ENLACE DEL DOCUMENTAL LAS LETRAS DE JORDI EN MÁRGENES: https://www.margenes.org/es/pelicula/5e3a98ef4fdd05018dcd1679
ENLACE EN FILMIN: https://www.filmin.es/pelicula/las-letras-de-jordi
El próximo 10 de julio, después del fallido intento del 13 de marzo, se estrena por fin el
documental Las letras de Jordi, debut
en el largometraje de la joven realizadora donostiarra Maider Fernández
Iriarte. La película es el retrato de la relación que la directora va
estableciendo con Jordi quien, con 51 años, sufre una parálisis cerebral desde
el momento de su nacimiento. Toda la película es el progresivo proceso de
descubrimiento del mundo interior de una persona que, a pesar de la
discapacidad que padece, conserva plenamente su capacidad para la reflexión,
para la emoción, para la espiritualidad y para gozar y disfrutar de la vida. Este
resulta ser el aspecto más deslumbrante de un film que, audaz en el tema que
aborda y en el tratamiento visual elegido, supone la primera agradable sorpresa
en el género documental en nuestro país en este año 2020, género que, como
hemos dicho muchas veces en Cine Arte Magazine, está viviendo un momento de
gran esplendor artístico y creativo.
TRÁILER DE LA PELÍCULA:
TRÁILER DE LA PELÍCULA:
Para profundizar en cómo tuvo
lugar la génesis y el desarrollo de este proyecto y en los aspectos más
atractivos del film, hemos hablado con su directora, que nos ha contado cosas
muy interesantes sobre todos estos temas.
CINE ARTE MAGAZINE: Hola, Maider. Antes de empezar a hablar de tu
película, ¿nos podrías contar cómo surgió tu vocación por el cine y cuál ha
sido tu formación y tu recorrido profesional hasta la fecha?
MAIDER FERNÁNDEZ IRIARTE: La verdad es que mi acercamiento
al cine es un poco raro. Me interesé, digamos que por el audiovisual, cuando, a
los 15 años, vi en 4º de la ESO el making
of de un documental de animales que se titula Deep Blue.
Recuerdo que nos dieron entradas para ir al aquarium
de San Sebastián para ir a ver esa película una tarde, fui y me alucinó. Y,
entonces, a partir de ahí como que mi mente se marcó el objetivo de ser cámara
del National Geographic de mayor. Cuando
llegó la hora de decidir qué estudiar, estaba entre Audiovisual y Biología y
opté por la Biología, la estudié 3 años pero me di cuenta que no era lo que más
que interesaba, que me faltaba algo que tenía que ver con lo humano y me pasé a
Educación Social. Siempre, paralelamente, iba haciendo cosas relacionadas con
la imagen, un curso de fotografía, otro de documentales, otro de cámara… Y,
cuando estaba estudiando Educación Social, me junté con mi amiga María Elorza y empecé a hacer cortos y distintos proyectos con ella. Eso me animó a estudiar
un módulo de realización en televisión y cine y ya, a esas alturas, decidimos
montar el colectivo “Las chicas de Pasaik”.
Compaginé eso con mi trabajo en el Centro de Cultura Contemporánea de
Tabacalera en el que estuve como Técnico Audiovisual y como parte del equipo de
mediación, lo cual mezclaba las dos vertientes de mi formación, el audiovisual
y la educación. Al final, decidí dejar el trabajo e irme a Barcelona a estudiar
el Máster de Documental de la Universitat Pompeu Fabra, en el que empecé a
desarrollar Las letras de Jordi. Para
entonces, ya había hecho con María Elorza los cortometrajes Agosto sin ti, La chica de la luz y Gure
Hormek. Posteriormente, ya en solitario, hice el cortometraje Amor siempre.
Maider Fernández
Iriarte, directora de Las letras de Jordi
CINE ARTE MAGAZINE: Lo primero que llama la atención de Las letras de Jordi es que es un film
que, creemos, está construido sobre la idea de un proceso de progresivos
descubrimientos, en forma de círculos concéntricos que se van abriendo. En las primeras escenas, la imagen se reduce a ver el papel
con el alfabeto y los números en el que Jordi va indicando lo que quiere decir
pero, poco a poco, se va ampliando el campo de visión y conocemos a un
personaje mucho más rico y fascinante de lo que esas primeras imágenes pueden
sugerir. ¿Es ello reflejo de tu propio proceso en relación a Jordi y a cómo
llegaste a ir conociendo todas sus facetas?
