TÍTULO: El Hobbit: Un viaje
inesperado. TÍTULO ORIGINAL: The Hobbit: An Unexpected Journey. AÑO: 2012.
NACIONALIDAD: Estados Unidos-Nueva Zelanda. DIRECCIÓN: Peter Jackson. GUIÓN:
Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson y Guillermo del Toro, adaptando la
novela El Hobbit de J. R. R. Tolkien. MÚSICA ORIGINAL: Howard
Shore. INTÉRPRETES PRINCIPALES:
Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Ken Stott, Graham McTavish,
William Kircher, James Nesbitt, Stephen Hunter, Dean O´Gorman, Aidan Turner,
John Callen, Peter Hambleton, Jed Brophy, Mark Hadlow, Adam Brown, Ian Holm,
Elijah Wood, Hugo Weaving, Cate Blanchett, Christopher Lee, Andy Serkis,
Sylvester McCoy. PÁGINA WEB OFICIAL: http://wwws.warnerbros.es/thehobbitpart1/index.html.
Tras la laboriosa adaptación de El señor de los anillos, que Peter
Jackson regresara al universo de J. R. R. Tolkien y decidiera llevar a la
pantalla El Hobbit parecía una
decisión arriesgada. Iban a ser inevitables las comparaciones y el listón
estaba altísimo. Para comprobarlo, basta con ver la calificación que los
usuarios de la página web www.imdb.com dan a
las tres películas de la trilogía al día de hoy: La comunidad del anillo (2001) tiene una nota media de 8,8 y figura
en el puesto número 13 entre las mejores películas de la historia del cine; Las dos torres (2002) tiene una nota
media de 8,7 y ocupa la 21ª posición; a El
Retorno del Rey (2003) se le concede una nota de 8,8 y ocupa el 9º puesto.
Por tanto, las expectativas iniciales podían ser que íbamos a asistir a la
repetición de lo ya mostrado con anterioridad y que era imposible superar los
logros ya obtenidos. Sin embargo, El
Hobbit: Un viaje inesperado, película que inicia una nueva trilogía, rompe
con esa idea y consigue que no nos veamos obligados a recordar ni a añorar las
adaptaciones anteriores realizadas por el director neozelandés.
Merece la pena traer a colación
el remake que Peter Jackson hizo de King Kong en el año 2005. Teniendo el
film original una duración de 100 minutos, la nueva versión se prolongaba 187
minutos. Era, en realidad, un ejercicio de amplificación lograda a través del
ejercicio sistemático de una imaginación desbordante. Lo que en el film de 1933
se resolvía en unos pocos minutos, se desarrollaba ahora en una sucesión
interminable de imágenes diseñadas gracias a una catarata majestuosa de efectos
especiales. Con esa experiencia previa y liberado, quizás, de la obligación y
responsabilidad que suponía adaptar la anterior trilogía, Jackson se ha sentido
con las manos libres para estirar el relato de Tolkien (que, recordemos, no
llega a las 300 páginas en la versión en español de la Editorial Minotauro)
y convertirlo, en su plasmación cinematográfica, en una historia a la altura de
El señor de los anillos. O,
quizás, superior porque creo que esta
primera película supera el nivel alcanzado por los anteriores films ambientados
en la Tierra Media.
Porque, a pesar de que El Hobbit: Un viaje inesperado es una
gran película de acción, Jackson ha sabido incardinar la misma en una serie de
ejes temáticos bastante nítidos. Así, el afán, que anida en cada uno de
nosotros, de romper con la rutina de nuestras vidas, simbolizado en la figura
de Bilbo Bolsón (en este punto, reside, probablemente, el principal defecto de
la película, ya que no se logra reflejar de modo convincente el proceso
psicológico por el que el hobbit decide romper con su cómoda existencia –con la
que no parece estar muy disconforme- e iniciar su incierta aventura junto a
Gandalf y los enanos). También, el esfuerzo por recuperar el hogar perdido y un
pasado feliz, plasmado en la voluntad de recuperar el reino perdido de Erebor,
aspecto donde se logra la mayor intensidad emocional de la historia y la mejor
caracterización de un personaje, el de Thorin, interpretado por Richard
Armitage, quien logra transmitir con gran sobriedad una impresionante sensación
de nostalgia y melancolía (en este punto, conviene recalcar un hecho pocas
veces señalado: resulta difícil no vincular esta parte de la historia con la
propia biografía de Tolkien, quien nació en un país, el Estado Libre de Orange,
que dejó de existir a raíz de la II Guerra Anglo-Bóer, la cual vino originada, precisamente, por el hallazgo del mayor filón de oro
del mundo hasta la fecha –lo cual tiene un claro paralelismo con el inicio del
film-). Finalmente, el amor por la naturaleza y la presencia del mal vinculado
al afán de poder también tienen su peso, logrando proporcionar densidad
temática a la cinta.
En definitiva, El Hobbit: Un viaje inesperado es un
magnífico título de aventuras que, en mi opinión, supera a los de la trilogía
de El Señor de los Anillos. Por
desgracia, el recuerdo de esta última puede hacer que infravaloremos las
cualidades intrínsecas de este film.
Nota (de 1 a 10): 8.
Lo que más me gustó: Es un impresionante espectáculo visual. La
interpretación de Richard Armitage. La aparición de Gollum.
Lo que menos me gustó: El proceso psicológico de Bilbo Bolsón no se
muestra de modo convincente. El recuerdo de la trilogía de El Señor de los Anillos puede perjudicarle.
Fue un placer "casi inesperado" ir a ver la película mi mujer, mi hijo y contigo. Tras nuestra tertulia de cine antes y después de la película y tras lo leído anteriormente en tu interesante blog, sabía que harías una buena crítica. Pero al igual que la película has supetado ampliamente mis expectativas. Asi como mi humilde crónica que no hace mención a esos aspectos tan intetesantes de lo que simboliza la comodidad de Bilbo Bolson, el intento de recuperar el Reino Perdido, etc...
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