PHILOMENA (o la alegría a pesar de las tormentas)



TÍTULO: Philomena. TÍTULO ORIGINAL: Philomena. AÑO: 2013. NACIONALIDAD: Reino Unido-Estados Unidos-Francia. DIRECCIÓN: Stephen Frears. GUIÓN: Steve Coogan y Jeff Pope, adaptando el libro de Martin Sixsmith The Lost Child of Philomena Lee. MÚSICA ORIGINAL: Alexandre Desplat. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Robbie Ryan. MONTAJE: Valerio Bonelli. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Judi Dench, Steve Coogan, Sophie Kennedy Clark, Mare Winningham, Barbara Jefford, Ruth McCabe, Peter Hermann, Sean Mahon, Anna Maxwell Martin, Michelle Fairley, Wunmi Mosaku, Amy McAllister. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.philomena.es/ y http://philomenamovie.com/.

El cine británico siempre ha tendido a inclinarse hacia la esmerada reconstrucción de época pero desde la irrupción del free cinema a finales de los años 50, con directores como Tony Richardson (Mirando hacia atrás con ira -1959-, Un sabor a miel -1961-, La soledad del corredor de fondo -1962-) Lindsay Anderson (El ingenuo salvaje -1963-, If... -1968-, Un hombre de suerte -1973-), Karel Reisz (Sábado noche, domingo mañana -1960-, Morgan, un caso clínico -1966-) o John Schlesinger (Billy, el embustero -1963-, Darling -1965-, Domingo, maldito domingo -1971-), la veta del llamado cine social también ha encontrado arraigo y, sobre todo, continuadores empeñados en mostrar su visión sobre la realidad contemporánea del Reino Unido. Es inevitable citar a nombres como Ken Loach (Agenda oculta -1990-, Riff-Raff -1991-, Lloviendo piedras -1993-, La canción de Carla -1996-, Mi nombre es Joe -1998-, Sólo un beso -2004-, En un mundo libre... -2007-), Mike Leigh (Secretos y mentiras -1996-, Dos chicas de hoy -1997-, Todo o nada -2002-, El secreto de Vera Drake -2004-, Happy, un cuento sobre la felicidad -2008-, Another year -2010-) y el director que hoy nos ocupa, Stephen Frears.

Frears tiene una variopinta carrera a sus espaldas. ya que, aparte de la adaptación de clásicos literarios (más antiguos: Las amistades peligrosas -1988-, Mary Reilly -1996-, o más modernos: Alta fidelidad -2000-), o de producciones hollywoodienses convencionales (Los timadores -1990-, Héroe por accidente -1992-, Hi-Lo Country -1998-), también es responsable de títulos como Mi hermosa lavandería (1985), Ábrete de orejas (1987), Sammy y Rosie se lo montan (1987) o La camioneta (1996), que se pueden adscribir a la corriente de cine social antes mencionada. Aunque escaparía de las características más evidentes de este tipo de cine, su película reciente más conocida, The Queen (2006), no deja de ser una reflexión social y política sobre determinadas situaciones y mentalidades del Reino Unido, por lo que no está muy alejada del espíritu de los títulos antes citados. Con Philomena, incide en el espíritu de todas estas películas para narrar una historia basada en hechos reales.







Philomena Lee es una irlandesa que nunca ha olvidado cómo le quitaron a su hijo cuando, siendo madre soltera, estaba recogida en un asilo de las Hermanas de la Misericordia. Tras 50 años de infructuosa búsqueda, se pone en manos de Martin Sixsmith, un periodista que acaba de cesar como Director de Comunicación del Departamento de Transportes británico. El caracter de ambos personajes es absolutamente contrapuesto. Martin Sixsmith es cínico, ácido y escéptico. Philomena Lee es amable, sociable, optimista y, hasta cierto punto, imprevisible. Gracias a este choque de psicologías, la película va más allá de la búsqueda del hijo perdido ya que acaba siendo un sorprendente proceso de aprendizaje para Sixsmith que, imbuido de su vanidosa superioridad de graduado de Oxford, se ve a sí mismo recibiendo lecciones de una enfermera jubilada.

El buen resultado de Philomena es inseparable de las soberbias actuaciones de los dos protagonistas: Judi Dench y Steve Coogan. Dench logra trazar de manera impecable el complejo retrato psicológico de una mujer que no odia a pesar de lo que ha sufrido, que no ha perdido la fe a pesar de las experiencias por las que ha tenido que pasar y que aún confía en el ser humano aunque haya visto conductas que no son precisamente ejemplarizantes. Coogan borda su papel de reportero engreído cuyos humos son bajados poco a poco por la sencillez y la modestia de su compañera de búsqueda.

Frears despliega un estilo basado en la naturalidad y en la transparencia donde todo se tiende a mostrar con delicada sutileza (así, por ejemplo, refleja claramente, pero sin excesos de ningún tipo, la brecha existente en Gran Bretaña entre el ciudadano medio y los miembros del establishment, sobre todo al principio de la película). Sin embargo, hay ocasiones en las que el guión pierde esa sutileza y se deja llevar por situaciones dibujadas a base de brocha gorda que deslucen un poco el conjunto. A pesar de ello, Philomena constituye una agradable sorpresa, en la medida en que, siendo una película aparentemente modesta, logra resultados muy superiores a los de muchas superproducciones y a los de otros títulos que vienen con un marchamo de presunta alta calidad. Cuando se encienden las luces de la sala, Philomena se ha convertido, para siempre, en una película entrañable e inolvidable.



Nota (de 1 a 10): 8,5.

Lo que más me gustó: La interpretación de Judi Dench. La transparencia y sencillez de su estilo.

Lo que menos me gustó: No se acaba de decidir entre ser sutil o no serlo tanto.




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