INSENSIBLES (o el
laberinto del doctor)
TÍTULO: Insensibles. TÍTULO
ORIGINAL: Insensibles. AÑO: 2013. NACIONALIDAD:
España-Francia-Portugal. DIRECCIÓN: Juan Carlos Medina. GUIÓN:
Juan Carlos Medina y Luiso Berdejo. MÚSICA ORIGINAL: Johan Söderqvist. INTÉRPRETES
PRINCIPALES: Álex Brendemühl, Tomás Lemarquis, Ilias Stothart, Mot Harris
Dunlop Stothart, Derek de Lint, Ramón Fontserè, Silvia Bel, Bea Segura, Juan
Diego, Félix Gómez, Irene Montalà, Ángels Poch, Ariadna Cabrol. PÁGINA WEB
OFICIAL: http://www.acontracorrientefilms.com/pelicula/127/insensibles/.
Siempre hemos comentado en este blog la larga tradición que el género de
terror y, en sentido amplio, del fantastique
ha tenido, desde hace muchos años, en España:
En el pasado, ha habido autores que se han dedicado exclusivamente (o
casi exclusivamente) al género (Paul Naschy, Jesús Franco, Amando de Ossorio,
Narciso Ibáñez Serrador) y otros que lo transitaron ocasionalmente (León
Klimovsky, Jorge Grau, Eloy de la Iglesia, Pedro Olea, Juan Piquer Simón). En
los últimos tiempos, Álex de la Iglesia, Alejandro Amenábar, Jaume Balagueró,
Paco Plaza, Guillermo del Toro, Juan Antonio Bayona, José Luis Alemán, Guillem
Morales u Oriol Paulo, entre otros muchos, han realizado aportaciones que han
elevado sustancialmente el nivel medio del género y han conseguido, simultáneamente,
sobresalientes éxitos de taquilla. Se suma a la lista Juan Carlos Medina que
debuta en el largometraje con Insensibles,
un film de notable factura técnica y visual y de firme pulso narrativo que, sin
embargo, falla, por desgracia, en su tramo final.
Insensibles desarrolla dos tramas paralelas que ayudan a
mantener el suspense generado por la historia y que enganchan la atención del
espectador a lo largo de todo su metraje. Por un lado, se narra cómo, en 1931,
unos niños desarrollan una extraña dolencia en un pueblo de Cataluña: no tienen
sensibilidad al dolor y, por tanto, desconocen qué es y su función de aviso al
cuerpo de la existencia de una dolencia o peligro, de modo que acaban
provocándose daño a ellos mismos y a otros niños. Por otro lado, en los tiempos
actuales, un cirujano sufre un accidente de automóvil y, a raíz de ello, su
vida experimenta un giro radical que le conducirá a la necesidad de indagar en
su pasado.
La película, en este sentido, entronca con muchas de las películas del
género que se han realizado en nuestro país en los últimos años, que
desarrollan su tramas (total o parcialmente) en los tiempos de la Guerra Civil
o de la II Guerra Mundial: El laberinto
del fauno (2006) de Guillermo del Toro, Balada
triste de trompeta (2010) de Álex de la Iglesia, Silencio en la nieve (2011) de Gerardo Herrero o El bosc (2012) de Óscar Aibar. Asimismo,
uno de sus dos coguionistas, Luiso Berdejo, ya realizó en 2005 (junto a Jorge
Dorado) el cortometraje La guerra, el
cual se desarrollaba en un contexto similar al que sirve de marco para Insensibles. También, su cortometraje For(r)est in the Des(s)ert, del año
2006, tiene puntos de contacto con esta historia (la presencia del bosque,
niños que dejan de estar con sus familias, la decepción del primer amor, el dolor autoinflingido…). Igualmente, cabe destacar el magnífico
acabado visual del film y su sabiduría narrativa, virtudes que también son
características habituales del cine de terror de nuestro país en los últimos
tiempos. Sin embargo, el tramo final de la película tiende a ser un poco
precipitado y, cuando llega el desenlace, es inevitable pensar que ciertos
aspectos del film han tenido un carácter puramente funcional y no acaban de
tener personalidad propia (pienso en el accidente de automóvil, en saber qué
pasa con el hijo del protagonista o en los personajes que aparecen en la trama
de los años 30) que parecen desaparecer, simplemente, cuando dejan de ser útiles
para la historia y dejan paso a otros cuya verosimilitud no llega a ser
convincente (¿nos creemos que los nazis estuvieron en Canfranc en los años
40?¿cómo es posible que lleguen a sobrevivir dos de los personajes clave de la
historia?).
En definitiva, Insensibles es
una película que se deja ver, que logra mantener la atención del espectador
durante los dos primeros tercios de su duración pero que, por culpa de su
desfallecimiento final, no logra tener un acabado redondo.
Nota (de 1 a 10): 6,5.
Lo que más me gustó: Su habilidad para mantener el suspense a
través de dos tramas paralelas.
Lo que menos me gustó: La historia se precipita en el último tercio
y, al final, deja demasiados cabos sueltos.
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