MAIDER FERNANDEZ IRIARTE: Sí, totalmente. Eso está decidido
de esa manera. Había varias cosas que yo tenía claras cuando empecé a filmar
los encuentros con Jordi. Lo primero era que lo iba a mostrar a través de su
palabra y no a través de su cuerpo. Y lo segundo que la progresión hacia temas
más íntimos se iba a dar poco a poco. Entonces, yo sabía que, seguramente, en
el primer o segundo encuentro no se daría dicha posibilidad. Creo que los tres
primeros encuentros los grabé de esa manera: la cámara sobre la mesa, un plano
cerrado de la mano y la tabla con el alfabeto. Y ya, en el cuarto encuentro, abría
la cámara y es cuando le pregunté cómo escucha a Dios y es cuando se presenta
al personaje, de cuerpo entero y viéndose su rostro. Esto lo hice porque
existen muchos prejuicios en relación a este tipo de personas. Y tratándose de
personas con alguna discapacidad o con parálisis cerebral, pues ya generan un
rechazo. Trataba de evitar eso. Traté de que se conociera a Jordi a través de
su palabra y que el prejuicio se desvanezca a través del discurso, a través de
la forma en que se presenta a través de la palabra y no de la imagen. Una vez
que eso sucede y que el espectador se está metiendo en la película, y empieza a
conocer al protagonista, entonces lo ve. Esa era la idea: evitar cualquier tipo
de posible prejuicio que pudiera haber. Es mucho más duro ver la imagen de su
cuerpo sin que antes exista esa etapa inicial.
CINE ARTE MAGAZINE: ¿Cómo entablaste relación con Jordi y con su familia y cómo surgió la opción de realizar la película?
MAIDER FERNÁNDEZ IRIARTE: CINE ARTE MAGAZINE: ¿Cómo entablaste relación con Jordi y con su
familia y cómo surgió la opción de realizar la película?
MAIDER FERNÁNDEZ IRIARTE: Yo, en principio, quería hacer una
película observacional en Lourdes. Esta propuesta la mandé a la Pompeu Fabra
porque era uno de los requisitos para acceder al Máster, tener un proyecto
entre manos. Tampoco era algo que me vinculase. Cuando estaba en el Máster,
tampoco tenía nuevas ideas, así que empecé a investigar sobre ese tema para ver
qué encontraba y por dónde podía tirar. Entonces, conocí a un grupo de
peregrinos que iba allí y, en ese grupo de peregrinos, estaba Jordi. Y me llamó
la atención. Le propuse si quería participar en la película que estaba
haciendo. Le expliqué que quería hacer un documental, que no tenía muy claro lo
que quería hacer y que iba a filmar cosas, sin grandes pretensiones, que le
iría explicando siempre cómo iba avanzando la cosa. Él accedió, también accedió
el centro ocupacional al que él acudía por las mañanas y empecé a observarlo
con la cámara. Ya, más adelante, cuando decidí que también iba a filmar las
conversaciones, hablé también con su familia. La familia, al principio, pues
claro, tenía muchas preguntas sobre qué quería hacer y, simplemente, les expuse
mis intenciones. Como ellos confiaban también en Jordi, pues accedieron. Fue un
poco así. Con Jordi, no hubo dificultad porque es una persona con necesidad de
expresarse y comunicarse. Y esto fue una oportunidad para él de poder hacerlo.
CINE ARTE MAGAZINE: Posiblemente, el descubrimiento más significativo
del que vamos a ser testigos y que es
especialmente deslumbrante es que Jordi, a pesar de la parálisis cerebral que
padece, es una persona que conserva intactos su intelecto, su capacidad
emocional y, como se ve en la última secuencia del film, hasta sus ganas de
disfrutar de la vida. ¿Fue algo que a ti también te impactó?
MAIDER FERNÁNDEZ IRIARTE: Ya hace tiempo que ha pasado y, cuando me hacen ese tipo de preguntas, me cuesta recordar cómo veía yo a Jordi. Pero si recuerdo que me sorprendía el hecho de que no anhelase nada que cualquiera de nosotros podía considerar una gran pérdida. Por ejemplo, poder caminar. Es algo que puede sorprender. Pero es comprender la opción como diferencia y posibilidad. En este caso, como una posibilidad que tiene un origen trágico, ya que él tiene parálisis cerebral porque hubo, en el momento del nacimiento, un error médico y le faltó oxígeno al nacer. Pero, aunque el origen sea ese, él siempre ha convivido con esa condición. Y ha vivido esto, ha vivido una vida dura y ha vivido sus momentos duros de no aceptación. Pero yo lo he conocido así, en un momento en que él había aceptado plenamente cómo es él y cómo es su vida. Es algo que sorprende, que es fuerte y que queda bien plasmado en la película.
