FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN 2020: ENTREVISTA A YULENE OLAIZOLA, DIRECTORA DE SELVA TRÁGICA

 


Hoy, viernes 18 de septiembre, se inaugura el Festival de San Sebastián-Donostia Zinemaldia 2020. En su sección Horizontes Latinos, se va a proyectar la película Selva trágica de la directora mexicana Yulene Olaizola, la cual también formó parte de la Sección Orizzonti del reciente Festival de Venecia.

 


Selva trágica tendrá cuatro proyecciones los días 21, 22 y 23 de septiembre, según el siguiente calendario:



Selva trágica nos lleva a un paisaje selvático borroso e indefinido que se halla en la frontera entre México y la actual Belice. Allí, unirán sus destinos una joven beliceña que, habiendo logrado salvar su vida casi milagrosamente, huye de un cacique inglés que quiere mantenerla secuestrada bajo su poder y un grupo de trabajadores que recorren el inhóspito, exuberante y frondoso territorio para extraer de los árboles el material con el que se fabrica el chicle. La joven logra integrarse en el grupo de hombres al estar enfermo uno de sus integrantes y creer estos, equivocadamente, que se trata de una médica o de una enfermera. Pero, poco a poco, todo se complicará, fuerzas poderosas e incontrolables empiezan a actuar de forma implacable y el destino de todos los personajes se ve abocado a la locura y al delirio.

TRÁILER DE SELVA TRÁGICA


Hemos tenido la oportunidad de conversar con Yulene Olaizola y hemos profundizando en las claves de su película. Rogamos a nuestros lectores que pongan atención cuando la directora explica las condiciones en que se tuvo que desarrollar el rodaje.

CINE ARTE MAGAZINE: Hola, Yulene. Para empezar, nos gustaría que nos hablaras de La tierra de la faisán y el venado de Antonio Mediz Bolio. ¿En qué medida este texto ha servido de inspiración para la historia que cuenta Selva trágica?

YULENE OLAIZOLA: No solo Antonio Mediz Bolio escribió sobre la Selva Maya del sur de Quintana Roo. Hay un pequeño grupo de escritores mexicanos que han dedicado algún trabajo a ese lugar. Son un puñado de obras de distintas épocas, todas ellas recopilan fascinantes visiones sobre esa naturaleza exuberante y peligrosa, tan llena de belleza como de criaturas ponzoñosas. Todos ellos recalcan siempre la crudeza de aquella naturaleza, como Luis Rosado Vega en su Poema de la selva trágica. Ninguna de esas obras se escapa del misticismo maya latente en ese lugar, donde se han contado las mismas leyendas por un par de miles de años. La leyenda de la Xtabay se ha contado de infinidad de maneras, pero suele guardar algunos elementos fundacionales y que siempre se repiten. Antonio Mediz Bolio tiene una serie de poemas sobre los misterios de la Selva Maya, uno de ellos lo dedica a la Xtabay, una extraña sirena maya de la selva. El compás de sus versos y sus figuras poéticas le dieron paso a la voz de Jacinto, el personaje maya que narra la película. Me inspiró también la novela de Rafael Bernal titulada Caribal, que describe las rudas condiciones a las que eran sometidos los trabajadores del chicle en la primera mitad del siglo XX, mientras pasaban meses aislados en lo profundo de la selva.



CINE ARTE MAGAZINE: Hay muchas películas que se desarrollan en la selva y en las que dicho escenario hace de contexto de la situación de delirio que se produce. Solo por apuntar algunos títulos: El tesoro de Sierra Madre de John Huston, Camino de la jungla de Robert Mulligan, Apocalypse Now de Francis Ford Coppola, Aguirre, la cólera de Dios de Werner Herzog… Creo que la gran diferencia de Selva trágica es que, mientras que todos estos films los personajes llegan ya a la selva con sus propios abismos y contradicciones, en Selva trágica es la misma selva la que parece llevarlos a la locura. ¿Es correcta nuestra percepción?

YULENE OLAIZOLA: La selva es un lugar perfecto para enloquecer. Los personajes de Lope de Aguirre o el capitán Willard también son absorbidos por la jungla. Es una relación simbiótica, el ser humano se pierde entre la vegetación más densa, mientras todo tipo de alimañas le miran, le respiran, le sienten, le pican y le muerden, nunca está solo, nunca hay silencio, la selva está en movimiento. En el corazón de la selva, no pegan los rayos del sol y no hay norte o sur. En la selva, los hombres se vuelven locos, oyen voces, son acechados y perseguidos, cazados como por fuerzas ocultas y que les hacen perder la razón, esto no lo digo yo, esto lo cuentan aquellos que la conocen, que la viven y la trabajan. Nunca mires para atrás, insisten, no te dejes embriagar por su néctar, no hagas caso de trampas y confusiones; y al final siempre está el tigre, la víbora, el cocodrilo, y el peor de todos, el humano, delirante apasionado ahora hecho cautivo.



CINE ARTE MAGAZINE: La acción de Selva trágica tiene lugar entre México y la actual Belice. Ese lugar indefinido e impreciso, ¿cumple una función simbólica en la historia?

YULENE OLAIZOLA: Las fronteras son una convención y un instrumento clasificador solamente. Los límites de todo son siempre porosos, traslucidos y, sobre todo, fértiles. Siempre me ha interesado desdibujar fronteras, entre la ficción y el documental, la realidad y la fantasía, lo masculino y lo femenino. La frontera entre México y Belice básicamente no existe más que como un concepto humano. Está trazada sobre un río y de un lado hay selva y del otro la misma selva. Hay muy pocos asentamientos humanos. No hay frontera, solo es la selva que te lleva hacia la selva.



