TESIS SOBRE UN HOMICIDIO y EL LOBO DETRÁS DE LA PUERTA






ASIGNATURAS PENDIENTES

Hoy, vamos a recuperar dos títulos que se pueden inscribir dentro de la órbita del thriller o del género negro y que vienen de Sudamérica. Muy diferentes entre sí, la argentina Tesis sobre un homicidio de Hernán Goldfrid la podemos englobar dentro de lo que, en este blog, hemos llamado cine negro arty mientras que la brasileña El lobo detrás de la puerta de Fernando Coimbra es, claramente, cine negro dirty.


TESIS SOBRE UN HOMICIDIO (o las babas del diablo son abundantes)

TÍTULO: Tesis sobre un homicidio. TÍTULO ORIGINAL: Tesis sobre un homicidio. AÑO: 2013. NACIONALIDAD: Argentina-España. DIRECCIÓN: Hernán Goldfrid. GUIÓN: Patricio Vega, adaptando una novela de Diego Paszkowski. MÚSICA ORIGINAL: Sergio Moure. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Rodrigo Pulpeiro. MONTAJE: Pablo Barbieri Carrera. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Ricardo Darín, Alberto Ammann, Calu Rivero, Arturo Puig, Fabián Arenillas, Mara Bestelli, Antonio Ugo, José Luis Mazza, Mateo Chiarino, Natalia Santiago, Ezequiel de Almeida, Cecilia Atán. PÁGINA WEB OFICIAL: https://es-es.facebook.com/TesisSobreUnHomicidio.

Se suele afirmar que el género negro viene a ser la continuación natural del género policíaco pero, en gran medida, esta afirmación es profundamente inexacta. En todo caso, podría admitirse que es la continuación por negación de las características esenciales que dan identidad a las novelas de detectives de Agatha Christie, Gaston Leroux o Gilbert Keith Chesterton. Efectivamente, el género policíaco es altamente racionalista y casi podríamos afirmar que consiste en un acto de fe hacia el positivismo y el uso de la lógica y la razón para desentrañar cualquier misterio. El género negro es, realmente, lo contrario. Los enigmas se resuelven gracias a la violencia y la ambigüedad y la turbiedad se apoderan del ambiente de modo que las tramas siempre son opacas y confusas. Desde el punto de vista filosófico, la novela negra, al contrario que la novela policíaca, es la duda constante y sistemática sobre el poder del positivismo para ordenar la realidad.

Esta dimensión del género negro converge con la de muchas obras literarias y cinematográficas que también han querido representar el carácter escurridizo y difícilmente aprehensible de la realidad presuntamente tangible. En 1959, en el libro Las armas secretas de Julio Cortázar, se incluía el relato Las babas del diablo. En el mismo, la interpretación de lo que se podía ver en una fotografía cambiaba ostensiblemente según el punto de vista que se adoptase. Yendo más lejos, lo que se ponía en cuestión no era la interpretación de la imagen sino la propia capacidad de nuestra mirada para dar cuenta precisa de lo que realmente estaba sucediendo y podía suceder. Aún más, cabía reflexionar si la realidad podía dar una interpretación unívoca y sin ambigüedades o si ello no era más que ilusión condenada a la frustración. Michelangelo Antonioni decidió adaptar en 1966 y, de ahí, nació Blowup. Cambió la anécdota de fondo pero mantuvo la obsesión por una fotografía como eje de la narración. Mucho más desasosegante que el relato original, la sensación de vacío que transmitía era mucho más acusada y turbadora. A partir de esta película, hubo otros muchos títulos que ahondaron en el mismo concepto: La conversación (1974) de Francis Ford Coppola, Impacto (1981) de Brian de Palma (cuyo título original, Blow Out, remitía directamente al clásico de Antonioni) o, incluso, Instinto básico (1992) de Paul Verhoeven y su secuela, Instinto básico 2 (2006) de Michael Caton-Jones. Tesis sobre un homicidio se puede situar en la misma línea.





En la campaña promocional de este film, se la quería vincular con El secreto de sus ojos (2009) de Juan José Campanella. En gran medida, ello fue un error porque Tesis sobre un homicidio es completamente opuesta a El secreto de sus ojos. Si esta, hasta cierto punto, acababa siendo una película optimista en la que los misterios se resolvían y los personajes terminaban encontrando su redención, Tesis sobre un homicidio es un film pesimista que nos habla de las limitaciones humanas y de los obstáculos que no somos capaces de superar, de las obsesiones en las que caemos sin remedio y de las imposibles soluciones a las mismas.

Ricardo Darín interpreta a un profesor de Derecho que, en uno de sus cursos, se encuentra con el hijo de un antiguo amigo. Tras la aparición de una chica asesinada en el campus, una terrible sospecha se va abriendo camino en su mente. Sin embargo, lo que parece fruto de una deducción puramente racional, acaba relacionándose con una subtrama prácticamente freudiana en la que una relación de (presunta) rivalidad (presunto) padre-(presunto) hijo parece ser la base de toda la tensión de la que estamos siendo testigos. Pulcramente realizada y correctamente interpretada por todo el reparto, merece destacarse la revelación como actriz de Calu Rivero, a quien esperamos ver en futuros títulos.

