KANIMAMBO – TRES VISIONES
DE MOZAMBIQUE (o el lugar donde habitan “los héroes de lo cotidiano”)
TÍTULO: Kanimambo – Tres visiones
de Mozambique. AÑO: 2012. NACIONALIDAD: España.
DIRECCIÓN Y GUIÓN: Abdelatif Hwidar, Carla Subirana y Adán Aliaga. PRODUCTORES: Sergio Castellote y Luis
Miñarro. INTÉRPRETES PRINCIPALES: CAPÍTULO “Custodio”: Mario Mabjaia, Kelvin
Mabjaia, Abdelatif Hwidar, Nelson Mabuie, Dani Antonio, Paulo Guambe, Ilda
Abdala, Andre Muhai. CAPÍTULO “Madalena”: Julia Gabriel Mamganhele, Fátima
Mucavel, Isabel Nhassengo, Mateo Iscar, Elvira Prado. CAPÍTULO “Joana”: Cecilia
Manoca, Chico Antonio, Marilia Tivane. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Pere Pueyo y
Anna Molins. MONTAJE: Cristóbal Fernández. PÁGINA WEB OFICIAL: http://www.eddiesaeta.com/KANIMAMBO/
Kanimambo es un largometraje semidocumental, rodado en Mozambique,
y compuesto por tres segmentos independientes (aunque sutilmente
interrelacionados), realizado cada uno de ellos por un director diferente.
Carla Subirana, directora del segmento central (llamado “Madalena”) creo que
atinó con la definición exacta de la película, en la medida en que,
efectivamente, su tema es la de unas personas que, por las circunstancias del
país en que viven, se convierten en “héroes de lo cotidiano”. Estos héroes se
muestran delante de la cámara con absoluta naturalidad y transmiten sólo con
sus miradas, con sus gestos, con sus movimientos todo el drama pero, a la vez,
todas las esperanzas que pueblan sus vidas, convirtiendo a este film en un
testimonio visual fascinante y emotivo, que nos acerca a una realidad apenas
conocida pero que se intuye mucho más amplia y compleja de lo que se nos
muestra en la cinta.
Kanimambo significa “gracias” en el dialecto “shangana”, el cual es mayoritario en Maputo, capital del país. Los directores comentaron que es una palabra que constantemente dicen los habitantes de la zona, posiblemente no sólo por cortesía sino como consecuencia de una situación en que superar cada día es una pequeña gesta, resolver problemas que en los países desarrollados se solucionan sin dificultad es una hazaña y sobrevivir a determinadas circunstancias es un milagro. A pesar de ello, los protagonistas (la mayoría de ellos no son actores profesionales si exceptuamos el primer segmento) se muestran optimistas, abiertos y se manifiestan con absoluta franqueza y apertura ante las cámaras. En la rueda de prensa posterior al pase de la película, los directores hablan de un detalle que normalmente se nos pasa desapercibido: en la mayoría de las aldeas, el espejo no es un elemento habitual entre los enseres domésticos. Por ello, las personas se preocupan menos por su imagen externa y tienden a actuar sin ningún tipo de doblez, ocultamiento o hipocresía.
Sería muy difícil desgranar todas
las historias que se vislumbran en la película (antiguos soldados que aún
tienen en su cuerpo balas pendientes de extraer, músicos ciegos que fabrican sus
propios instrumentos, mujeres que van de pueblo en pueblo para ayudar a los
enfermos de SIDA, personas que se ayudan unas a otras con generosidad y
amplitud de miras, niños que, a pesar de sus problemas, desprenden una luz
inolvidable de sus miradas…) y comentar todos los matices que los directores
aportaron, pero sí cabe decir que ver Kanimambo
fue una grata sorpresa que es un soplo de aire fresco que aporta
originalidad y la conjunción de unas miradas muy personales (de hecho, este fue
el criterio que utilizaron los productores para elegir a los tres directores:
la personalidad de su mirada).
Proyecto complejo que necesitó un
primer viaje a Mozambique de un mes, un año de preparación y un segundo viaje
al lugar (donde se tuvo que reestructurar el guión inicial debido a que se
perdió la pista a algunos de los personajes reales que iban a protagonizar las
historias), pienso que Kanimambo va a
ser una película minoritaria a pesar de sus valores. Pero, a pesar de todo
ello, quienes gusten de este tipo de cine, encontrarán un magnífico film que
les abrirá los ojos a una realidad que demanda muchas más películas como esta
para darla a conocer.
Nota (de 1 a 10): 7.
