EL FESTIVAL DE MÁLAGA 2020 EN 14 MIRADAS (1): MI GRAN DESPEDIDA DE ANTONIO ÁLAMO Y ANTONIO HENS

 

Como ya hemos hecho en anteriores ocasiones, este año también vamos a cubrir la presente edición del Festival de Málaga, la vigésimo tercera, que fue suspendida el pasado mes de marzo debido a la pandemia provocada por el coronavirus y que ha sido trasladada al mes de agosto, entre los días 21 y 30. Debido a las peculiares circunstancias que estamos viviendo, con todas las restricciones que están implantadas para impedir la extensión de la enfermedad, en Cine Arte Magazine, con el fin de garantizar que podamos proporcionar a los lectores la mejor información posible, vamos a cambiar el formato de la cobertura, de modo que, a través de catorce artículos, seleccionaremos las películas que son representativas de las temáticas abordadas por los diferentes títulos seleccionados para el certamen, así como añadiremos un artículo adicional con el palmarés completo de las distintas secciones y jurados. Empezamos con la película Mi gran despedida, codirigida por Antonio Álamo y Antonio Hens, la cual ahonda, en clave de comedia, en la puesta en cuestión por la que está pasando el modelo tradicional de relaciones sentimentales.



Este es el cartel alternativo que hemos creado en Cine Arte Magazine para mostrar los temas dominantes de las películas que forman parte del Festival de Málaga 2020


La primera película de la que vamos a hablar es Mi gran despedida de Antonio Álamo y Antonio Hens, la cual forma parte de la Sección Málaga Premiere, y que se proyectará el domingo 23 de agosto a las 16.30 en la Sala 1 del Cine Albéniz. La película se estrenará en salas comerciales el próximo 26 de agosto. Mi gran despedida se desarrolla en Cádiz y se centra en la despedida de soltera de la chica protagonista, Sara, interpretada por Eloína Marcos. Lejos de seguir el esquema tradicional de muchas comedias del subgénero “despedida de soltero/a”, este film se convierte en una historia coral en la que vamos conociendo las circunstancias de cada una de las personas asistentes a la fiesta y contemplando cómo los deseos de encajar en un modelo tradicional de relación choca con la realidad y sus caprichosos vericuetos. Con un reparto integrado por actrices profesionales y no profesionales, el resultado final es de gran frescura y desparpajo, a la vez que abre la reflexión sobre temas e ideas que consideramos incuestionables.



Mi gran despedida está codirigida por Antonio Álamo y Antonio Hens. Antonio Hens tiene una larga experiencia en cine y televisión, habiendo dirigido los cortos Adiós, Eva, te quiero (1999) y En malas compañías (2000) y las películas Pequeña historia de amor en tres actos (1998), Clandestinos (2007), La partida (2013) y Oh! Mammy Blue (2018) y ha participado en las series Gracias por todo, Castillos en el aire, Corta-t, Con dos tacones, La dársena de poniente, Arrayán y Entreolivos. Antonio Álamo ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el mundo de la literatura y el teatro, habiendo escrito las novelas Breve historia de la inmortalidad, Una buena idea, ¿Quién se ha meado en mi cama?, Nata soy y El incendio del paraíso y, entre otras, las obras teatrales La oreja izquierda de Van Gogh, Agujeros, Los pasos, Los enfermos, Los borrachos, Caos, Grande como una tumba, El punto, Veinticinco años menos un día, Yo, Satán, Cantando bajo las balas, En un lugar de la niebla y Patadas, habiendo dirigido, además, gran cantidad de montajes teatrales, tanto de obras propias como ajenas. Con anterioridad a Mi gran despedida, ya había dirigido el corto Naturaleza (2014).


TRÁILER DE MI GRAN DESPEDIDA:

CINE ARTE MAGAZINE: ¿Cómo surgió la idea de realizar Mi gran despedida?

ANTONIO HENS: Antonio Álamo había escrito el guion desde hacía tiempo y quiso que yo lo leyera para darle mi opinión. A mí me encantó desde el principio: no solo es una idea divertida sino que está muy bien escrito, como todos los trabajos de Antonio. Me atrajo su mirada sobre este grupo de mujeres, la disección que hace de los personajes en momentos aparentemente poco trascendentales, el brío e inteligencia de los diálogos. Antonio me propuso que yo la produjera y la dirigiera y, como somos tan amigos y nos lo pasamos tan bien haciendo cine juntos, yo le devolví la propuesta ofreciéndole seguir con este juego y dirigirla entre los dos.

CINE ARTE MAGAZINE: ¿Qué es lo que te ha movido en Mi gran despedida para que un hombre de letras y de teatro como tú participe en la dirección de la película?

