Normalmente, la atención de los
medios se vuelca en las grandes superproducciones y tienden a asociar a ellas
el éxito cinematográfico. Evidentemente, esto es profundamente inexacto. Ha habido
obras con grandes presupuestos que han significado grandes fracasos artísticos
y comerciales y películas “pequeñas” que han contado con el favor de crítica y
público. En la entrada de hoy de nuestro blog, vamos a hablar de títulos que se
salen de los parámetros habituales de los blockbusters
pero que, no por ello, tienen su indudable interés.
Uno de las innovaciones que, en
los últimos años, ha favorecido la distribución de obras de presupuesto
limitado ha sido internet. El pasado 28 de septiembre, en el Salón de Actos del
Cortijo del Alamillo, en Sevilla, tuvo lugar la presentación de la web-serie En Bruto, realizada por la productora
Made in En Bruto, con El Chirrio Producciones como productora colaboradora. La
serie, creación de Pepo Chenoll y de mi amigo Ignacio Nieto, tiene como origen el
cortometraje homónimo, que pueden ver en el siguiente enlace:
Dicho cortometraje, que constituía un homenaje implícito al cine de Luis García Berlanga (tanto por su carácter coral como por su referencia al “Imperio Austro-Húngaro”), constituye el punto de partida de la serie, cuyos sucesivos capítulos podrán verse en la siguiente página web:
El capítulo 0 está en la red
desde hoy, 30 de septiembre:
http://www.madeinenbruto.com/#!cap%C3%ADtulo-0
http://www.madeinenbruto.com/#!cap%C3%ADtulo-0
Es decir, ya podemos saber qué
pasa con el famoso diamante del Imperio Austrohúngaro…
THE DEEP BLUE SEA (o la fuerza de la pasión)
TÍTULO: The Deep Blue Sea.
TÍTULO ORIGINAL: The Deep Blue Sea. AÑO: 2011. NACIONALIDAD: Reino Unido. DIRECCIÓN: Terence Davies. GUIÓN: Terence Davies, adaptando una
obra teatral de Terence Rattigan. MÚSICA ORIGINAL: Samuel Barber. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Rachel Weisz, Tom Hiddleston, Simon Russell
Beale, Ann Mitchell, Jolyon Coy, Karl Johnson, Harry Hadden-Paton, Sarah Kants,
Oliver Ford Davies, Barbara Jefford. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.facebook.com/TheDeepBlueSeaFilm
y http://www.musicboxfilms.com/the-deep-blue-sea-movies-1.php.
Es conocida la habilidad británica
para hacer cine de época, para reflejar tiempos pasados, gracias a las
magníficas ambientaciones y el saber hacer interpretativo. The Deep Blue Sea es otro buen ejemplo de todo ello. Dirigida por
Terence Davies (que consiguió hacer una obra maestra con La casa de la alegría -2000-), adapta una obra teatral de Terence
Rattigan, que ya fue llevada al cine con anterioridad, en 1955, por Anatole Litvak,
con Vivien Leigh como protagonista.
En esta ocasión, Davies, aunque mantiene muchas de las virtudes que demostró
con La casa de la alegría, no
consigue alcanzar el mismo nivel que consiguió con dicho film.
The Deep Blue Sea tiene una estructura circular. Es de noche y
vemos una construcción derruida (quizás como consecuencia de los bombardeos de
la recién terminada II Guerra Mundial, quizás por el simple paso del tiempo) y,
desde ahí, la cámara, en un solemne desplazamiento, nos lleva hasta una pensión
donde vive la protagonista, interpretada por una magnífica Rachel Weisz. A
partir de ahí, se va narrando su drama, alternando su situación presente con
sucesivos flash-backs, hasta que, al
final, ya de día, en otro solemne desplazamiento, la cámara se va alejando de
la pensión hasta volver a la construcción derruida inicial.
Entre medias, veremos la historia
de una pasión que rompe con los tabúes y convencionalismos sociales, y cuyo
desenlace nos deja un sabor agridulce. ¿Es la pasión un mero paréntesis en una
vida que nos oprime? (Esa construcción con que empieza y termina el film no
sería, entonces, otra cosa que un símbolo de esa desolación a la que,
inevitablemente, nos vemos abocados.) ¿Es la pasión, a pesar de todo, la fuerza
que nos permite seguir viviendo? (Ese paso de la noche al día podría ser un signo
de esta interpretación.) ¿Es la película el reflejo del cambio de mentalidad
surgido a raíz del final de la II Guerra Mundial y de sus consecuencias? (Y
esas ruinas, de este modo, no serían más que el símbolo de unas formas de
pensar y actuar periclitadas.)
