TÍTULO: Blue Jasmine. TÍTULO
ORIGINAL: Blue Jasmine. AÑO: 2013. NACIONALIDAD: Estados
Unidos. DIRECCIÓN Y GUIÓN: Woody Allen. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Javier Aguirresarobe. INTÉRPRETES
PRINCIPALES: Cate Blanchett, Joy Carlin, Richard Conti, Glen Caspillo, Alec
Baldwin, Charlie Tahan, Annie McNamara, Sally Hawkins, Daniel Jenks, Max
Rutherford, Andrew Dice Clay, Tammy Blanchard, Kathy Tong, Bobby Cannavale, Max
Casella, Ali Fedotowsky, Michael Stuhlbarg, Alden Ehrenreich, Tom Kemp, Louis
C. K., Peter Sarsgaard. PÁGINA WEB OFICIAL: http://wwws.warnerbros.es/bluejasmine/.
En este blog, ya hemos comentado dos películas de Woody Allen: Midnight in Paris y A Roma con amor.
El director neoyorquino reúne varios méritos que no siempre son valorados
suficientemente. El primero de ellos, es la sencillez de su puesta en escena,
la cual siempre está al servicio de un mensaje escasamente rígido y dogmático. Por
otra parte, no suele encasillarse en un género o punto de vista sino que es
capaz de pasar de la comedia más desternillante (Toma el dinero y corre -1969-,
Bananas -1971-, La última noche de
Boris Grushenko -1975-) a la comedia de corte más clásico (Annie Hall -1977-, Hannah y sus hermanas -1986-), de la comedia de corte más clásico a
la comedia fantástica (La rosa púrpura de
El Cairo -1985-), de la comedia fantástica a la comedia dramática (Manhattan -1979-) , de la comedia
dramática a la comedia filosófica (Recuerdos
-1980-, Sombras y niebla -1991-),
de la comedia filosófica al drama psicológico (Interiores -1978-), del drama psicológico a la intriga criminal (Delitos y faltas -1989-, Match Point -2005-, Cassandra’s Dream -2007-), de la intriga criminal al falso
documental (Zelig -1983-) con pasmosa
facilidad. En tercer lugar, cada uno de sus proyectos es llevado a cabo con
indudable coherencia sin que ese salto de un género a otro le sirva para perder
el pulso de casi ninguna de sus películas. Finalmente (y sin ánimo de agotar el
tema), es capaz de dotar a todas sus creaciones de un inconfundible toque
personal que sirve para distinguir, sin sombra de duda, cualquier película de
Woody Allen aunque no veamos los títulos de crédito o él no aparezca formando
parte del reparto. El estilo transparente y conciso de Allen provoca que muchas
de sus películas sean despachadas por la crítica con indulgente indiferencia
cuando, en general, la mayoría todas sus creaciones son auténticas lecciones de
narración cinematográfica que nos enseñan cómo, con una utilización mínima de
recursos, se puede conseguir un alto nivel de precisión y profundidad. Blue Jasmine no constituye una excepción
en su carrera.
En esta ocasión, Allen se decanta
por el drama aunque los rasgos de humor que contiene la película nos puedan
hacer creer lo contrario. Porque el desarrollo del film es la descripción (fría
y descarnada) de un proceso de autodestrucción y una fábula cuya moraleja viene
a decirnos que, elijamos el camino del realismo o el de la huida de las
circunstancias, las relaciones humanas parecen estar abocadas a la decepción y
al vacío (en este sentido, la trayectoria vital de las dos hermanas que
interpretan Cate Blanchett y Sally Hawkins, respectivamente, guarda un
paralelismo claro con la de las dos amigas que veíamos en Vicky Cristina Barcelona -2008-). A la vez que el progresivo conocimiento
de la vida de la protagonista (que se nos mostrará a través de sucesivos flashbacks) nos ayuda a que el
espectador vaya experimentado un creciente sentimiento de compasión hacia ella,
la trama se acercará a la realidad actual mostrando un escándalo financiero
cercano al protagonizado por Bernard Madoff y que salió a la luz en 2008. Sin
embargo, no hay que engañarse. Lejos de querer caer en el realismo social,
Allen va a lo que siempre le ha interesado: indagar en los recovecos de la
condición humana para descubrir que, a pesar de que lo único que buscamos es un
pequeño oasis, al final el mismo nos será inevitablemente hurtado sin que
nuestros esfuerzos se vean compensados con algún tipo de recompensa. La escena
final de Cate Blanchett en un banco del parque no es sólo un excelente broche a
este film sino que, en el fondo, viene a ser un espléndido resumen de toda la
obra de Woody Allen.
Nota (de 1 a 10): 8,5.
Lo que más me gustó: La soberbia interpretación de Cate Blanchett.
Sally Hawkins y Alec Baldwin también brillan a un excelente nivel.
Lo que menos me gustó: El final de la primera secuencia.
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