ANTONIO ÁLAMO: No es mi primera incursión en el medio audiovisual. He escrito series, he colaborado en otros guiones, he sido coordinador de guiones, pero también he dirigido un cortometraje (Naturaleza) y un puñado de videoclips, además de dirigir casi una veintena de obras teatrales, la mayoría propias, pero también alguna ajena. Disfruto mucho trabajando con actores. Es como escribir, pero con sangre y carne. Para mí son cosas casi complementarias. Y también disfruto en la sala de montaje, donde tienes la posibilidad de volver a reescribir la película. Dirigir un largometraje es una experiencia que deseaba tener desde hacía tiempo, así que cuando Antonio Hens me hizo el inesperado ofrecimiento de codirigir esta peli no lo dudé ni un segundo. Era una manera de aprender situándome en primera línea de fuego, pero con una red de seguridad. Él tiene miles de horas de vuelo y, a veces, ante los imprevistos, sobre todo en un rodaje como este, hay que tomar decisiones muy rápidas, ser muy ágil y resolutivo, para lo que necesitas un gran oficio.



Al comienzo de Mi gran despedida, todo es animado y divertido pero las cosas se acabarán complicando...

CINE ARTE MAGAZINE: La trama de la película tiene como centro una despedida de soltera pero, a partir de ahí, su desarrollo y evolución se aparta de las típicas comedias sobre el tema que últimamente vemos en las salas. ¿Teníais en mente este tipo de films a la hora de llevar a cabo Mi gran despedida o pensasteis la película con independencia de ellos?

ANTONIO HENS: Bueno, siempre está la historia del cine ahí como referente de lo que uno desea o no desea  hacer. Analizar cómo otros han tratado visualmente situaciones análogas es algo habitual en el trabajo de un director. Sin embargo esta "despedida" venía ya muy prefigurada desde el guion. Antonio maneja unos elementos formales característicos que inevitablemente se trasladarán a la pantalla con un tono y un estilo muy particular. Además, las condiciones concretas de cada película determinan también cuál es el tipo de propuesta más oportuno. En cualquier caso, la película carece de los lugares comunes de las películas sobre despedidas de soltera: desde su propio planteamiento es más bien un convite de familiares y amigas de la novia que actúan como coro.

ANTONIO ÁLAMO: La comedia, como género, ha explorado en muchas ocasiones la situación en la que varios personajes se reúnen a cuenta de un determinado rito social: una boda, un funeral, una despedida de soltero/a, etc. Este último es casi un subgénero. Se trata de un rito en el que, supuestamente, uno o una termina aceptando las convenciones sociales y, por fin, “madura”. Suelen ser películas bastante corales, con una gran concentración espacial y temporal y una cierta tendencia a la subversión de las normas establecidas, rasgos que también comparte Mi gran despedida. El modelo más habitual suele ser el exportado de la cultura americana, del tipo nos vamos a Las Vegas y la liamos parda antes de “sentar la cabeza” y, durante el proceso, algo se tuerce: alguien muere o desaparece o lo que sea. En Mi gran despedida el planteamiento es distinto: para empezar, se trata de un almuerzo; las invitadas tienen distintas edades (hay madres, tías, etc.) y, por tanto, el espectro de personajes es más variado y numeroso; los conflictos son más internos y, al tratarse de una reunión diurna, parecería que nada puede dislocarse, pero…


Otro momento relajado en Mi gran despedida antes de que estalle la tormenta...


CINE ARTE MAGAZINE: ¿Qué diríais que hace conectar esta película, por su temática, con el resto de vuestra obra?

ANTONIO HENS: No lo sé muy bien. No me planteo una conexión entre las películas que he hecho y las que hago o voy a hacer. Mi aproximación a un proyecto es puramente subjetivo. Quizás sean otros los que puedan alcanzar esas conclusiones.

ANTONIO ÁLAMO: He escrito bastantes comedias, y el sentido del humor, o cuanto menos la ironía, suelen estar presente en todas mis obras, ya sean novelas, obras de teatro o guiones. Pero, aún en mayor medida, la mezcolanza de géneros, la pulsión de transitar por un espectro amplio de emociones. Creo que una ficción es más rica cuanto mayor es el arco emocional por el que viajan los personajes. Por otra parte, he escrito y dirigido cinco obras teatrales que suceden en lo que he denominado el sur del sur (Cádiz), intentando crear un territorio imaginario pero muy anclado en la realidad y donde la música tiene un especial protagonismo. A nuestros personajes, a veces, las palabras se les quedan cortas y, para expresarse, necesitan cantarlas. Ahí ha sido fundamental la aportación de Maka Rey, una de las actrices que se presentó al taller abierto que realizamos en Cádiz unos meses antes, y que, además de hacer uno de los papeles, ha escrito y compuesto las magníficas letras de las canciones de la película.



Eloína Marcos y Jesús Castro en una escena de Mi gran despedida

CINE ARTE MAGAZINE: ¿Cómo os distribuisteis el trabajo ambos directores?

