Antes de empezar la reseña de Skyfall, la última película del agente 007, les voy a hacer una pregunta aparentemente fácil: ¿Quiénes fueron los tres primeros actores que interpretaron al personaje de James Bond? Lean después de la reseña y, quizás, se lleven una sorpresa…
TÍTULO: Skyfall. TÍTULO
ORIGINAL: Skyfall. AÑO: 2012. NACIONALIDAD: Reino Unido. DIRECCIÓN: Sam Mendes. GUIÓN: Neal
Purvis, Robert Wade y John Logan, según el personaje creado por Ian Fleming. MÚSICA
ORIGINAL: Thomas Newman. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Daniel Craig, Judi Dench, Javier Bardem, Ralph
Fiennes, Naomie Harris, Bérénice Marlohe, Albert Finney, Ben Whishaw. PÁGINA
WEB OFICIAL: http://www.skyfall-movie.com/site/
y http://www.007.com/skyfall/.
Corre una leyenda urbana en torno
a Nunca digas nunca jamás (1983) de
Irvin Kershner –de la que, por supuesto, nunca sabremos si es verdad o no-, que
gira en torno a cómo iba a ser su secuencia inicial. Hubiésemos visto a un
James Bond borracho, mal vestido, con barba de varios días y desconectado de cualquier obligación y responsabilidad en
alguna playa del Caribe. Entonces, hubiesen llegado dos caballeros británicos a
su casa, elegantemente vestidos, que se dirigirían a él: “Señor Bond, venimos a
buscarle para que se reincorpore al Servicio Secreto de Su Majestad…”. Bond
hubiese respondido, en parte amargado, en parte desilusionado: “No quiero saber
nada de ustedes”. Sin embargo, los dos caballeros volverían a la carga: “¿Es que
acaso no le preocupa su país?”. “Ya no”, respondería el agente 007. Finalmente,
le darían el argumento definitivo: “Es que es ella quien se lo pide…”. “¿Quién es
ella?”, preguntaría Bond. “La reina”, le dirían sin ningún asomo de duda. Sólo
entonces, Bond iría a su habitación y, tras unos minutos, saldría perfectamente
afeitado, impecablemente vestido y completamente sobrio, preparado para
afrontar su nueva misión.
Aunque no aparece tal como la
hemos narrado, parte del espíritu de esta secuencia aparece al principio de la
última entrega de la serie Bond y ello es así porque encaja a la perfección con
algunos de los temas que se desarrollan a partir de la compleja trama de Skyfall.
En un momento dado, M, papel
interpretado por Judi Dench con su habitual maestría, afirma: “Los huérfanos
son nuestra mejor simiente”. Con ello, se hace aflorar una idea que, de forma
más implícita que explícita, ha sobrevalorado todas las películas de la
franquicia: en el fondo, Bond sublima, a través de su trabajo en la
Inteligencia británica, su propio desarraigo y su propia soledad, sustituyendo
esa familia que no tiene (y en Skyfall
conoceremos más detalles sobre ello) por la imagen de la reina como madre y,
quizás, la de su propio país como padre. Y, posiblemente, eso no sólo le
ocurrirá a él. Los Servicios Secretos (en el fondo, cualquier organización),
buscará utilizar los elementos emocionales (cuanto más primarios y elementales,
mejor) para conseguir la lealtad y máxima implicación de sus empleados.
El gran problema de ese empleo de
las emociones es que los conflictos que surgen son implacables y descarnados. Y
así, en Skyfall, la trama principal,
centrada en el enfrentamiento de los Servicios de Inteligencia con un villano
encarnado eficazmente por Javier Bardem, no será más que el enfrentamiento
entre Caín y Abel, un choque de confianzas traicionadas y lealtades engañadas en
el que no habrá lugar ni para la piedad ni para el perdón.
Siendo Skyfall la primera película de la serie dirigida por el ganador de
un Óscar, Sam Mendes (autor de las espléndidas American Beauty -1999- y Camino
a la perdición -2002-), ello se refleja en que se trata de una de las
mejores películas de toda la saga Bond. No obstante, considero que en su afán
por abarcar demasiados temas (el ya mencionado conflicto casi paterno-filial, la
encrucijada de aquellos cuyo tiempo parece haber pasado, la condición de
quienes son elegidos para participar en determinadas tareas –cuestión ejemplificada
en la metáfora de las ratas-), los mismos acaban desarrollándose sin el
suficiente orden y chocando, hasta cierto punto, entre ellos.
No obstante, Skyfall es un estimable film que va más allá de ser un gran
espectáculo visual hasta conseguir crear un clima emocional y reflexivo oscuro
y atormentado, que logra trascender los márgenes tradicionales de la saga para
alcanzar los rincones más tenebrosos de la naturaleza humana.
Nota (de 1 a 10): 7,5.
Lo que más me gustó: la brillantez de la puesta en escena, algo
habitual en todas las entregas de la franquicia.
Lo que menos gustó: los diversos subtextos de la trama se
entorpecen entre sí.
Al principio, preguntábamos
quiénes habían sido los tres primeros actores que habían interpretado a James
Bond. Muchos responderían del siguiente modo: Sean Connery, George Lazenby y
Roger Moore. Bien, pues esta respuesta sería INCORRECTA. La respuesta
correcta sería: Barry Nelson, Sean Connery y David Niven. Expliquémoslo.
La primera vez que se hizo una
adaptación de una novela de Ian Fleming fue en el año 1954, en la serie
televisiva estadounidense Climax!.
James Bond fue interpretado por el mencionado Barry Nelson y el título elegido para ser adaptado fue el de Casino Royale (de ahí que esta novela no formara parte de la saga
hasta recientemente, ya que la productora no tenía los derechos sobre la
misma). En YOUTUBE, aparece colgado el capítulo:
En 1962, se realizó la primera
entrega de la saga Bond, 007 contra el
Dr. No, dirigida por Terence Young y protagonizada, como es conocido, por
Sean Connery.
Antes de que Sean Connery en 1969, abandonara la franquicia, se hizo una parodia del personaje, utilizando, precisamente, la trama de Casino Royale. La película homónima, del año 1967, fue codirigida por John Huston, Val Guest, Ken Hughes, Joseph McGrath y Robert Parrish y, en ella, el papel del agente secreto recayó en David Niven.
Mendes ha logrado aportar su imagen de autor a un film de Bond, algo aparentemente imposible. De los mejores films de la saga por sus menciones cinematográficas e impacto.
ResponderEliminarEn 'Skyfall' nos encontramos a un Bond crepuscular, después de 50 años, que regresa al origen mientras se enfrenta a un malo ceniciento, Bardem, que se abraza a la muerte. Casi es una de Bergman. Jajaja. Un saludo!!!
ResponderEliminarEs cierto lo que dices porque los conflictos familiares y, sobre todo, los conflictos padre-hijo (que, en el fondo, es lo que late en "Skyfall") suelen ser la gran obsesión de Bergman. No obstante, a mí me da que la influencia en Mendes viene filtrada por otras referencias más cercanas, quizás Francis Ford Coppola. En el DVD de "American Beauty", sorprende en los comentarios que Mendes realiza, que se inspira, sobre todo, en directores del cine norteamericano, más que en los europeos (p. ej.: para el diseño de las oficinas de la revista donde trabaja Kevin Spacey se inspiró en "El apartamento" de Wilder).
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