Lo que más me gustó: su poderío visual, a pesar de su austeridad.
Lo que menos me gustó: Por desgracia, va a ser una película
minoritaria.
MEMORIA DE MIS
PUTAS TRISTES (o los problemas de las adaptaciones)
TÍTULO: Memoria de mis putas
tristes. AÑO: 2012. NACIONALIDAD:
México-Dinamarca-España-Estados Unidos. DIRECCIÓN: Henning Carlsen. GUIÓN:
Jean-Claude Carriere y Henning Carlsen, adaptando la novela homónima de Gabriel
García Márquez. INTÉRPRETES
PRINCIPALES: Emilio Echevarría, Geraldine Chaplin, Paola Medina, Ángela Molina,
Olivia Molina, Alejandra Barros, Dominika Paleta. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA:
Alejandro Martínez. MONTAJE: Anders Refn.
En la rueda de prensa posterior
al pase de esta película, salió el tema de la “maldición” que arrastran las
adaptaciones que se han hecho de los relatos y novelas de Gabriel García
Márquez (entre otras, Crónica de una
muerte anunciada -1987- de Francesco Rosi, El coronel no tiene quien le escriba -1999- de Arturo Ripstein, El amor en los tiempos del cólera -2007-
de Mike Newell o Del amor y otros
demonios -2009- de Hilda Hidalgo), en el sentido de que la obra
cinematográfica no alcanza el nivel del original literario. Este es un problema
que no sólo afecta a las obras del Premio Nobel colombiano sino, en general, a
todas las obras literarias de primer nivel, que no logran ser trasplantadas al
lenguaje del Séptimo Arte sin perder calidad o profundidad. Realmente, la única
forma de lograr un equivalente cinematográfico es, muchas veces, apartándose
deliberada y radicalmente del original, para lograr transmitir el espíritu de
la obra inspiradora pero con unas formas y modos ajustados a los requerimientos
del medio visual. El mejor ejemplo de ello es lo que hizo Francis Ford Coppola
con El corazón de las tinieblas de
Joseph Conrad: trasladó la acción desde el antiguo Congo Belga a la guerra de
Vietnam y desde el entorno de una compañía comercial al ejército. El resultado
fue Apocalypse Now (1979) y este film
constituye una obra maestra de la historia del cine como la novela de Conrad es
una obra maestra de la historia de la literatura. (Otra cosa es coger una
novela de no mucha calidad, así es fácil mejorar el nivel…). Sin embargo, esta
lección no la aprende casi nadie…
Con lo que he dicho con anterioridad, habrán deducido que esta película no me ha acabado de convencer. Y, efectivamente, es así… Aunque el reparto brilla a muy buen nivel y la producción goza de gran dignidad, al final el film falla en un elemento fundamental: comprender los motivos del protagonista y seguirlo en su evolución hasta su redención final. Porque El Sabio (interpretado por Emilio Echevarría) nunca ha conocido el amor y su relación con mujeres se ha limitado a la de las prostitutas con las que ha estado… ¿De dónde viene el comportamiento del personaje? Ni lo intuimos, ni lo vislumbramos aunque podemos especular en función de lo que se ve en la película… Pero, a partir de que debemos especular, la situación empieza a perder verosimilitud y consistencia…
Memoria de mis putas tristes ha sido un proyecto difícil y cuya
finalización a buen término ha pasado por muchos avatares. Según comentó el
productor mexicano Vicente Aldape en la rueda de prensa posterior al pase de la
película, su embrión fue un guión del director, el danés Henning Carlsen, y del
afamado guionista Jean-Claude Carrière (colaborador habitual de Luis Buñuel).
Tras conseguir el visto bueno de García Márquez y estar buscando tres años
financiación para el proyecto, la entrada de la productora danesa Crone Film y,
en un momento anterior, del propio Vicente Aldape fueron fundamentales para que
el mismo pudiera ponerse en marcha, aunque problemas posteriores retrasaron su culminación.
Como curiosidad, cabe decir que esta va a ser la última adaptación que se haga
de una obra de García Márquez, ya que no se van a dar más permisos para más
adaptaciones.
Creo que todas estas
circunstancias, que repercutieron en la elaboración del propio guión, han sido
motivos para que la película no alcance el nivel que, con la calidad del equipo
implicado, hubiera sido posible alcanzar.
Nota (de 1 a 10): 6.
Lo que más me gustó: el reparto y algunos momentos de humor (p ej.
el de la fiesta de cumpleaños del protagonista).
Lo que menos me gustó: el resultado final queda un tanto
deslavazado.
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