ANTONIO HENS: Antonio y yo habíamos trabajado de largo juntos. Sin embargo, esta era la primera vez que compartíamos un oficio. Además, yo tengo mucha experiencia detrás de la cámara y Antonio la tiene poniendo en escena para el teatro. La codirección es siempre complicada pero creo que fuimos generosos mutuamente y, aunque las estrecheces de un plan de rodaje suelen tratar de impedirlo, procuramos no olvidar la semántica recreativa asociada en otros idiomas a la idea de "representar". Digamos que yo me ocupé un poco más de la cámara, de la puesta en cuadro, pero compartiendo cada decisión con él. Y él se ocupó un poco más de las actrices, en especial el grupo que interpreta a las familiares y amigas de la novia que decidimos integrarlo con actrices profesionales y semiprofesionales elegidas en un taller previo. En el minucioso y paciente trabajo de conducirlas hasta cada situación, de construir sus personajes estuvo la mano de Antonio, pero igualmente compartía cada decisión conmigo. Por lo demás vivíamos veinticuatro horas juntos durante el proceso de preparación y rodaje.


Juanma Lara y Carmen Vique en una escena de Mi gran despedida


CINE ARTE MAGAZINE: Actualmente, vivimos una época en la que las relaciones tradicionales están puestas en tela de juicio y se aspira a nuevas formas de vida y de interconexión personal. ¿Bebe Mi gran despedida de ese conjunto de ideas?

ANTONIO ÁLAMO: En la película se percibe el abismo que separa a dos modos de sentir y pensar completamente irreconciliables, representados (aunque no siempre) por las mujeres más jóvenes y las de más edad.

CINE ARTE MAGAZINE: En la película, las actrices, los personajes femeninos tienen un peso preponderante. ¿Cómo hicisteis para construir la mirada femenina que la historia necesitaba?

ANTONIO ÁLAMO: En gran medida, gracias a las actrices. Nos propusimos trabajar de otro modo y explorar los personajes y las situaciones con ellas. Más que hacer que las actrices se calzaran un determinado personaje, nuestra pretensión era que el personaje se diluyera en la intérprete que le estaba dando vida. Para eso, requieres de la complicidad, el talento y generosidad de las actrices, que encontramos a manos llenas. 



Carmen Vique y Carolina Herrera, dos amigas entre las que hay una especial complicidad

CINE ARTE MAGAZINE: Mi gran despedida es, en última instancia, una película coral con unos personajes con una fuerte caracterización. Por ello, para llevar el proyecto a buen puerto, el trabajo de los actores ha tenido que ser decisivo. ¿Cómo seleccionasteis el reparto, cómo fue la dirección de los intérpretes y qué nos puedes decir del trabajo de todos ellos?

ANTONIO HENS: Mi gran despedida transcurre en Cádiz y tiene muchos elementos de esta ciudad única. Como he explicado más arriba, decidimos mantener ese sabor del que ya gozaba el guion, nutriendo de actrices inequívocamente gaditanas el "coro" de familiares y amigas que acompañan a la novia en este convite. Para ello, se convocó un taller en Cádiz unos seis meses antes del rodaje y en él se inscribieron muchas actrices que acabaron participando en la película. Además el trabajo con ellas en el taller invitó a una reescritura última del guion incorporando muchas de las situaciones que se habían suscitado a partir de improvisaciones, de expresiones, de canciones. Fue desde luego a partir de ese taller que la película adquirió la dimensión musical que podemos hoy apreciar.

Como una obra de Pirandello, Antonio daba vida a esos personajes y los personajes la adquirían de manera propia rebelándose a veces y ofreciendo un giro inesperado, un elemento imprevisto y oportunísimo, una sorpresa vivaz. Todos esos matices carentes muchas veces de una estructura dramática concreta o una conexión con el relato fueron oportunamente ordenados por Antonio después del mencionado taller y dieron origen a la versión definitiva de rodaje.

Durante el rodaje la parte del convite fue especialmente ensayada por Antonio durante días. Hay veces que construíamos los personajes sobre la marcha y eso asustaba a alguna actriz, pero siempre confiaron en nosotros y entendían el proceso de creación de la película. Mi gran despedida es una película de procesos. Acaso ahí resida parte del divertimento que ha supuesto filmarla.


El actor y también director Miguel Ferrari junto a Rocío Marín, otro de los personajes importantes de Mi gran despedida


CINE ARTE MAGAZINE: ¿Cuáles pensáis que van a ser los elementos de la película con los que los espectadores van a conectar con más intensidad?

ANTONIO ÁLAMO: Espero que el público conecte con los personajes y con los diversos paisajes emocionales que habitan.     

ANTONIO HENS: Creo que la película rezuma verdad y eso es lo que finalmente conecta con el espectador. Por muy particulares que sean las mujeres de nuestra despedida, sus conflictos son universales y la manera de representarlos es totalmente verídica.


Antonio Hens, a la izquierda, y Antonio Álamo, en el centro, en un momento del rodaje de Mi gran despedida


Como ven, Mi gran despedida se nutre de toda una serie de elementos sugestivos como es el especial tono que siempre proporciona la idiosincrasia de Cádiz, el combinar en el reparto actrices profesionales y no profesionales con las que ha habido un largo trabajo previo de preparación para llegar al guion final y una mirada audaz, fresca y retadora que nos desafía a contemplar con otros ojos realidades impuestas más por la inercia y la costumbre que por su propia coherencia y autenticidad. Todo un interesante cóctel al que merece mucho la pena prestar nuestra atención.


IMÁGENES DE LA PELÍCULA:













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