Siguiendo con nuestro recorrido por distintos títulos que
están disponibles en la plataforma MÁRGENES, hablamos del documental Mudar la piel, dirigido por Cristobal Fernández
y Ana Schulz.
TÍTULO: Mudar la piel. TÍTULO ORIGINAL: Mudar la piel. AÑO: 2018. NACIONALIDAD: España. DIRECCIÓN Y MONTAJE: Cristóbal Fernández y Ana Schulz.
GUION: Ana Schulz. DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Cristóbal Fernández. INTÉRPRETES
PRINCIPALES: Juan Gutiérrez, Frauke Schulz, Mingo Ràfols. DURACIÓN: 89 minutos. PÁGINA WEB OFICIAL: https://www.labyrint.es/Mudar-la-Piel. ENLACE EN MÁRGENES: https://www.margenes.org/pelicula/5b8bacaa4fdd056ed1c33cb1.
Hablar de un documental que nos
traslada a los años más duros de violencia en el País Vasco y a los distintos
procesos de negociación que se entablaron entre la banda terrorista ETA y
distintos gobiernos españoles nos puede hacer pensar que Mudar la piel gira en torno a un contenido fundamentalmente
político. Pero eso sería engañoso. Porque, aunque dicho contenido político es
el trasfondo inexcusable de la historia que se nos relata, lo que ocupa el
primer plano es la exploración de los límites entre la amistad y la traición, de
la capacidad del ser humano para adoptar una imagen, una apariencia, una mera
máscara de quita y pon y de la dificultad para llegar no solo a la verdad sino,
tal vez, a lo más íntimo que se esconde en el interior de cada ser humano. Juan
Gutiérrez fue el fundador de Gernika Gogoratuz. Centro de Investigación por la
Paz. Y, en torno a 1998-1999, jugó un papel importante como mediador en el
marco de la tregua declarada por ETA con el fin de que hubiera un acuerdo final
entre esta organización y el gobierno del Partido Popular. En este contexto,
aparece un extraño personaje, Roberto, que se convierte en uno de los mejores
amigos de Juan Gutiérrez y que se compromete con la actividad de Gernika
Gogoratuz hasta que los hechos demuestran cuál es la auténtica realidad: que
Roberto es un agente encubierto del CNI que ha manipulado y utilizado a Juan.
Hay muchos elementos de este
documental que resultan especialmente interesantes (alguno de ellos, no podemos
revelarlos porque destriparíamos alguna de las sorpresas que el film esconde).
El primero, la curiosa actitud de Juan (posiblemente acorde a su propia visión
de la política y de los conflictos, que manifiesta en más de una ocasión a lo
largo de la película) que, lejos de proclamar un fuerte reproche al presunto
amigo que le ha traicionado, prioriza los aspectos positivos que le ha aportado
la relación que ha mantenido con él. El segundo, el carácter fuertemente
elusivo y escurridizo de Roberto, un personaje que en ningún momento deja de
ser una cáscara cuyo interior permanece oculto y desconocido. El tercero, la narración
del desarrollo de los hechos, que parecen tener una vida propia, autónoma y, en
gran parte, despiadada, de forma que pasan por encima de las personas como una
apisonadora que no tuviera ni corazón ni piedad. Y, en último lugar, la
reflexión sobre el oscuro juego de la política y la dificultad de análisis de
unas maniobras que, en gran medida, tienen lugar en la sombra y al margen del
conocimiento de la ciudadanía. Esta perspectiva multidimensional de Mudar la piel lo convierte en un
documental imprescindible para quienes quieran profundizar en cómo política y
vida personal interactúan y entran en conflicto en detrimento, casi siempre, de
los sentimientos, las emociones y la buena fe.
TRÁILER DE LA PELÍCULA:
Comentarios
Publicar un comentario