LOS INOCENTES DE GUILLERMO BENET. ENTREVISTA A SU DIRECTOR

 


El pasado mes de diciembre, tuvimos la oportunidad de comentar los títulos que se pudieron ver en el Festival Márgenes 2020 y uno de ellos, la película española Los inocentes, opera prima en el largometraje de Guillermo Benet, se convirtió automáticamente no solo en una de nuestras obras favoritas del certamen sino en uno de los mejores films que, según nuestra opinión, habíamos visto en el duro y complicado año 2020. Los inocentes parte de un hecho narrado en un famoso documental de 2014 (si siguen leyendo el artículo, sabrán cuál es) para, a partir de él y con importantes dosis de ficcionalización, reflexionar sobre cómo los diferentes personajes que integran un grupo de amigos reaccionarían y se comportarían ante la situación generada. Contada en forma coral desde los puntos de vista de cada personaje, Los inocentes es un prodigio de narración fílmica en el que, sin redundancias ni subrayados inútiles ni concesiones a cualquier tipo de convencionalismo, se logra hacer un profundo y preciso retrato generacional que causará de todo menos indiferencia. Ahora, Los inocentes se estrena en salas comerciales este viernes 12 de marzo y hemos tenido la oportunidad de hablar con el director, que nos ha contado detalles muy interesantes sobre su película y nos ha transmitido a la perfección su estilo e intenciones.


Guillermo Benet, director de Los inocentes


CINE ARTE MAGAZINE: Hola, Guillermo. El origen de Los inocentes está en un cortometraje del mismo título que pudimos ver en el Festival de Málaga de 2019. ¿Cómo ha sido el proceso de pasar del corto al largometraje?¿Tenías claro desde el principio cómo iba a ser el paso de un formato a otro o ello solo se fue definiendo conforme viste que era posible convertir el proyecto en realidad?

GUILLERMO BENET: El caso de Los inocentes ha sido un poco especial o raro en ese sentido. Cuando preparamos el rodaje, lo hicimos ya con la idea en la cabeza de que iba a haber dos películas que saliesen de ese material, que iba a haber un cortometraje y un largometraje. Teníamos los dos guiones y ambos coexistían dentro de un mismo universo pero eran películas distintas. De esta manera, el cortometraje no es una parte del largometraje, no es una pieza o una porción del largometraje. Es una película completamente independiente con una forma y unas características distintas a las del largometraje. Comparten muchos elementos: personajes, espacios, puesta en escena… Sin embargo, son películas muy distintas.  Me parece muy interesante ver la relación entre ambas películas, como la información se organiza de manera casi opuesta, lo que nos lleva a películas de naturaleza distinta. Una es más una película de suspense y la otra es más un drama. Creo que el largometraje es más interesante, profundiza más en los temas, en los personajes y creo que su propuesta formal es más poderosa. No obstante, estoy muy orgulloso de la creación de ambas películas.

 


Pablo Gómez-Pando (en primer plano) y Raúl de la Torre (atrás) en un momento clave de Los inocentes de Guillermo Benet 


CINE ARTE MAGAZINE: El detonante de toda la trama de Los inocentes está inspirado en un hecho real que fue la base de un muy conocido documental de 2014. Tu película no gira en torno a ese hecho concreto sino que es una reflexión sobre las conductas y comportamientos que se pueden derivar de un hecho de esas características. ¿Te resultó difícil encontrar la forma de distanciarte del hecho real de modo que el espectador se centrara solo en el auténtico tema de la película?

GUILLERMO BENET: No creo que fuese difícil distanciarse del hecho real porque en la sociedad en la que vivimos ese tipo de violencia se encuentra en todas partes. Cada poco tiempo suceden hechos similares a los que narra Ciutat morta (aunque no siempre el final sea tan trágico) y en todas las ciudades han ocurrido y ocurrirán sucesos similares. Esta universalización de ese tipo de violencia nos permite descontextualizar los hechos. Construir una ciudad que puede ser cualquier ciudad. Acercar el conflicto a tu calle y a tu casa. Al final estamos hablando de una generación, de un momento, de una situación, no de un lugar o de un contexto determinado. La película surge de intentar comprender cómo sería si yo mismo y la gente que me rodea estuviésemos en el centro de ese huracán, cómo responderíamos a esa situación. Quiero matizar que no creo que esa violencia sea tan solo el acto vandálico de tirar piedras o quemar contenedores, esa violencia empieza antes y acaba mucho más tarde. Esa violencia empieza con los reyes que huyen del país y continúa con el suicidio de una joven inocente que tiene que volver a entrar en prisión por un delito que no ha cometido, como es el caso de Ciutat morta. El tema de la violencia en nuestra sociedad es muy complejo y resumirlo en algo tan sencillo como apoyas la violencia o la condenas es eludir el tema. Es obviar que esa violencia es la manifestación natural del sistema en el que vivimos.   


