LA OTRA CARA DEL FESTIVAL DE MÁLAGA. LA GEOGRAFÍA DEL FESTIVAL

En las dos anteriores entradas de esta serie, hemos definido al Festival de Málaga como un ser vivo y hemos visto cómo, a través de sus oquedades e intersticios, se puede realizar hasta una webserie y una película ampliamente improvisadas. Hoy, nos vamos a centrar en la faceta espacial del certamen, algo en lo que nunca se repara y que tiene interés en muchos sentidos.



Arriba a la izquierda, el Teatro Cervantes. Abajo a la derecha, el Cine Albéniz. Dos de las principales sedes del Festival.



Hay algunos lugares emblemáticos en los que se celebra el certamen, que repiten año tras año y que ya son historia viva del Festival, como el Teatro Cervantes o el Cine Albéniz. Hay otro que puede pasar más desapercibido pero que también es lugar de paso de todos los invitados como es el Hotel Málaga Palacio en cuya terraza, en la última planta, se suelen producir los encuentros individuales con la prensa. Últimamente, se han añadido otros como el Teatro Echegaray o el Auditorio del Museo Picasso. Cada lugar tiene sus peculiares características y personalidad.

- El Teatro Cervantes es el epicentro del certamen y es la sede que lleva sobre sí todo el peso institucional y de visibilidad respecto al exterior. En él se celebran todas las galas, donde se proyectan para el público las películas de la Sección Oficial y, normalmente, también para los medios acreditados, con sus correspondientes ruedas de prensa (salvo el primer y último día, que son en el Albéniz). Los medios también disponen de una zona anexa al teatro que sirve de punto de encuentro y trabajo. Es una sede elegante pero, por un lado, sin caché cinéfilo, lo cual da un punto de cierta frialdad a cualquier pase que se realice y, por otro, con unas limitaciones prácticas (por ejemplo, el aforo de la sala donde se celebran las ruedas de prensa es limitadísimo en función de los medios presentes, el wifi no llega a todas las zonas del recinto...) que hacen  que, muchas veces, conseguir que el trabajo se salde con éxito se convierta en un auténtico encaje de bolillos. Si una vez en el patio de butacas se alza la mirada hacia arriba, se puede contemplar que en la cubierta hay un amplio lienzo, obra de Bernardo Ferrándiz, que data de 1870 (mismo año que el de la inauguración del teatro) cuyo título es Alegoría de la Historia, la Industria y el Comercio de Málaga. Ello es recuerdo y eco de cuando la ciudad fue uno de los emporios industriales y comerciales más importantes del país.



Fotografía del Teatro Cervantes tomada durante la 17ª edición, en el año 2014



Imágenes de la zona de prensa anexa al Teatro Cervantes, tomadas en la entrevista a Baltazar Tokman (a la izqda.), director de Casa Coraggio, y a Pedro Cruz (a la dcha.), protagonista de Ojos de madera

- El Cine Albéniz es, sin duda, el gran templo de la cinefilia en Málaga, por su tradición y por su política de emitir títulos en versión original. Allí, el cine se disfruta más y mejor. Una buena película parece más película si la vemos en este cine. El lugar quedó como nuevo tras la modernización y reformas que tuvieron lugar en 2010 pero, no sé por qué, algunos problemas con el sonido siguen persistiendo de manera crónica. La Sala 1, la de mayor aforo, que está en la primera planta, me parece que es el lugar de mayor glamour cinematográfico de toda la ciudad. Conserva, prácticamente, el espíritu de su decoración original y entrar allí es como sumergirse en un baño de aromas de celuloide añejo y ruidos de proyectores trabajando a destajo. Giras la cabeza y no te extrañaría ver a Anna Karina contemplando extasiada La pasión de Juana de Arco de Carl Theodor Dreyer. Eso sí, nunca me ha sucedido algo parecido...



Fotografía del Cine Albéniz tomada durante la 19ª edición, celebrada en 2016.


Sala 1 del Cine Albéniz, durante la rueda de prensa de Las leyes de la termodinámica de Mateo Gil. Imagen tomada por el fotógrafo Lorenzo Hernandez (www.photolorenzohernandez.com)

- El Teatro Echegaray, aunque ahora se llame teatro, fue inaugurado como sala de cine. Tras su rehabilitación en 2009, pasó a ser una sala multidisciplinar. Aquí se proyectan los documentales de la Sección Oficial y pasar de alguna de las sedes anteriores a esta es como cambiar completamente de ambiente, de atmósfera y hasta de punto de vista. Este año, fui testigo de algo muy curioso que sucedió allí. En esta edición, hay una nueva sintonía de la cabecera que antecede a cada proyección y me sorprendió que parte del público empezara a tocar las palmas al compás de los golpes de sintetizador que marcan la nueva melodía que identifica al certamen. Fue algo que no sucedió en ninguna otra sede. Es como si el público allí presente hubiera detectado un ritmo que hubiera pasado desapercibido en cualquier otra parte donde el Festival se estuviera celebrando, como si el lugar despertara un sexto sentido que, en cualquier otro sitio, hubiera permanecido adormecido. Y es que, obviamente, empezar a ver documentales te da una nueva perspectiva de muchos aspectos de la vida...




