¡¡¡ATENCIÓN!!!: EN LA RESEÑA DE LA SERIE DOCUMENTAL EL FARMACÉUTICO REALIZAMOS ALGUNOS SPOILERS SOBRE SU CONTENIDO
La serie documental
estadounidense El farmacéutico,
disponible desde el pasado 5 de febrero en Netflix, trascendiendo el punto de
partida de su trama, nos lleva a una reflexión profunda sobre las culpas
individuales y las culpas anónimas, sobre los delitos castigados y sobre los
delitos impunes, sobre cómo determinados crímenes son llevados ante la justicia
y esta los condena con todo el peso de la ley mientras que otros nunca llegan a
juicio y sus responsables continúan libres sin que reciban la pena
correspondiente por las muertes que han causado. El farmacéutico arranca de una forma interesante pero aparentemente
convencional. En Nueva Orleáns, en 1999, Dan Schneider se ve sorprendido una
noche por una llamada telefónica de la policía en la que es informado de que su
hijo ha muerto en un tiroteo. Ante su sorpresa, descubre que su hijo era adicto
a las drogas y que su muerte está relacionada con una posible compraventa de
estupefacientes. A partir de ese momento, y ante la apatía policial, decidirá
investigar por su cuenta quién realizó el disparo que mató a su hijo. Hasta
aquí, El farmacéutico puede parecer
otra historia de “Padre Coraje” pero, poco a poco, acaba siendo algo muy
diferente.
Porque, para nuestra sorpresa, la
resolución del misterio del asesinato del hijo de Dan Schneider se produce al
principio del segundo capítulo de los cuatro que conforman la serie. Entonces, ¿ya
está?¿Qué sucede después? Y aquí es donde El
farmacéutico, dirigida por Jenner Furst y Julia Willoughby Nason, realiza
su primer y sorprendente giro. Porque es cuando la serie nos dirige a una
realidad de la que, aunque en parte es conocida, ignoramos todas sus
implicaciones y el potencial riesgo que conlleva: el poder de adicción que
determinados fármacos generan y que condujo a que, a comienzos del siglo XXI,
un medicamento muy popular en Estados Unidos para el tratamiento del dolor (la
oxicodona, elaborada y comercializada por Purdue Pharma) se convirtiera para
muchos drogodependientes en el medio esencial para seguir enganchados a una
sustancia química de gran potencia. Dan descubre cómo una doctora receta
masivamente dicho producto a sus pacientes y, en el aparcamiento frente a su
consulta, se acumulan los vehículos aparcados cuyos ocupantes llegan a esperar
varios días esperando a ser recibidos por la médica con el fin de obtener la
ansiada receta que le permita comprar la oxicodona y liberarse del síndrome de
abstinencia que padecen.
El caso de la doctora de Nueva
Orleáns no es el único en Estados Unidos sino que, poco a poco, vamos viendo
que todo ello está asociado a un agresivo proceso de comercialización en la que
era fundamental el adiestramiento que Purdue Pharma realizaba a sus agentes de
venta. En el mismo, se glosaban las presuntas virtudes del medicamento y se les
preparaba para actuar de forma insistente y decidida con los médicos de la zona
que se les asignara para que lo recetaran y se lograra aumentar las ventas del
producto, un opiáceo que, aunque aliviaba el dolor de los pacientes, tenía como
efecto adverso una peligrosísima adicción con las implicaciones de posible
muerte que podía llevar acarreada como consecuencia del “efecto “ y la necesidad
de tomar dosis crecientes del fármaco para que generara idénticos efectos
beneficiosos al paciente. Cuando llega el desenlace del documental, nos
sorprende una realidad paradójica: ningún directivo de Purdue Pharma ha sido
condenado o sancionado por su actuación en la comercialización de la oxicodona.
Es decir, el asesino del hijo de Dan Schneider fue declarado culpable por un
tribunal, algo similar ocurrió con médicos que recetaban indiscriminadamente el
fármaco con independencia de su necesidad terapéutica pero los responsables de
la compañía que lo comercializó se fueron de rositas de cualquier culpa o
responsabilidad. En esa fisura del sistema, es donde se puede concluir que
otros casos “oxicodona” y otros casos “Purdue Pharma” puedan repetirse en el
futuro y es el valor final que aporta esta serie documental que, con su
vigoroso ritmo narrativo y sus eficaces giros dramáticos, logra retratar con
amenidad y rigor una historia que aporta muchas más lecciones y moralejas que su apariencia inicial podía dar
a entender.
TRÁILER DE LA SERIE:
IMÁGENES DE LA SERIE:
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