Olivia Delcán interpreta a uno de los personajes que se enfrentará a un complicado dilema en Los inocentes 


CINE ARTE MAGAZINE: El argumento de Los inocentes está narrado de forma coral y fragmentaria. Hay que suponer que, por el carácter fundamental que tenía, la labor de montaje tuvo que ser ardua y laboriosa.

GUILLERMO BENET: Sí, la labor de montaje fue complicada pero creo que por motivos distintos a los que apuntas. El guion de la película estaba muy escrito, era un guión muy trabajado que contenía todos los elementos que se ven en la película. Además, la puesta en escena y su planificación –en la que casi todas las secuencias son planos secuencia– hacían que el número de cortes de la película no sea demasiado alto. De alguna manera, la estructura de la película venía muy marcada desde el guion y por su naturaleza era difícil ir contra ella. Sin embargo, salimos del rodaje con mucho más material del que esperábamos. El primer corte de la película duraba tres horas. Así que el trabajo de montaje consistió en entender cuál era el corazón de cada secuencia, como potenciar su núcleo narrativo y cómo relacionarlo con el resto de la película. Creo que Perig Guinamant, el montador, ha hecho un trabajo increíble de análisis narrativo y ha trabajado de manera magistral las elipsis. Cada escena tenía muchos puntos de entrada y de salida. Había muchos lugares donde empezar y dónde terminar cada escena. Construir un ritmo, atender al cambio de los puntos de vista y encima potenciar el proceso interior de cada personaje no era fácil. Cada corte valía su peso en oro y creo que el resultado es muy bueno.



Susana Abaitua en uno de los momentos de Los inocentes de Guillermo Benet


CINE ARTE MAGAZINE: Tal como está narrada la película, el trabajo actoral no era precisamente fácil y, a pesar de ello, el nivel con que brilla todo el reparto es impresionante (Pablo Gómez-Pando, Olivia Delcán, Susana Abaitua, Pilar Bergés, Violeta Orgaz, Raúl de la Torre), con alguna transformación física (concretamente, la de Olivia) verdaderamente espectacular. ¿Qué nos puedes decir del trabajo del reparto y qué crees que fue lo más complicado a la hora de llevarlo a cabo?

GUILLERMO BENET: Desde el principio, tenía muy claro que tenía que contar con actores muy buenos. Actores que supiesen manejar el texto, improvisar y crear toda la tensión que había en el guion. Una de las cosas más complicadas fue encontrar el estado de ánimo y de tensión que el guion requería. Los primeros días, cuando hicimos una mesa italiana con el texto, algunos diálogos resultaban complicados y absurdos. Desde la relajación que te provoca estar sentado en una mesa, el texto no funcionaba. Muy pronto, nos dimos cuenta de que la energía de la escena debía ser muy tensa. A partir de ahí, empezamos a elaborar improvisaciones que generasen esa tensión que colocase a los actores en un punto de partida que hiciese que el texto funcionase. Por otro lado, los cambios de punto de vista nos llevaban a elaborar improvisaciones casi opuestas de cada personaje en función de quien lo estuviese viendo. En ese punto es donde me parece que todos ellos hacen un trabajo más impresionante. Variar a tu personaje en función de cómo te ve el de enfrente mientras construyes la tensión que hay en toda esa noche es muy complicado y, sin embargo, creo que todos ellos están a un nivel muy, muy bueno. Además, quiero destacar el enorme compañerismo que ha habido entre ellos. Por como son los planos de la película, mucho de su trabajo está en el fuera de campo. Había días que venían a trabajar para sus compañeros, a generar la escena que sus compañeros y que la película necesitaba, sabiendo que tan solo se les iba a escuchar. Esto solo es posible gracias a que su nivel de implicación con la película fue absoluto. 



 Raúl de la Torre en una tensa escena de Los inocentes

 

CINE ARTE MAGAZINE: ¿Busca Los inocentes ser una reflexión sobre cómo, a pesar de las creencias y valores que decimos defender, muchas veces los factores individuales e individualistas son los que acaban determinando nuestros comportamientos?

