AZUL Y NO TAN ROSA y A 20 PASOS DE LA FAMA






Hoy, vamos a hablar de dos películas premiadas. Por un lado, la coproducción entre Venezuela y España Azul y no tan rosa, que ganó el premio a Mejor Película Iberoamericana en los Goya de 2013. Por otro lado, hablo de la película estadounidense A 20 pasos de la fama, que ganó el premio al Mejor Documental en la ceremonia de los Oscar 2013.

AZUL Y NO TAN ROSA (o cuando las vidas se cruzan, los destinos cambian)

TÍTULO: Azul y no tan rosa. TÍTULO ORIGINAL: Azul y no tan rosa. AÑO: 2012. NACIONALIDAD: Venezuela-España. DIRECCIÓN Y GUIÓN: Miguel Ferrari. MÚSICA ORIGINAL: Sergio de la Puente. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Alexandra Henao. MONTAJE: Miguel Ángel García. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Guillermo García, Ignacio Montes, Hilda Abrahamz, Carolina Torres, Alexander Da Silva, Sócrates Serrano, Elba Escobar, Beatriz Valdés, Daniela Alvarado, Juan Jesús Valverde. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.azulynotanrosa.com/.

La primera escena de esta película (un ensayo de danza) me ha recordado el número de Aerotica de Empieza el espectáculo (All that jazz, 1979) de Bob Fosse. Dicho número viene a representar cómo los destinos de la personas se cruzan y, a partir de ahí, sus vidas cambian y adquieren un rumbo diferente. Quizás, el director de Azul y no tan rosa no ha pensado en esa secuencia pero no es menos verdad que esta película nos habla de cómo nuestras trayectorias vitales no cambian en la soledad sino en el contacto e interacción con otras personas.

Decir que Azul y no tan rosa es una película sobre la homosexualidad es una verdad muy a medias (aunque no hay que negar que la problemática del homosexual en una sociedad con fuertes reminiscencias homófobas es parte esencial de la trama). Porque por encima de ello, la película nos habla de la tolerancia, de los mecanismos violentos y autoritarios con los que la masa subyuga al individuo y de la necesidad de luchar, de vencer las dificultades y de no rendirse nunca ante cualquier tipo de adversidad. Por ello, lo que recordaremos de esta película cuando termine será menos las circunstancias individuales de los personajes que el espíritu combativo, optimista e ilusionado de todos ellos, lo cual acaba suponiendo una lección de vida y un ejemplo de superación.



 

Miguel Ferrari, que tiene a sus espaldas varios títulos como actor (como curiosidad, tenemos que decir que trabajó en la serie producida por Canal Sur Plaza Alta y en la serie de Antena 3 Los hombres de Paco) y realiza con Azul y no tan rosa su segundo largometraje tras Cortos Interruptus (2011), dirige la película con la inteligente estrategia de ir creando poco a poco un vínculo emocional entre el espectador y los personajes de la historia. Por ello, frente a cualquier tipo de malabarismo visual o de barroquismo formal, opta de modo coherente por un estilo sobrio y eficaz que sabe mirar a los actores de frente y les da el aire suficiente para generar realismo y verosimilitud.

Por ello, en algunos momentos, el cine de Miguel Ferrari me ha recordado al de Howard Hawks, por la limpieza de su mirada hacia los personajes y por su modo de desenvolver la narración: libre y con escasa sujeción a planteamientos excesivamente rígidos y matemáticos. Cuando he visto al cuarteto de actores principales escuchar cómo el hijo del protagonista canta Tonada de luna llena, no he podido evitar recordar aquella escena de Rio Bravo (1959) en la que Dean Martin y Ricky Nelson cantan My Rifle, My Pony and Me







En ambos casos, no se trata sólo de la canción sino de mostrar con sutileza la caracterización de unos personajes que son capaces de crear un oasis en medio de la incertidumbre. Más allá de esta asociación mental y de las grandes diferencias entre ambas películas, en ambos casos creo que el espectador acaba con la misma sensación cuando aparecen los títulos de crédito finales: el tener un cierto regusto agridulce por tener que separarse de una serie de personajes que, tras 120 minutos de cercanía, ya se han convertido en nuestros amigos. Reconocer esto es reconocer que Azul y no tan rosa es una magnífica película.


