digo: no me
he gastado el dinero en drogas, en borracheras, en drogas… En lo único en que
me lo he gastado ha sido en mis carteles. Por eso, tengo fe de que esos
carteles me agradezcan lo que yo he hecho por ellos y que Málaga me agradezca
lo que he invertido en carteles. Porque yo, lo último que he hecho, en la Plaza
del Teatro, nº 4, donde han estado mis carteles 12 años, es gastarme doce
millones de pesetas en mantenimiento de los carteles, un millón de pesetas al
año… ¿Para qué he invertido ese dinero? Para regalárselos a Málaga… Y espero
que esos carteles pueda disfrutarlos Málaga. Porque podrían estar en otros
sitios, porque son joyas, son bellezas lo que tengo… Pero espero que algún día,
no muy lejano, Málaga pueda disfrutarlos.
Fotografía de Lorenzo Hernandez
Hemos titulado esta entrevista “una
pasión sin final” por dos motivos. El primero, porque hemos visto a un hombre
entusiasmado por su profesión, que sigue con las mismas ganas y el mismo afán
de cuando era joven en afrontar nuevos retos y proyectos. El segundo, porque,
la pasión que está asociada a su trabajo, esos 4.000 carteles cinematográficos, todavía tienen un destino
pendiente de escribir. Su deseo lo expresa claramente en sus últimas palabras:
ceder esos carteles a la ciudad de Málaga para crear el Museo del Cartel
Cinematográfico. Pero teme que las demoras administrativas y los engranajes
burocráticos vayan demorando el proyecto y lo pospongan sin fecha determinada
de realización. Y es una inquietud legítima y lógica.
Como cinéfilo y como persona
preocupada por los temas culturales, yo también temo que este proyecto se
diluya en el tiempo o los carteles de esta maravillosa colección queden
guardados en un almacén y sólo sirvan para hacer exposiciones temporales.
Málaga, que quiere convertirse en la CIUDAD
DEL CINE, y que, para ello, ya cuenta con tres festivales (el Festival de
Cine Español, el Festival de Cine Fantástico y la Semana de Cine Francés), el
buen hacer de la Málaga Film Office, que ha conseguido que cada vez más rodajes
se realicen en la capital de la Costa del Sol, y que va contando, poco a poco, con
el duro esfuerzo de gran cantidad de profesionales, con una estructura
industrial que va sirviendo para encauzar numerosos proyectos, podría encontrar
en el Museo del Cartel Cinematográfico una pieza importante para consolidar
todo este entramado y para darle un sustancial impulso.
Por todo ello, sería lógico que
este proyecto se hiciera realidad porque sería positivo para Málaga y su
estrategia respecto al mundo audiovisual y, además, porque haría justicia a un
gran actor que ha querido ceder generosamente su colección a la ciudad de la que
siempre hace gala de ser su lugar de nacimiento.
Lucio Romero, por discreción y
para no malograr su gran sueño, no quiere decir dónde están, ahora mismo, sus
carteles. Esperemos que, dentro de no mucho, él y todos podamos decirlo en voz
alta para crear un espacio único y maravilloso para todos los amantes del cine,
el arte y la cultura.
(Todas las fotografías de este reportaje son del fotógrafo Lorenzo Hernandez.)
Acabamos el reportaje con una foto que desprende buen humor. Porque hay motivos para ello... El Museo del Cartel Cinematográfico es un proyecto que, seguro, se hace realidad...
Nos ha encantado esta entrevista tan emotiva y a la vez directa. Las tres partes están llenas de dinamismo y es un gusto leerlas. Esperamos ver ese museo hecho realidad. Lorenzo y Marta
ResponderEliminarCreo que ese museo sería una gran aportación para Málaga, un museo que nacería del propio impulso de la ciudad y que consolidaría su proyecto de ser una gran ciudad para el cine.
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