CINE ARTE MAGAZINE: Suponemos que el rodaje de Selva trágica ha tenido que ser todo un desafío. ¿Qué nos puedes decir del mismo y de la excelente fotografía de Sofía Oggioni?

YULENE OLAIZOLA: Te respondo con un ejemplo. Durante las siete semanas de trabajo, cuarenta y dos días, tuvimos que retirar del set dieciocho víboras venenosas, casi una cada dos días. Es un lugar famoso por la cantidad de serpientes Nauyacas, son las reinas del lugar. Hubo una noche, fue el primer llamado nocturno de hecho, apenas eran las once y el equipo de producción ya había sacado tres. Estuvimos preparados, había gente local que constantemente revisaba las áreas de trabajo y senderos. Nuestro asistente de producción local, Nahim Abuxapqui, conocía bien la selva y procuró siempre retirarlas de ahí y no cortarles la cabeza. También cuatro personas del equipo de producción tomaron un curso de acción en caso de mordedura de serpiente porque la mayoría del tiempo estábamos a unas tres o cuatro horas de un hospital, por lo que en caso de que se diera alguna se habría tenido que actuar en el acto. Estábamos preparados para todo. Pablo Zimbrón y Juan Hernández, con todo su equipo de producción, merecen mucho crédito.

Por otro lado, Sofía había hecho antes varias películas en la selva del Amazonas. Sabía bien dónde estaba, cómo entender ese universo agreste y cruel, al mismo tiempo único y hermoso. Fue normal verla metida en el pantano con el lodo hasta las caderas… Bueno, también a mí, y a todos los del equipo. Al final, mucho de dirigir y comandar se trata de eso, de llevar la batuta con el ejemplo.



 Yulene Olaizola durante el rodaje de Selva trágica

CINE ARTE MAGAZINE: Otro de los aspectos a remarcar de Selva trágica es su elenco, un reparto coral en el que todos los intérpretes brillan a excelente nivel. Es imposible llegar al resultado final que vemos sin una implicación y una convicción de todos esos intérpretes en el proyecto, a pesar del duro escenario en el que había que actuar, ¿no?

YULENE OLAIZOLA: El elenco es un enorme abanico multicultural conformado por actores profesionales y actores naturales. Desde la ciudad de México volamos a Gilberto Barraza, Eligio Meléndez y a Lázaro Gabino Rodríguez. El elenco beliceño fue el resultado de un casting en Belice City que realizamos en el 2018. Indira Andrewin, nuestra actriz principal, que nunca había participado en una película, llegó a las audiciones desde Punta Gorda, a cinco horas de ahí. En el grupo de mexicanos, hay trabajadores chicleros reales, que trabajan sacando chicle, hay campesinos locales y dos hermanos mayas. Todos ellos son actores naturales que conseguimos luego de un intenso casting en todo el sur de Quintana Roo. Les dimos un taller de actuación que coordinó Waldo Facco y la escritura del guion, junto a Rubén Imaz, terminó de materializarse con el elenco seleccionado. Esta mezcla no es ningún hilo negro, siempre han existido los actores profesionales y los no profesionales en el cine, y no me refiero solamente a modelos del tipo de Bresson, me refiero a personas que nunca han actuado y pueden llegar a tocar emociones profundas con mucha verdad y entrega ante la lente de la cámara.



CINE ARTE MAGAZINE: ¿Qué supone la participación de Selva trágica en el Festival de San Sebastián, en la sección Horizontes Latinos?

YULENE OLAIZOLA: Estuve en San Sebastián con mi opera prima. No había tenido opción de volver. Es un honor y un placer, el festival tiene un prestigio y una tradición impecables, y yo tengo un amor especial por el País Vasco. Creo que el público del festival podrá valorar mucho esta película multicultural y multirracial, que está hablada en cuatro lenguas, algunas pocas veces escuchadas como la maya, y que cuenta de las fantasías que suceden en el bosque.

 CINE ARTE MAGAZINE: Para terminar, ¿qué piensas que va a atrapar más a los espectadores de Selva trágica?

YULENE OLAIZOLA: Muchas cosas. Me importa mucho presentar esta región del mundo, entre México y Belice, poco visitada por el cine, creo que eso es siempre un interés extra en los que han visto la película hasta ahora, el descubrir esta frontera única. Creo que la leyenda de la Xtabay al recontarse en estos tiempos puede tener lecturas fascinantes y estoy muy ansiosa de escuchar esas verdades que las imágenes hayan transmitido al público. Pero creo que, sobre todo, el espectador disfrutará de una experiencia viva y sensorial, que explota la capacidad del cine de transportarnos a otro lugar, a otra geografía, en otro tiempo y espacio, y hacernos vivir la experiencia, enloquecida en este caso, de los personajes y la selva que los envuelve. Disfruto mucho ver y hacer un cine de la experiencia.

 


Como ven, con todo lo que ha dicho Yulene Olaizola sobre su película, es casi imposible no sentirse atraído por la película del mismo modo que la selva absorbe a quien osa entrar en ella. Los espectadores del Festival de San Sebastián serán los primeros de nuestro país que podrán disfrutar de esta experiencia dramática y sensorial única.






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