TÍTULO: Canto cósmico. TÍTULO ORIGINAL: Canto cósmico. AÑO: 2021. NACIONALIDAD: España. DIRECCIÓN Y GUION: Marc Sempere-Moya y Leire Apellániz. MONTAJE: Marcos Flórez. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Agnès Piqué Corbera. PERSONAS QUE APARECEN: Niño de Elche, Paqui Molina, Aladino Contreras, Pedro G. Romero, Manuel León, Raúl Cantizano, Antonio Orihuela, Los Voluble, Pepe Cicuta, C. Tangana, Estefanía Serrano, Miguel Álvarez-Fernández, Israel Galván, Angélica Liddell, Ramón Andrés, Eric Jiménez, Ernesto Artillo. DURACIÓN: 93 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: https://www.margenes.org/es/Festival/2021/pelicula/61667b298e9029644f316295.
CALIFICACIÓN:
Es muy difícil resumir en pocas líneas la trayectoria y el significado de la figura de Francisco Contreras Molina, más conocido por su nombre artístico, Niño de Elche, un artista que empezó siendo un cantaor flamenco ortodoxo (fue ganador, por ejemplo, entre otros muchos, del II Concurso Nacional de Tarantas y Tarantos en Almería, en mayo de 2002, y del primer premio a los cantes de Levante en el Concurso Nacional de Lo Ferro en Torre Pacheco –Murcia–, en agosto de 2003) pero que, poco a poco, ha ido adentrándose en otros territorios creativos y estéticos muy alejados del punto de partida de su trayectoria artística. Sus álbumes Antología del cante flamenco heterodoxo (2018), Colombiana (2019), La distancia entre el barro y la electrónica. Siete diferencias valdelomarianas (2020) y su reciente La exclusión (2021) y los realizados junto a Los Voluble, Niño de Elche + Los Voluble (2016), y Los Planetas, Fuerza nueva (2019) son exploraciones en un terreno innovador y experimental, que ha roto esquemas y puentes con el flamenco ortodoxo y que ha supuesto crear un estilo propio, personal e inconfundible que supone todo un reto para el público y para los críticos y analistas musicales. Ahora, el documental Canto cósmico, codirigido por Marc-Sempere Moya y Leire Apellániz, se aproxima a la figura de Niño de Elche del mismo modo rompedor, retador y desafiante con que el cantaor (o excantaor, según se mire) aborda su música y nos ofrece una propuesta que no nos da respuestas sino que nos plantea las preguntas para que, a su vez, el espectador se haga más preguntas aún y llegue a la única no-conclusión posible: que Canto cósmico nos muestra los perfiles de una apuesta creativa al todo o nada que nace de la convicción de que en el arte rige esa máxima, tan incomprendida por manoseada, de “renovarse o morir” y de que todo lo que no sea no-repetirse, no proceder de forma puramente artesanal en términos creativos, es condenar a la muerte a la disciplina artística que se pretende venerar.
Canto cósmico retrata, no tanto la figura de Niño de Elche, sino, más bien, el estado actual de su viaje personal y artístico mediante aproximaciones sucesivas que se realizan desde diferentes enfoques y perspectivas: sus orígenes familiares, sus primeras actuaciones musicales, su estilo como cantaor ortodoxo, su evolución hacia una nueva forma de entender la música, las opiniones y performances de muchos de sus amigos, admiradores, compañeros de aventura y colaboradores habituales (Pedro G. Romero, Antonio Orihuela, Ramón Andrés, Los Voluble, C. Tangana, Angélica Liddell…), las opiniones de aficionados al flamenco críticos con sus proyectos experimentales, la relación actual con sus padres (Paqui Molina y Aladino Contreras) y performances protagonizadas por el propio artista que ilustran su devenir y sus intenciones actuales. Posiblemente, llegados a este punto de la reseña, hay que matizar todo lo dicho intentando explicar que, siendo Niño de Elche el gran protagonista de la película, es inevitable que los recovecos de la reflexión conduzcan a otros terrenos y perspectivas: ¿cómo considerar las obras y creaciones que son mera réplica y reflejo de obras y creaciones ya creadas?¿cómo enfrentarnos a lo que nos lleva a territorio desconocido?¿debemos aplicar los mismos criterios a lo repetitivo y redundante que a lo que intenta abrir nuevos caminos y posibilidades?¿las creaciones innovadoras necesitan de un tipo concreto de público dispuesto a aceptar el reto que las mismas suponen? En definitiva, Canto cósmico es un documental sugerente y fascinante, alejado de cualquier tipo de convencionalismo, que obliga al espectador a plantearse qué puede ser considerado como creación artística genuina y cómo podemos aproximarnos a propuestas que desafían los códigos y las formas de expresión establecidos y aceptados para construir nuevos modos de ver el mundo, la realidad y hasta a nosotros mismos.
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