Hasta cierto punto, ya hemos anunciado el que constituye el principal defecto de la película: hay tantos antecedentes de lo que Tesis sobre un homicidio pretende expresar que resulta muy difícil que el film pueda sorprender y, de hecho, la cinta no consigue ni superar a sus influencias ni aportar algo verdaderamente original a lo contado por ellas. Por lo tanto, aunque Tesis sobre un homicidio se deja ver con agrado, en la medida en que el suspense logra enganchar al espectador, no acaba de quedar claro cuál es su aportación al concepto que quiere desarrollar. El hecho de que la imagen con la que se abre la película se parezca bastante a la del final de La conversación, tampoco ayuda demasiado.


Nota (de 1 a 10): 7.

Lo que más me gustó: La freudiana trama subyacente. La revelación de la actriz Calu Rivero.

Lo que menos me gustó: Las babas del diablo de Julio Cortázar, Blowup de Michelangelo Antonioni, La conversación de Francis Ford Coppola, Impacto de Brian de Palma, Instinto básico de Paul Verhoeven e Instinto básico 2 de Michael Caton-Jones: demasiados antecedentes para llegar a sorprender.


EL LOBO DETRÁS DE LA PUERTA (o cuando la pasión se envenena)

TÍTULO: El lobo detrás de la puerta. TÍTULO ORIGINAL: O Lobo atrás da Porta. AÑO: 2013. NACIONALIDAD: Brasil. DIRECCIÓN Y GUIÓN: Fernando Coimbra. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Lula Carvalho. MONTAJE: Karen Akerman. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Fabiula Nascimento, Milhem Cortaz, Leandra Leal, Antonio Saboia, Thalita Carauta, Juliano Cazarré, Isabelle Ribas, Tamara Taxman, Karine Teles, Paulo Tiefenthaler. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.gullane.com/projeto/o-lobo-atras-da-porta. PÁGINA EN FILMIN: https://www.filmin.es/pelicula/el-lobo-detras-de-la-puerta.

Desde los tiempos del Cinema Novo, con directores como Glauber Rocha (Dios y el diablo en la tierra del Sol -1964-, Tierra en trance -1967-, Cabezas cortadas -1970-), Nelson Pereyra dos Santos (Vidas secas -1963-), Carlos Diegues (Ganga Zumba -1963-, La gran ciudad -1966-, Los herederos -1970-), Joaquim Pedro de Andrade (Macunaima -1969-), Walter Lima Júnior (Menino de Engenho -1965-, Brasil, año 2000 -1969-) o Ruy Guerra (Os Cafajestes -1962-, Los fusiles -1964-, Los dioses y los muertos -1970-), Brasil irrumpió con fuerza en la historia del séptimo arte. En los últimos años, directores como Héctor Babenco (cineasta argentino que ha realizado en Brasil Lúcio Flavio, o Passageiro da Agonia -1977-, Pixote, la ley del más débil -1981-, A Terra é Redonda Como uma Laranja -1984- y Carandiru -2003-), Walter Salles (Estación Central do Brasil -1998-, Diarios de motocicleta -2004-, Dark Water (La huella) -2005-), Fernando Meirelles (Ciudad de Dios -2002-, El jardinero fiel -2005-, 360 – Juego de destinos -2011-) o José Padilha (Tropa de élite -2007-) han logrado situar a Brasil como un país cuya cinematografía sirve de referencia para nuevas ideas y estilos renovados, pero, eso sí, siempre anclada en un realismo fuerte que hace del retrato preciso y descarnado de un momento y de sus circunstancias una de sus señas de identidad esenciales.

A pesar de la relevancia alcanzada en los últimos tiempos por algunos de los títulos que hemos enumerado, todavía hoy el cine de Brasil tiene problemas para su distribución en España. Ello lleva a situaciones tan paradójicas como que una estupenda película como El lobo detrás de la puerta no haya tenido en nuestro país la repercusión que se merecía. Esperemos que, con la posibilidad de ser vista a través de www.filmin.es, obtenga un reconocimiento parejo a su nivel de calidad cinematográfica.






El arranque de la historia es sencillo: una niña parece haber sido secuestrada a la salida del colegio. Sin embargo, los padres son gente modesta: no parece que la petición de un posible rescate sea el móvil de la desaparición. A partir de esta premisa, se iré desarrollando una trama cada vez más enrevesada en la que veremos cómo las pasiones mal gestionadas acaban provocando una situación de tintes bastante oscuros y trágicos.

Fernando Coimbra (que debuta en el largometraje con este film) maneja perfectamente la intriga, con un montaje preciso y un pulso narrativo firme, de forma que un crescendo emocional progresivo nos va sumergiendo en un clima cada vez más asfixiante hasta llegar al desolador desenlace. El realizador también hace gala de una magnífica dirección de actores, de forma que todo el reparto está absolutamente creíble en sus respectivos personajes.

Si en otras ocasiones, a la hora de hablar del cine negro dirty, siempre lo habíamos hecho en relación a títulos de estética más bien hortera como Combustión o Salvajes, El lobo detrás de la puerta demuestra que también es posible desarrollar esta tendencia con un estilo perfectamente realista en la que la capacidad criminal del ser humano, lejos de ser mostrada bajo los parámetros propios de las reglas de género, es contemplada en el contexto de los complejos mecanismos psicológicos que mueven nuestras decisiones y de unas circunstancias que se acaban convirtiendo en un laberinto de difícil salida. El lobo detrás de la puerta resuelve tan brillantemente este desafío que hace que sea, a pesar de la limitada difusión que ha tenido, uno de los títulos más interesantes de este 2014.


Nota (de 1 a 10): 9.

Lo que más me gustó: Una intriga perfectamente manejada. La actuación de todo el reparto.

Lo que menos me gustó: No deja ningún lugar al optimismo.




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