Nota (de 1 a 10): 8.

Lo que más me gustó: Su lograda sensación de realismo y su lograda atmósfera emocional. La interpretación de Guillermo García.

Lo que menos me gustó: Alguna redundancia innecesaria en el desenlace de la película.




Fotografía del autor de este blog (izqda.) junto a Juan Jesús Valverde (dcha.), uno de los actores del reparto de Azul y no tan rosa, en el último Festival de Cine de Málaga.



Fotografía del autor de este blog junto a Miguel Ferrari, director de la película, también durante el último Festival de Málaga.


A 20 PASOS DE LA FAMA (o detrás de un gran hombre, siempre hay un gran coro)

TÍTULO: A 20 pasos de la fama. TÍTULO ORIGINAL: Twenty Feet from Stardom. AÑO: 2013. NACIONALIDAD: Estados Unidos. DIRECCIÓN Y GUIÓN: Morgan Neville. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Nicola Marsh y Graham Willoughby. MONTAJE: Douglas Blush, Kevin Klauber y Jason Zeldes. PRINCIPALES INTERVINIENTES EN EL DOCUMENTAL: Lisa Fischer, Judith Hill, Claudia Lennear, Darlene Love, Tata Vega, The Waters Family, Tabitha Fair, Edna Wright, Bruce Springsteen, Stevie Wonder, Mick Jagger Sting. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.acontracorrientefilms.com/pelicula/275/a-20-pasos-de-la-fama/.

Hay muchas películas cuyo tema es desviar la mirada hacia quienes suelen ocupar el segundo plano de la Historia pero cuyo papel puede ser relevante aunque desconocido. Ya en este blog, comentamos El mayordomo (2013) de Lee Daniels, pero podemos recordar también Lo que queda del día (1993) de James Ivory o Forrest Gump (1994) de Robert Zemeckis. Hasta cierto punto, Searching for Sugar Man (2012) de Malik Bendjelloul venía a incidir en el mismo punto, al mostrar el nivel artístico y el impacto social que llegó a producir un desconocido como Sixto Rodríguez.

Llega ahora a las pantallas un documental que, en vez de fijarse en los frontmen o en las frontwomen, se aparta de la primera fila del escenario, hace retroceder la cámara unos pasos y enfoca la misma hacia los coros, hacia los y las acompañantes de los grandes nombres de la música pop-rock. Y ello nos sirve para descubrir grandes voces y grandes historias.






Porque conocer las biografías y las carreras artísticas de Lisa Fischer, Judith Hill, Claudia Lennear, Darlene Love, Tata Vega, The Waters Family, Tabitha Fair o Edna Wright es descubrir que grandes hits de la historia de la música contemporánea son inexplicables sin el concurso de unas voces espectaculares que han permanecido en el anonimato pero que hay que hacerles justicia para tener una cabal comprensión de fenómenos musicales tan emblemáticos como el “muro de sonido” de Phil Spector.

Narrado con convicción, con pasión y con la aportación de documentos visuales de gran empaque, constituidos por material de archivo y por entrevistas realizadas expresamente para la película (con las intervenciones adicionales de Bruce Springsteen, Mick Jagger y Sting), A 20 pasos de la fama cumple con creces el objetivo que se ha propuesto y nos deja con ganas de saber más de unos personajes cuyas voces están en nuestro subconsciente musical pero a las que nunca les hemos puesto ni rostros ni nombres. Ahora, por fin se les ha hecho algo de justicia y, al menos, se deja para la posteridad un título de referencia para un trabajo de tan alto nivel artístico.


Nota (de 1 a 10): 8.

Lo que más me gustó: Que dé a conocer una soberbias voces que han permanecido siempre en un segundo plano. Unos títulos de crédito iniciales que muestran a la perfección la intención de la película. Descubrir que el estilo de Beyoncé no tiene nada de original.

Lo que menos me gustó: Un pelín más de claridad en el montaje le hubiera venido estupendamente a la película.



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