Todas estas posibles lecturas se
derivan de una película realizada con extraordinaria sencillez pero que,
gracias a su magnífico trío protagonista, logra transmitir con gran convicción
el núcleo del conflicto que se desarrolla en la misma.
Sin embargo, cualquier espectador
notará, consciente o inconscientemente, que algo falla en el film. Y es que su problema
radica en que casa mal que una historia que trata de la pasión tenga un ritmo
lento y un tono tan frío. Eso supone una contradicción importante que impide
que la cinta aproveche todo el potencial que muchas de sus virtudes permiten
vislumbrar.
Nota (de 1 a 10): 6,5.
Lo que más me gustó: Las interpretaciones de Rachel Weisz, Tom
Hiddleston y Simon Russell Beale.
Lo que menos me gustó: ¿Debe ser tan gélida una película sobre la
pasión?
A ROMA CON AMOR (o todos los caminos llevan a Woody Allen)
TÍTULO: A Roma con Amor. TÍTULO ORIGINAL: To Rome with Love.
AÑO: 2012. NACIONALIDAD: Estados Unidos-España-Italia.
DIRECCIÓN Y GUIÓN: Woody Allen. INTÉRPRETES PRINCIPALES: Woody Allen, Alec Baldwin, Roberto
Benigni, Penélope Cruz, Judy Davis, Jesse Eisenberg, Greta Gerwig, Ellen Page,
Flavio Parenti, Alison Pill, Alessandro Tiberi, Alessandra Mastronardi, Fabio
Armiliato. PÁGINA WEB OFICIAL: http://sonyclassics.com/toromewithlove/.
Woody Allen ha vuelto a cumplir
con el rito de su película anual. Siguiendo por su periplo europeo, y después de hacer en París una obra maestra,
ahora le toca el turno a Roma, donde, sin llegar al nivel de su film anterior,
logra realizar una muy estimable comedia en la que se aúnan su audacia
narrativa y su increíble capacidad para entretener y hacer reír.
Fue David W. Griffith quien descubrió, a golpe de intuición, los conceptos de “espacio cinematográfico” y de “tempo cinematográfico”. Toda película se desarrolla en un lugar que sólo existe en la película misma y en un tiempo ajeno al tiempo habitual, en un tiempo que el montaje y el ritmo del film crean a su antojo y capricho. A partir de ahí, la mayoría de los directores han utilizado estos conceptos de forma convencional, pero ha habido otros (Eisenstein, Epstein, Buñuel, Resnais, Kubrick, Tarkovski, Lynch, Wong Kar Wai) que los han retorcido y llevado a su extremo hasta crear obras inclasificables que han conseguido que el lenguaje cinematográfico llegue hasta el límite de sus posibilidades.
La audacia de A Roma con amor es distorsionar esos
conceptos básicos antes aludidos para enlazar cuatro historias muy diferentes
entre ellas y hacerlo en una comedia, género muy alejado, en general, de
cualquier voluntad experimentadora. Aunque pueda pasar inadvertido, las cuatro
tramas se despliegan en intervalos temporales absolutamente diferentes pero, a
pesar de ello, se van entrelazando con gran maestría, constituyendo un gran
ejemplo de la madurez creativa de Woody Allen.
Además, una vez que termina la
película, nos va a resultar hasta lógico el planteamiento elegido: en una
ciudad donde se alternan las viejas ruinas imperiales, las grandes obras del Renacimiento
y construcciones modernas, el elemento temporal se diluye y es posible
fantasear con ritmos cronológicos alternativos.
Aparte de todo eso, les aseguro
que, si ven la película, se van a reír bastante con unas historias que
sorprenden con su capacidad imaginativa y con unas magníficas interpretaciones,
que ya son marca habitual de los films de Allen. ¿Qué más se puede pedir?
Nota (de 1 a 10): 7.
Lo que más me gustó: Su audacia narrativa.
Lo que menos me gustó: Se toma poco en serio a sí misma.
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