HOLMES & WATSON. MADRID DAYS (o la poética de la nostalgia)



TÍTULO: Holmes & Watson. Madrid Days. TÍTULO ORIGINAL: Holmes & Watson. Madrid Days. AÑO: 2012. NACIONALIDAD: España. DIRECCIÓN: José Luis Garci. GUIÓN: José Luis Garci, María San Román Riveiro, Andrea Tenuta y Eduardo Torres-Dulce. MÚSICA ORIGINAL: Pablo Cervantes. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Gary Piquer, José Luis García Pérez, Victor Clavijo, Belén López, Macarena Gómez, Manuela Velasco, Leticia Dolera, Jorge Roelas, Manuel Tejada, Enrique Villén, Inocencio Arias, Carlos Hipólito.


Aunque puede parecer una afirmación sorprendente, me atrevo a decir que no es fácil entender el cine de José Luis Garci. Sobre todo, porque la tentación es dejarse llevar por las apariencias y emitir un juicio precipitado y superficial. De entrada, si analizamos toda su obra, lo cómodo sería dividirla en dos etapas. La primera (1977-1987), sería el testimonio de una época de profundos cambios en la sociedad española. Las películas que integran la que podríamos denominar la “Trilogía de la Transición” (Asignatura pendiente -1977-, Solos en la madrugada -1978- y Las verdes praderas -1979-), el díptico adscrito al “género negro” (El crack -1981- y El crack 2 -1983-) y la “Trilogía de la Melancolía” (Volver a empezar -1982, primera película en lengua española en ganar el Oscar a la Mejor Película en Lengua no Inglesa-, Sesión continua -1984- y Asignatura aprobada -1987-) serían el reflejo de una época y, quizás, de la evolución desde la esperanza al desencanto. Tras el paréntesis que supusieron las dos temporadas de Historias del otro lado, serie realizada para Televisión Española, lo convencional es decir que el cine de Garci dio, a partir de 1994, un giro hacia los modos y maneras del cine clásico (el de los años 40 y 50, el de los años de máximo esplendor de Hollywood y el de la madurez de genios como Renoir, Ophüls o Dreyer). Así, habría una “Trilogía del Melodrama” (con Canción de cuna -1994-, La herida luminosa -1997- y El abuelo -1998-), una “Trilogía de la Posguerra” (You're the one -2000-, Historia de un beso -2002- y Tiovivo c. 1950 -2004-) y, tras Ninette (2005), la que podríamos llamar “Trilogía de la Historia” (con Luz de domingo -2007-, Sangre de mayo -2008- y Holmes & Watson. Madrid Days -2012-). Si nos quedamos ahí, no habríamos dicho nada que estuviera en contra de la opinión extendida de críticos y entendidos. Y, sin embargo, nos estaríamos equivocando completamente.






Si me preguntasen cuál sería la primera película que habría de ver de Garci para comprender su cine de forma cabal, no lo dudaría dos veces: Sesión continua. En ella, es donde se percibe más claramente la visión del director y la que nos hace descubrir que la división en dos etapas que antes hemos hecho tiene mucho de falacia. Allí descubriremos que, para Garci, el cine es una realidad de repuesto, un espacio idealizado donde ampararnos de la intemperie de la vida, un lugar en el que todo es posible y todo acaba teniendo su solución, que es reflejo de la realidad pero que evita sus asperezas y severidades. Y, al final, resulta evidente que, su primera etapa, detrás de su apariencia testimonial, encierra, al igual que todo su cine posterior, la nostalgia por un mundo que, en última instancia, sólo puede existir proyectado en una pantalla. Sólo desde esa perspectiva, se puede entender Holmes & Watson. Madrid Days, película que encierra otro posible equívoco. Si se quiere ver este film como la narración de la investigación de unos asesinatos llevada a cabo por Sherlock Holmes y su inseparable Watson, el espectador se decepcionaría. Porque, afortunadamente, va más allá. Holmes y Watson son como las cámaras, los ojos, las miradas que registran el languidecer de una era, el lento final de un mundo destinado a extinguirse.







El hecho de que la historia parta de unos asesinatos cometidos, presuntamente, por Jack el Destripador en Madrid, es el simple macguffin hitchcockiano, es decir, una mera excusa para entrar de lleno en el auténtico tema de la película. Y, de acuerdo con la naturaleza del cine y la condición de la memoria y de los mundos en decadencia, los límites entre sueño y realidad se difuminan hasta no poder distinguir uno de otra. Y así, a lo largo de la película, Holmes hablará de un Madrid que es idéntico al de sus sueños. (¿Será otro sueño la propia película? Sí, porque toda película, en el fondo, no es más que un sueño que se interrumpe al encenderse la luz de la sala…).

Pero, frente a lo efímero, aflora lo eterno: la fuerza de las relaciones humanas, la amistad, el amor (con Holmes y Watson como polos opuestos en sus respectivas actitudes respecto a la mujer), el afán de cambio y progreso, el poder del arte y la literatura… Y, en contrapartida, el mal, un mal que, aunque sea subrepticiamente, mueve sus hilos para acallar todo lo bueno de lo que es capaz el ser humano.

Partiendo de estas premisas, Holmes & Watson. Madrid Days es una pequeña maravilla que nos hará disfrutar con la habitual maestría técnica del director, una magnífica ambientación de la época retratada y unas estupendas interpretaciones, entre las que destacaría las de Gary Piquer, José Luis García Pérez, Belén López (fascinante en su caracterización como Irene Adler, el gran amor de Holmes) y Manuela Velasco.

Cuando la película termina, lo que recordaremos de ella será su visión sobre la complejidad del amor y la grandeza de la amistad, su retrato de una época que ya no existe y la constatación de que, por desgracia, las formas del mal se reproducen y son siempre las mismas (y la sutileza del desenlace invita a trazar siniestros paralelismos con el presente).


Nota (de 0 a 10): 7.

Lo que más me gustó: Su eficaz ambientación. Su fotografía. El trabajo de todo el reparto.

Lo que menos me gustó: La precipitación del desenlace choca con el ritmo lento del film. Dicho ritmo, además, no gustará a todos los espectadores (aunque yo lo considero necesario por la propia naturaleza del film).


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