Fotografía del Teatro Echegaray tomada en la 19ª edición, celebrada en 2016


- El Auditorio del Museo Picasso se ha incorporado no hace muchos años a las salas de proyección del certamen y se ha aprovechado para mostrar en él los documentales de las Sesiones Especiales. Desde el Cine Albéniz se puede llegar en un minuto a este auditorio, entrando por un estrechísimo callejón que correspondería a la parte de atrás del edificio donde el Museo se ubica. Siempre me ha parecido contradictorio que para acceder a este lugar, que representa un templo de celebración de la amplitud de miras del creador genial y revolucionario, se haga por un pasadizo tan ridículo. Pero es que no siempre las circunstancias arquitectónicas acompañan a la mística deseada en nuestras construcciones. Por las propias características del lugar y de la sección, este auditorio es la posibilidad de lo imprevisible, de lo inesperado y de lo que no encaja en ninguna regla. No sabes lo que te vas a encontrar ni cómo vas a asimilarlo... Es decir, que el sitio tiene su punto.




Pases de Chavela de Daresha Kyi y Catherine Gund en el año 2017 y de Rodar en andaluz. El cine en los tiempos del cambio en el año 2018 en el Auditorio del Museo Picasso.


- El Hotel Málaga Palacio es donde se suelen alojar los invitados al Festival y, como hemos dicho, en su terraza tienen lugar los encuentros individuales con la prensa. No es que sea el mejor lugar posible para trabajar pero sus vistas hacia el puerto, hacia la Catedral y hacia el Paseo del Parque y el Monte Gibralfaro creo que determinan que sea casi inamovible (todo hay que decirlo, son vistas conseguidas a costa de haber colocado una mole claramente inadecuada en pleno casco histórico de la ciudad, por lo que cabe afirmar que, más que construido, este edificio fue perpetrado, pero es lo que hay).



Vistas al Puerto de Málaga desde la terraza del Hotel Málaga Palacio


Fotos tomadas por Lorenzo Hernandez (www.photolorenzohernandez.com), donde, de fondo, se pueden apreciar diversas vistas que se pueden contemplar desde la terraza del Hotel Málaga Palacio. Arriba, a la izquierda, la actriz Mona Martínez. Ariba, a la derecha, la actriz Berta Vázquez. En las fotos de abajo, la actriz Ingrid García-Jonsson. En la de la derecha, la actriz está con el autor de este artículo y con la redactora de Aurora Boreal Marta Moreno.


Si vemos en un mapa los puntos que hemos señalado (y otros que no hemos mencionado para no ser excesivamente prolijos, como el edificio del Rectorado de la Universidad) nos saldría un perímetro al que se le podrían hacer dos análisis diferentes.




El primero, que la zona interior del polígono dibujado encierra una configuración urbanística que refleja muy bien la idiosincrasia andaluza. Sí, porque ahí, sin solución de continuidad, hay más de veinte siglos de historia encerrados, mezclados y casi revueltos pero ofreciendo una imagen de precaria armonía que no deja de aturdir y maravillar al visitante desprevenido. Como ocurre en la zona de la Catedral-Reales Alcázares-Archivo de Indias-Plaza del Triunfo-Plaza Virgen de los Reyes en Sevilla (y pongo este ejemplo para que vean que el modelo no es exclusivamente malagueño), cada pueblo que ha pasado por la ciudad, cada corriente artística y cada momento histórico ha dejado su huella en espacio tan reducido de forma que, en poco más de 500-1.000 metros, se puede hacer un acelerado viaje por el tiempo. Y es que está el Teatro Romano y las viejas factorías donde se fabricaba el garum en los sótanos del Museo Picasso y del edificio del Rectorado. Se puede contemplar en las faldas del Monte Gibralfaro la Alcazaba musulmana. En un par de minutos, se llega a la Catedral, cuya construcción se inició en 1528. En la Plaza de la Merced, está el obelisco dedicado al general Torrijos y a sus hombres, fusilados en la playa de San Andrés en 1831 (y cuyas tumbas están debajo de ese monumento). El propio Teatro Cervantes es vestigio del esplendor económico de la ciudad en el segundo tercio del siglo XIX. La Casa Natal de Picasso, también en la Plaza de la Merced, y el Museo dedicado al pintor, entre las calles San Agustín y Alcazabilla, son el reflejo de las vanguardias del siglo XX y sus nuevos modos de ver la realidad. Y el Cine Albéniz representa la irrupción del séptimo arte, cuyos efectos llegan a nuestros días con nuevas formas y maneras de entender lo audiovisual. Así, el lugar donde se celebra el certamen es, curiosamente, una representación de la mentalidad andaluza y del modo en que ha integrado y asimilado diferentes culturas y corrientes de pensamiento, por lo que viene a ser una estructura invisible debajo de la estructura visible del certamen.

El segundo análisis a realizar es algo más lúdico y tiene que ver con la tendencia estructural a los retrasos y a las prisas que parece haber en este Festival. Porque, si observan el mapa, el epicentro del Festival (el Teatro Cervantes) no es el centro físico del perímetro dibujado sino que es el extremo superior. Si a ello le añadimos que el Hotel Málaga Palacio está en el otro extremo y que el photocall de los invitados tiene lugar en el Muelle Uno del puerto, que está fuera de la imagen que se refleja en el mapa, se entenderá que no es fácil llegar a los sitios a la hora fijada cuando ya la planificación es bastante ajustada... Está claro que todo problema tiene su origen...

Pero, aparte de esta forma de realizar el recorrido físico, hay otras que también son factibles. Por ejemplo, en este vídeo que he preparado, he recogido todos los selfies que he hecho a lo largo de esta edición del Festival. ¿Podrían adivinar en qué lugar se ha realizado cada uno de ellos?






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