CINE ARTE MAGAZINE: Otro aspecto que llama la atención es la
religiosidad de Jordi y su ferviente deseo de acudir a Lourdes. Esa visita, la
religiosidad del protagonista y su evolución ocupan un lugar importante en el
film. Y, de hecho, hasta podemos ver escenas de La canción de Bernadette (1943) de Henry King. ¿Cómo planteaste la
introducción de esa dimensión espiritual en la película?
MAIDER FERNÁNDEZ IRIARTE: Realmente, en un punto en el que ya estaba planteando la película ya con Jordi, lo que me motivó el acercarme a él fue el hecho de conocer su relación con la fe y con Dios. Justo cuando traté de contactarlo, me dijo que estaba en una crisis de fe y que tenía necesidad de viajar a Lourdes. Esa propia necesidad ya me indicaba una estructura superclara en la que yo podía seguir a una persona en sus dudas en relación a la fe y que pretendía hacer un viaje para ver qué sucedía allí. Yo planteé así la película en un inicio: una persona sin fe que va a Lourdes y vemos qué sucede. Y es verdad que en esa posible película que, al final, no fue, la fe era el centro absoluto de la misma pero en la última versión de Las letras de Jordi, no es el centro. Sí que es importante pero tampoco es el centro. El viaje sirve para contar cómo vive él la experiencia en Lourdes, también para compararla con la experiencia de Bernadette y mostrar, con ello, dos puntos de vista distintos, que es el de Jordi y, de alguna manera, el mío, ya que, en esa secuencia, es el único momento donde dejo claro quién soy yo, algo que, hasta ese momento, no sucede.
CINE ARTE MAGAZINE: ¿Hay en la película una reflexión implícita sobre
cómo llegar a relatar historias que se apartan de los parámetros convencionales
y que necesitan, por ello, encontrar su propia voz y sus propios modelos
narrativos?
MAIDER FERNÁNDEZ IRIARTE: Al final, la película ha encontrado su propia forma. Aunque yo planteara, inicialmente, la historia de alguien que necesitaba viajar, eso desapareció totalmente y, al final, surgió una estructura. Y la estructura más clara que se puede explicar es la de dos personas que se conocen, se hacen amigos, están haciendo una película, una es la “directora”, el otro es el “objeto filmado” y, quien está siendo filmado, sabe que, en cuanto acabe la película, esta relación se termina. Y, mientras tanto, se va mostrando todo lo que pasa entre medias. Sí es verdad que es una estructura muy frágil y que no es superclara pero a nosotros nos sirvió para montar la película. Para mí, el proceso de hacerla ha sido como irla encontrando según se iba haciendo. Había cosas que me interesaban y, conforme las iba filmando, iba descubriendo lo que quería hacer con ellas. Viendo el material, cada vez tenía más claro el rumbo y el punto de vista. Pero sí ha sido una película que se ha construido mucho sobre el propio proceso.
CINE ARTE MAGAZINE: Y, para terminar, una pregunta clásica: ¿Cuáles son
tus próximos proyectos?
MAIDER FERNÁNDEZ IRIARTE: Ahora mismo, estoy codirigiendo algo que podríamos llamar “película” entre mis amigos Laura Herreo Garvín y Aldemar Matías, que también hacen documentales, y yo, es un proyecto que se titula Las de ahora, que consiste en una serie de talleres que se están haciendo y se están filmando en un instituto de Barcelona, el Trinitat Nova, en una clase de 4º de la ESO. La idea es explorar el momento en el que ellos deciden qué quieren estudiar y trabajar también la idea de cómo quieren ellos representarse en el cine. También tengo un corto entre manos, que tengo que rodar este año, que se llama El médico cura y que también ocurre en Lourdes, y que está relacionado con el comité médico que constata previamente si una cura producida allí ha sido milagrosa o no.
Como ven, aparte de Las letras de Jordi, Maider Fernández Iriarte tiene en mente dos proyectos más que interesantes que van dibujando un perfil que la convierten en una de las realizadoras a seguir en el futuro inmediato. De momento, podemos disfrutar con su documental, una de esas joyas que el género brinda en nuestro país a todo el público y que nos va a permitir conocer a un personaje único e irrepetible y que va a servir para desmontar muchos prejuicios e ideas preconcebidas que se tienen respecto a las personas que sufren de parálisis cerebral.
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