GUILLERMO BENET: Creo que ese tema sobrevuela toda la película. La gente de mi edad, de mi generación, tiene muchos problemas a la hora de elaborar procesos colectivos. Hemos sido educados en un individualismo tan absoluto que la construcción de colectivos nos resulta complicadísima. Los inocentes habla de esto, habla de la profunda soledad que sentimos a pesar de tener que ponernos de acuerdo. Habla de cómo la experiencia personal ha acabado por imponerse a la experiencia colectiva que, de alguna manera, ha sido borrada del mapa. El tejido social se deshace poco a poco y tan solo queda una especie de tejido individual construido a base de mensajes como: ‘eres especial’, ‘puedes conseguir todo lo que te propongas’… Pero claro, cuando a lo que te enfrentas es muchísimo más grande que tú eso no vale de nada. El miedo, la culpa, la cobardía, la violencia… son monstruos a los que es difícil vencer en soledad.  Cuando uno ve El año del descubrimiento y observa lo que era Cartagena en el año 92 y luego observa al grupo de jóvenes que protagoniza Los inocentes, se da cuenta del cambio que ha habido en la sociedad.       


Violeta Orgaz, otra de las actrices que integran el reparto de Los inocentes, reparto que brilla a un excelente nivel en el film

 

CINE ARTE MAGAZINE: El año pasado, la película se proyectó tanto en el Festival de Sevilla como en el Festival Márgenes y en nuestra revista la consideramos como tercera mejor película española del 2020. ¿En qué medida le ha afectado la crisis sanitaria a la película desde el punto de vista de posproducción, promoción y estreno?

GUILLERMO BENET: Ha afectado, desde luego, porque los procesos se han alargado y todo es un poquito más difícil. Pero es difícil saber todavía hasta donde ha llegado o van a llegar esas consecuencias. Tampoco creo que sacar conclusiones ahora sea lo más importante. Estamos en un momento en el que lo mejor es aceptar lo que viene, trabajar duro e intentar hacer las cosas lo mejor posible. Ha sido complicado aceptar que, después de 5 años de trabajo, tuviésemos que estrenar en un momento como este. Sí, es mala suerte, pero es la misma mala suerte que ha tenido todo el mundo. A nadie le ha venido bien esto. En nuestro caso no hemos podido ir al estreno en Sevilla y a la hora de distribuir la película casi te tienes que inventar de cero una manera de distribuir, promocionar y estrenar la película porque todo es distinto, porque hay una realidad por cada territorio. Por otro lado, muchas miradas se están volviendo hacia la cultura. Mucha gente está rentendiendo por qué es tan necesaria la cultura. Porque necesitan ver una película, leer una novela o acudir al teatro, lo que significa escuchar por primera vez una canción.    

 

Pilar Bergés en otra escena de Los inocentes de Guillermo Benet

 

CINE ARTE MAGAZINE: Si tuvieras que convencer al posible espectador en una o dos frases de que, con Los inocentes, se va a encontrar con una película que le va a interesar, ¿qué le dirías?

GUILLERMO BENET: Los inocentes es una película que plantea temas universales de una manera especial. Es una película con una puesta en escena arriesgada en la que se hace un retrato generacional y social que todos entendemos. Es una película que te hace pensar en ti mismo y en el mundo en el que vives. 

CINE ARTE MAGAZINE: Y para terminar, Guillermo, ¿de qué futuros proyectos que tengas en mente nos puedes hablar ahora mismo?

GUILLERMO BENET: Ahora mismo, estoy terminando un nuevo cortometraje, se llama Está amaneciendo y espero estrenarlo a lo largo de este año. Creo que es mi película más personal, habla de mí, de mis amigos y de mi profesión. Es una película romántica sobre la amistad. Estoy también empezando a escribir el siguiente largometraje. Todavía no puedo decir nada sobre él, pero bueno estoy muy ilusionado con el proceso de escritura y creo que va a ser una película muy interesante.

 

Pues después de esta amplia entrevista, queda claro el espíritu que impregna Los inocentes y la honda reflexión que alberga su historia. A partir de este viernes 12 de marzo, los espectadores podrán disfrutar del film en salas comerciales y podrán conocer uno de los films españoles más audaces y personales que hemos visto en los últimos tiempos en nuestro país, una apuesta necesaria en un momento en que, más que nunca, se necesitan obras originales e innovadoras.



Guillermo Benet (dcha.), junto a José Manuel Cruz (izqda.), director de Cine Arte Magazine, durante el Festival de Málaga 2019, tras la proyección del cortometraje Los inocentes, origen del largometraje que se estrena este viernes 12 de marzo en salas comerciales





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